Aquí la respuesta

(Por un niño de 6 años)

Un veterinario fue llamado para examinar a un perro de 13 años de edad llamado Belker. La familia del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.

Al examinarle descubrió que se estaba muriendo. Le dijo a la familia que no podía hacer ya nada por Belker, y se ofreció para llevar a cabo el procedimiento de eutanasia en su casa y quedaron para ello al día siguiente.

Cuando volvió a la casa Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad. Se sentaron todos por un momento preguntándose el porqué del lamentable hecho de que la vida de los perros sea más corta que la de los humanos. 
Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo:

‘‘Yo sé por qué. La gente viene al mundo para poder aprender cómo vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?
Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros. ‘‘

La moraleja es:

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis.
Haz siestas.

Estírate antes de levantarte.

Corre, brinca y juega a diario.

Mejora tu atención y deja que la gente te toque.

Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.

En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en la hierba, patas abiertas.

Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.

Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.

Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.

Sé leal.

Nunca pretendas ser algo que no eres.

Si lo que quieres está enterrado…escarba hasta que lo encuentres.

Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí…

 Piensa en ello, si quieres…

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