Terapias gestalt » duelo http://terapiasgestalt.es Terapia Gestalt barcelona Fri, 12 Jul 2013 17:56:06 +0000 en-US hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.5.1 Sufrir por amor. http://terapiasgestalt.es/sufrir-por-amor/ http://terapiasgestalt.es/sufrir-por-amor/#comments Sun, 11 Mar 2012 11:33:08 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=588

Hay que aceptar, que cuando abrimos la puerta de los sentimientos, les estamos dando paso a todos ellos; no tenemos un tamiz que va discriminando: este sí, este no… Si eres capaz de amar mucho, también vas a sentir mucho dolor.

Hay que aceptar que el desamor, es una desgracia temporal que conlleva el haber amado.Amor roto

Cuando te enamoras pueden pasar varias cosas:

a)Te enamoras y, descubres con el tiempo que esa persona es un buen compañero para ti. (Hay que recordar que nada es imperecedero, en cualquier momento puedes pasar a ser miembro de las otras opciones).

b)Te enamoras y descubres que esa persona no es para nada un buen compañero y lo dejas.

c)Te enamoras y esa persona descubre que no eres un buen compañero para ella y te deja.

En las dos últimas opciones, existe el riesgo de desesperarte por amor. Si has sido “abandonado”, encuentras explicación en ello y te regodeas en el sufrimiento, en ese dolor romántico de las películas y, vas pasando etapas, recorriendo toda esa amalgama de sensaciones y sentimientos que van desde la desesperación a la rabia.

Si estas en la opción b) se te hace más difícil entender porque en momentos puntuales, o no tan puntuales, te aferras al recuerdo de esa persona deseando volver con ella; cuando algo en ti te repite los diferentes aspectos que os separan.

Cuando existe una desesperación ante un amor incipiente, cuando ante la evidencia de que algo terminó sigues sentimentalmente aferrado a ello, cuando enalteces unas virtudes inexistentes y olvidas los inconvenientes… esto no es el dolor propio de la pérdida, a esto le llamo yo “desamor de amor”.

Se trata de una adicción: enamorarse del amor.

Es enamorarse de la euforia que te produce una persona, no de la persona en sí misma.

La adicción al amor no te arruinará la salud ni la vida (en principio), pero sería conveniente aprender a distinguir entre el objeto amoroso y la excitación de tener el corazón abierto.

Deberás superar el duelo sea cual sea tu caso: un amor que terminó, un amor que no cuajó o un “desamor de amor”. Si sientes que no puedes superar tu sol@ la situación, pide ayuda.

En la terapia para superar el duelo se suelen emplear pocas sesiones, sin embargo es muy efectiva en los resultados. La terapia para superar el enamorarse del amor puede ser más larga, porque entraña indagar en ti mism@.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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Los duelos. http://terapiasgestalt.es/los-duelos/ http://terapiasgestalt.es/los-duelos/#comments Sat, 10 Dec 2011 04:33:35 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=291

¿Todo el mundo necesita terapia?

 Mi hijo adolescente me comentaba hace poco:

-Mamá, si por ti fuera, todo el mundo debería  hacer terapia.

Primero, me sentí juzgada: “¡Míralo éste!”

Segundo, le di validez: “Quizás tiene razón y es verdad que lo digo”

Tercero, me cuestioné: “Y, ¿qué creo realmente?”

Creo que todas las personas en un momento dado necesitamos ir a terapia, al igual que vamos al dentista a hacernos una revisión o vamos al cine para distraernos. No es más grave una necesidad que otra, simplemente es eso, una necesidad; quizás puntual, quizás no tanto.

Recuerdo cuando era pequeña cómo en las familias se hablaba del médico de cabecera. Ese “gran hombre” que servía tanto para un “roto como para un descosido”. Esa persona que estaba en los momentos de apuro y a la que se le pedía consejo sobre muchos temas, prioritariamente sanitarios pero no exclusivamente.

Algunas familias mantuvieron a través de varias generaciones el mismo médico. Su integración era completa, convirtiéndose en uno más de sus miembros.

Estos profesionales no eran quizás los más preparados académicamente pero si los más consultados. Orientaban y, lo más importante, escuchaban.

En las ciudades, su valor como consejero se perdió antes, pero en los pueblos perduró más tiempo.

En las familias más religiosas era el cura quien ejercía esta función de acompañamiento y escucha.

Ambos profesionales han tenido a lo largo del tiempo un peso muy importante a la hora de mantener el equilibrio emocional de las personas.

Necesitamos ser escuchados. Necesitamos que nos presten atención.

Poder expresar en voz alta las preocupaciones y las posibles opciones que creemos existen para solucionarlas, nos hace darnos cuenta, a veces, de lo descabelladas o acertadas que pueden ser.

Compartir lo que a uno le pasa, ya es parte de la solución. El sentirse acompañado es,  muchas veces, suficiente como para poder seguir adelante sin desfallecer.

Ante una muerte, una separación o situaciones dolorosas imposibles de cambiar, el tener a alguien que nos escuche sin que pretenda solucionar lo  insoluble, es más que suficiente.

A veces, los amigos con la mejor intención del mundo, pretenden suavizar la situación con palabras o invitando a acciones que nos alejen de ese dolor.

Entre otras, una de las funciones del terapeuta, es la de acompañar cómo antes hacían los médicos o los curas. Hay momentos en la vida en que, simplemente, hay que andar.

El dolor no desaparece por negarlo. El dolor se suaviza con el tiempo; aprendemos a vivir con él cuando lo aceptamos, cuando reconocemos su existencia y dejamos de luchar en su contra. El dolor es parte de la vida.

El sufrimiento es lo que sentimos la mayoría de las veces; es esa angustia profunda y desesperante por culpa de la que nos damos cabezazos. El sufrimiento nace de la lucha, de la negación de lo que es, de la búsqueda de un imposible.

Cuando alguien muere sabes que no volverá. Hubieses deseado que no fuese así y no puedes hacer nada para evitarlo. Le echas de menos y desearías que aún estuviese a tu lado. Hablas de él, de sus virtudes, sus defectos. Lo recuerdas con cariño y poco a poco lo dejas marchar al igual que a sus cosas. Esto es dolor.

En cambio, cuando alguien muere y deseas que vuelva, no aceptas su pérdida. Te  preguntas qué podías haber hecho para evitarlo. Te encierras sol@ con tu desesperación. Pasa el tiempo y te cuesta desprenderte de sus cosas. Sólo recuerdas sus virtudes, incluso quizás añades algunas. No andas, te arrastras. Esto es sufrimiento.

El dolor es vida, el sufrimiento no es vida.

El terapeuta es, entre otras cosas, el médico laico del alma. No sólo te escuchará, te ayudará a volver a andar.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico. 

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