Category Archives: Citas,cuentos, leyendas y otras historias

Historias para reflexionar

Érase una vez.

 

Había una vez una isla, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre: el Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría, el Amor…

barquesUn día se les anunció que la isla se hundía. Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedó esperando solo, hasta el último momento.

Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda.
La Riqueza pasó cerca en una barca lujosísima y el Amor le dijo:
¿Riqueza, ¿me puedes llevar contigo?

“No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti.”

Entonces el Amor decidió pedirle ayuda al Orgullo que estaba pasando en una magnífica barca,

¿Orgullo te ruego, ¿puedes llevarme contigo?

“No puedo llevarte, Amor…” respondió el Orgullo: ¿aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca?

Entonces el Amor dijo a la Tristeza que se estaba acercando:
“Tristeza te lo pido, déjame ir contigo.”

“Oh Amor” respondió la Tristeza, ¿estoy tan triste que necesito estar sola?.
Luego el Buen Humor pasó frente al Amor; pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.

De repente una voz dijo:

“Ven Amor, ¿te llevo conmigo?

Era un viejo el que lo había llamado.

El Amor se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre al viejo.

Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue.blau i barca

El Amor se dio cuenta de cuanto le debía y le preguntó al Saber:
¿Saber, ¿puedes decirme quién me ayudó?
Ha sido el Tiempo, respondió el Saber ¿El Tiempo?” se preguntó el Amor
¿Por qué será que el Tiempo me ha ayudado?.

El Saber lleno de sabiduría respondió:

“Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuán importante es el Amor en la vida”.

Piensa en ello, si quieres…

El alacrán

 

Alacran

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: “Perdone, ¡pero usted es terco¡ ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?”. El maestro respondió: “La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar”.

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño!! …sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.

Piensa en ello, si quieres…

Las sabanas

 

Ropa colgada en balcón con mazorcas

“¡Qué sabanas más sucias cuelga la vecina en el tendedero!- le comento una mujer a su marido- debería comprarse otro jabón. ¡Igual debería ayudarla a lavarlas!”

El marido la miró sin decir nada.

Cada dos o tres días, cuando su vecina tendía la ropa, la mujer repetía su discurso.

Al cabo de un mes, la mujer se sorprendió al ver a su vecina tender unas sábanas blanquísimas y limpísimas, estaban como nuevas.

“¡Mira! – Le dijo emocionada a su marido – parece que ya aprendido. ¿Se lo habrá dicho alguna otra vecina?”

El marido la miró y respondió: “No, hoy me levante temprano y limpie los cristales de nuestra ventana”.

A veces criticamos algo que desconocemos, sin pensar que quizás somos nosotros los que estamos mal.Todo depende del color del cristal con que se mire.

Piensa en ello, si quieres…

El hombre que escupió a Buda.

 

En una ocasión, un hombre se acercó a Buda e, imprevistamente, sin decir palabra, le escupió a la cara. Sus discípulos, por supuesto, se enfurecieron.

Ananda, el discípulo más cercano, dijo dirigiéndose a Buda:

-¡Dame permiso para que le enseñe a este hombre lo que acaba de hacer!

Buda se limpió la cara con serenidad y dijo a Ananda:

-No. Yo hablaré con él.

Meditating in old templeY uniendo las palmas de sus manos en señal de reverencia, habló de esta manera al hombre:

-Gracias. Has creado con tu actitud una situación para que pueda comprobar si todavía puede invadirme o no la ira. Y no puede. Te estoy tremendamente agradecido. También has creado un contexto para Ananda; esto le permitirá ver que todavía puede invadirlo la ira.

¡Muchas gracias!¡Te estamos muy agradecidos! Y queremos hacerte una invitación. Por favor, siempre que sientas el imperioso deseo de escupir a alguien, piensa que puedes venir a nosotros.

Fue una conmoción tal para aquel hombre… No podía dar crédito a sus oídos. No podía creer lo que estaba sucediendo. Había venido para provocar la ira de Buda. Y había fracasado.

Aquella noche no pudo dormir, estuvo dando vueltas en la cama y no pudo conciliar el sueño. Los pensamientos lo perseguían continuamente. Había escupido a la cara de Buda y éste había permanecido tan sereno, tan en calma como lo había estado antes, como si no hubiese sucedido nada…

A la mañana siguiente, muy temprano, volvió precipitadamente, se postró a los pies de Buda y dijo:

-Por favor, perdóname por lo de ayer. No he podido dormir en toda la noche.

Buda respondió:

-Yo no te puedo perdonar porque para ello debería haberme enojado y eso nunca ha sucedido. Ha pasado todo un día desde ayer, te aseguro que no hay nada en ti que deba perdonar. Si tú necesitas perdón, ve con Ananda, échate a sus pies y pídele que te perdone. Él lo disfrutará.

Piensa en ello, si quieres…

 

¿Qué significa ser pobre?

amanecer
Un padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina. Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo.
En el automóvil, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo:
– ¿Qué te pareció la experiencia?…
– Buena – contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
– Y… ¿qué aprendiste? – insistió el padre…
El hijo contestó:
1.- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
2.- Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín… Y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos, y otras bellezas.
3.- Que nosotros importamos linternas del Oriente para alumbrar nuestro jardín… Mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.
4.- Nuestro patio llega hasta la cerca… Y el de ellos llega al horizonte.
5.- Que nosotros compramos nuestra comida;… Ellos, siembran y cosechan la de ellos.
6.- Nosotros oímos cd’s… Ellos escuchan una perpetua sinfonía de pájaros, pericos, ranas, sapos, grillos y otros animalitos….
7.- Nosotros cocinamos en la cocina eléctrica… Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.
8.- Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas….. Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
9.- Nosotros vivimos conectados al móvil, a la ordenador, al televisor… Ellos, en cambio, están “conectados” a la vida, al cielo, al Sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.
El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo…y entonces el hijo terminó:
– ¡Gracias papá, por haberme enseñado lo pobres que somos!
Cada día estamos más pobres de espíritu y de apreciación por la Naturaleza que son las grandes obras.
Nos preocupamos por TENER, TENER, TENER Y MÁS TENER en vez de preocuparnos por SER.

Piensa en ello, si quieres…

La tienda de la verdad.

 

Extraído del libro Shimriti de Jorge Bucay.

 

El hombre paseaba por aquellas pequeñas callejuelas de la ciudad de provincias. Como tenía tiempo, se detenía unos instantes ante cada escaparate,ventanas delante de cada tienda, en cada plaza. Al girar una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco. Intrigado, se acercó y arrimó la cara al cristal para poder mirar dentro del oscuro escaparate…Pero en el interior sólo vio un atril que sostenía un cartel escrito a mano.

El anuncio era curioso:

Tienda de la verdad

El hombre, sorprendido, pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entonces entró y, acercándose a la señorita que estaba en el primer mostrador, preguntó:

-Perdón, ¿es está la tienda de la verdad?

-Sí, señor. ¿Qué tipo de verdad está buscando? ¿Verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa…?

Pues sí, allí vendían verdad. Él nunca se había imaginado que esto fuera posible: llegar a un lugar y llevarse la verdad. Era maravilloso.

-Verdad completa – contento sin dudarlo.

“Estoy cansado de tantas mentiras y de falsificaciones – pensó – No quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni fraudes”.

-¡Verdad plena! – ratificó.

-Perdón, ¿el señor ya sabe el precio?

-No, ¿Cuál es? – contesto rutinariamente, aunque en realidad él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.

-Mire: si usted se la lleva – dijo la vendedora -, posiblemente durante un largo periodo de tiempo no pueda dormir del todo tranquilo.

Un frío recorrió la espalda del hombre, que pensó durante unos minutos. Nunca se había imaginado que el precio fuera tan alto.

-Gracias y disculpe… – balbuceó finalmente, antes de salir de la tienda mirando al suelo.

Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que todavía necesitaba algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los que refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo.

“Quizás más adelante…”, pensó, intentando mitigar la vergüenza que le daba su propia cobardía…

 

Piensa en ello, si quieres…