Enfermedades, alertas del cuerpo.


¿Qué es capaz de hacer el cerebro al cuerpo o al revés?

La relación es como nos decían en la escuela: biunívoca. Va en las dos direcciones; es decir, el cerebro influye en el cuerpo y el cuerpo en el cerebro. Quizás no nos lo creemos, pero es cierto.

Una buena caminata, unos ejercicios de desbloqueo, una charla donde descargues tu malestar…, pueden ayudar a aliviar el insomnio.
Una buena paliza a un saco de boxeo te ayuda a soltar la rabia, te tranquiliza y te hace recuperar el humor.

Quizás estés pensando que todos estos ejemplos son anecdóticos, que no son propiamente enfermedades. Bueno, ¿cuántas mujeres sufren de candidiasis vaginal (Candidiasis crónica: El sindrome oculto del siglo XXI) y tratamiento tras tratamiento ven que no remiten los síntomas? Ni medicina alopática, ni cambios de alimentación, nada es suficiente, vuelven una y otra vez con virulencia. Conozco algunas de estas mujeres que hasta que no han incorporado la terapia a su tratamiento no han podido eliminarlas.

Las enfermedades son un grito de atención del cuerpo, es una alerta que nos hace ser consciente de que hay algo que no funciona o algún hecho que se nos está pasando y al que deberíamos prestar atención.

Cada vez que cojo un resfriado, pongo atención: tengo mucosidad, es de pecho, tengo tos, me lloran los ojos… y una vez observado, me pregunto: ¿Qué consigo con esto?

A veces me he sorprendido dándome cuenta del tiempo que llevaba sin parar y que la única forma en que mi cuerpo ha conseguido que descansase ha sido obligándome: si tengo fiebre, tos, malestar general si no me paro del todo, al menos mi ritmo de trabajo disminuye.

Durante años sufrí de un eczema en la piel que aparecía de forma periódica. De forma rotatoria, en la muñeca, codo,… Hasta que me di cuenta que tenía un problema de contacto: tenía una relación muy estrecha con una persona con la que no quería estar. Cuando tomé una decisión y me alejé, el eczema desapareció.
La piel es el órgano de contacto por excelencia. El tacto está en ella y recibimos y damos a través de la piel.

Observemos enfermedades mucho más graves: cáncer, hepatitis… Nos tendríamos que preguntar primero de todo qué son y qué hacen estas enfermedades. Qué me ocasiona el hecho de tenerlas, cómo cambia mi día a día, mi relación con los que me rodean, conmigo misma. Quizás podemos sorprendernos.

Hay libros muy interesantes y que pueden ser de gran ayuda sobre estos temas; autores como  Adriana Snacke, Christian Fleche, Thorwrald Dethelfsen, Rüdiger DahlkEric Rolf

Observar, prestar atención, tener cuidado, no quiere decir que nos hará libres de enfermedades, invencibles e inmortales. No, siempre habrá, ya que son alertas de nuestro cuerpo y porque además hay un plazo, una fecha de caducidad; todo tiene un principio y un final. Una máquina, un planeta, un astro, un cuerpo humano, con el tiempo se desgasta y llega al fin de sus días.

Lo importante no es que desapareceremos sino cómo hemos vivido, y de lo que se trata es de vivir lo más equilibradamente posible.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

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