Sobre uno mismo – Terapia Gestalt http://terapiasgestalt.es Teresa Beltran Olivé Thu, 06 Dec 2018 08:27:54 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Gratitud vs Deuda http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/ http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/#respond Thu, 06 Dec 2018 08:27:54 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=1010   Una de las grandes confusiones que arrastramos muchos de nosotros es la diferencia que existe entre ser agradecido y estar en deuda. ¿De dónde hemos extraído la loca idea de que para demostrar agradecimiento hemos de pagar por lo recibido? Durante mi infancia, me enseñaron a responder siempre con ese “gracias” mecánico ante cualquier …

La entrada Gratitud vs Deuda se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

Una de las grandes confusiones que arrastramos muchos de nosotros es la diferencia que existe entre ser agradecido y estar en deuda. ¿De dónde hemos extraído la loca idea de que para demostrar agradecimiento hemos de pagar por lo recibido?

Durante mi infancia, me enseñaron a responder siempre con ese “gracias” mecánico ante cualquier acción o palabra de otro dirigida a mi persona. Yo era una niña muy educada, nunca dejé de decirla, pero realmente durante mucho tiempo no fue más que una palabra protocolaria que debía pronunciar.

Durante mis años de maestra, una de mis obsesiones era que mis alumnos fuesen educados, pero ahora me doy cuenta de que hice exactamente lo mismo que hicieron conmigo: adiestrarlos como al perro de Pavlov, aunque en nuestro caso, en lugar de salivar, nos volvimos locos respondiendo adecuadamente.

Y si con esto no fuera suficiente, llegué a creer que era estrictamente necesario corresponder ante una petición, un favor o hasta incluso un regalo con algo equivalente a lo recibido o, en su defecto, quedar en deuda, estando a merced a partir de entonces de esa persona o grupo de ellas hasta llegar a saldar ese “descubierto”.

Es una costumbre bastante extendida, aunque en mi caso concreto el introyecto que lo ha potenciado es esta famosa máxima paterna: “Cada uno ha de sacarse sus castañas del fuego”. Por tanto, todo lo que sea recibir ayuda tiene un precio y pedirla… tiene mayor coste.

Cuando, por el contrario, estamos en el otro lado de la balanza, cuando somos los que damos, tanto sea por decisión propia como por demanda ajena, nos solemos situar en un estrato superior y desde ahí observamos al “otro”, juzgando sus acciones y decidiendo si el susodicho individuo es merecedor de nuestra consideración. Nos quedamos a la espera de ver cómo a partir de este momento “el otro” nos agradecerá, mejor dicho, nos devolverá lo recibido.

Como muchas otras facetas, hemos desvirtuado lo que significa ser generoso o ayudador y lo hemos convertido en un intercambio casi pecuniario.

Si busco el significado de “dar”, no encuentro ninguna entre sus muchas acepciones que implique necesariamente un intercambio. El sentido de este tipo de acción va únicamente en una dirección: del que da al que recibe.

Si busco pedir, el recorrido es el inverso: del que pide al posible dador. Pero tampoco el hecho de pedir y recibir implica necesariamente que haya que devolver lo tomado obligatoriamente.

Cuando alguien “da” por propia iniciativa, ha de ser consciente y responsable de lo que implica su acción: “te ofrezco lo que necesitas porque quiero ayudarte, no porque desee que estés a mi merced”. Si cuando “doy” en el fondo lo que estoy buscando es sentirme superior a ti porque poseo lo que tú no tienes y eso me hace sentirme privilegiado y utilizo ese seudopoder para controlarte, eso no es generosidad.

La generosidad es un acto desinteresado, que no espera intercambio. Un regalo es el acto generoso por excelencia: te doy simplemente por el placer de dar.

Si ante una demanda nos sentimos en la obligación de satisfacerla, lo mejor es pararse y dejarse sentir lo que nos está sucediendo.

Cuando pido tu ayuda, deseo que me la ofrezcas y por ello te estaré agradecida. Si no quieres dármela, estarás en todo tu derecho y yo debo estar preparada para ello, ya que el hecho de que te pida no te obliga a satisfacerme.

Si decides finalmente ayudarme y concederme lo que pretendo, no esperarás más que agradecimiento, a no ser que directa y claramente expongas lo que quieres a cambio de lo solicitado, con lo cual ya no es una petición sino que se ha convertido en un trueque.

Cuando damos por sentado que el “yo te doy y tú me debes” es lo lógico, lo único que estamos haciendo es apuntalar nuestra acción sobre un cimiento falso. La lógica, a la que hacemos tanta referencia cuando queremos dar por cierto algo que hacemos pero que no tiene base real donde apoyarse, es la costumbre generalizada que hemos convertido en norma, pero no por ello es la acción pertinente. Esto es como aquella famosa frase “del tocino y la velocidad”: Nada que ver, aunque lo sigamos haciendo.

El hecho de que una y otra vez repitamos el mismo círculo vicioso y seamos bastantes los que nos vemos inmersos en la misma creencia no la convierte por ello en cierta. Cambiarla está en nuestra mano.

Seguir una dinámica porque es lo que “siempre” se ha hecho, sólo ratifica mi sumisión al entorno, no la validez de la misma. Replantearse las costumbres y buscar su vigencia es más saludable que seguir haciendo algo simplemente porque todos lo hacen. Deja de moverte según la inercia y escoge  qué hacer con conciencia.

Recuerda:

Dar: Ofrecer, conceder, otorgar.

Pedir: Rogar o demandar a alguien que dé o haga algo, de gracia o de justicia.

Intercambiar: Cambiar entre sí ideas, informes, publicaciones.

Generosidad: Inclinación o propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés.

Agradecimiento: Sentir gratitud. Mostrar gratitud o dar gracias

Vender: Traspasar a alguien por el precio convenido la propiedad de lo que uno posee.

Comprar: Obtener algo con dinero o con especies.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Gratitud vs Deuda se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/feed/ 0
Uno encuentra lo que ha perdido dejando de buscar. http://terapiasgestalt.es/uno-encuentra-lo-que-ha-perdido-dejando-de-buscar/ http://terapiasgestalt.es/uno-encuentra-lo-que-ha-perdido-dejando-de-buscar/#respond Wed, 28 Nov 2018 15:08:59 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=1006     Obsesión: Perturbación anímica producida por una idea fija.                    Idea que con tenaz persistencia asalta la mente. Las obsesiones son esas ideas que se han convertido en unas compañeras inseparables que tan solo sirven para alterar nuestro ánimo, entorpecer nuestra concentración y alterar nuestra percepción. Desde mi punto de vista, uno de los …

La entrada Uno encuentra lo que ha perdido dejando de buscar. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

 

Obsesión: Perturbación anímica producida por una idea fija.

                   Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

Las obsesiones son esas ideas que se han convertido en unas compañeras inseparables que tan solo sirven para alterar nuestro ánimo, entorpecer nuestra concentración y alterar nuestra percepción.

Desde mi punto de vista, uno de los pilares donde estas ideas repetitivas e improductivas se asientan es en el control (“Comprobación, inspección, fiscalización, intervención” o también “Regulación, manual o automática, sobre un sistema”). Entiendo el control como ese deseo de omnipotencia que tiene el ser humano que le hace creer que es capaz de dominar su entorno.

Aunque es indiscutible que cierto grado de organización es conveniente para llevar una vida estable, también es verdad que si no dejamos espacio para la espontaneidad y el caos, la organización deja de ser un medio, una herramienta que favorece nuestro funcionamiento, para convertirse en control, ese afán por hacer encajar nuestro entorno en un molde ideado por nuestra mente.

Hoy quiero hacer hincapié en esta faceta del control que abraza la obsesión por recordar o encontrar algo. Esta es, para mí, una de sus más banales  demostraciones.

Aparentemente, podríamos tildar esta “obsesión” de tenacidad, tozudez, o persistencia en no abandonar, aunque que sea temporalmente, la consecución de un objetivo. Visto así, no aparenta ser algo terriblemente negativo o nocivo, incluso podríamos interpretarlo como una cualidad, ya que sin perseverancia realmente hay muchas empresas que seríamos incapaces de llevar a término.

El conflicto aparece cuando somos incapaces de relajarnos y tomarnos un respiro. Bajo la falsa creencia de que “parar es abandonar”, de que “el descanso es una pérdida de tiempo” o incluso bajo esa premisa catastrófica de “necesito encontrarlo ahora”, a veces seguimos focalizando nuestra atención sin ningún tipo de variación.

Es decir, si tras un buen rato de buscar, por ejemplo, las llaves, soy incapaz de encontrarlas, seguir invirtiendo más tiempo, volviendo a recorrer la casa, revolviendo rincones y vaciando cajones, deja de tener sentido. Pasado un rato, nos quedamos pegados cual ratones enjaulados en un bucle. Es como si una espesa venda nos envolviera y, a pesar de tener la idea clara de lo que buscamos, nuestra percepción queda alterada y simplemente seguimos revolviendo prácticamente sin ver. 

Buscar un objeto, recordar un hecho o un nombre, en el fondo es como cualquier otra actividad, cada cierto tiempo hay que descansar, cambiar de labor para poderla reanudar posteriormente de forma eficaz. La perseverancia puede dar paso a la obcecación si no somos capaces de introducir pequeñas variables. Es como haber tomado un camino creyendo que era el adecuado y persistir en él a pesar de darnos cuenta de que va hacia el sur, cuando queríamos ir al norte.

Es igual que cuando me ofusco por recordar el nombre de un libro, de una película o de ese amigo de la infancia. Si tras intentarlo soy incapaz, por mucho que me siga diciendo “¡Ay!, ¿Cómo se llamaba?”, no lo conseguiré. En el fondo he trazado una ruta para llegar a ello que no es la adecuada y, a pesar de darme cuenta de lo infructuosa que es, sigo por esa sinapsis nerviosa sin soltarla y, por tanto, impidiendo que se realice correctamente la conexión apropiada.

Retirarse y descansar, nos desconecta. En ocasiones, el recuerdo aparece de repente, el nombre viene a nosotros como una exhalación, sin previo aviso. En otras, es la clara intuición de dónde está el objeto perdido, que a veces simplemente aparece como si tuviera vida propia.

Nuestro afán por “seguir, seguir y seguir” es un engaño más de nuestra mente, que nos hace creer que sin nuestro esfuerzo consciente nada es posible. Sin embargo, somos más parecidos a una máquina recalentada que necesita enfriarse para volver a funcionar correctamente.

Por eso, tengo una vecina que tiene mis llaves de casa. Si las pierdo y no las encuentro, dejo de preocuparme, cojo las que tiene ella y a la vuelta, tengo dos juegos. Y esto no es dejadez, es prevención.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Uno encuentra lo que ha perdido dejando de buscar. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/uno-encuentra-lo-que-ha-perdido-dejando-de-buscar/feed/ 0
“Lo que no conoces puede afectarte, lo que te niegas a ver puede matarte” http://terapiasgestalt.es/lo-que-no-conoces-puede-afectarte-lo-que-te-niegas-a-ver-puede-matarte/ http://terapiasgestalt.es/lo-que-no-conoces-puede-afectarte-lo-que-te-niegas-a-ver-puede-matarte/#respond Sat, 20 Oct 2018 09:03:31 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=995   Cansada de darle vueltas a mis asuntos, decidí proporcionarle vacaciones a mi mente y, agarrando un bestseller, decidí devorarlo con el propósito de no dedicarme a nada serio hasta que “terminase” con él. Esta es una de mis técnicas ante el bloqueo. Hay momentos en que me siento tan colapsada que me resulta imposible …

La entrada “Lo que no conoces puede afectarte, lo que te niegas a ver puede matarte” se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

Cansada de darle vueltas a mis asuntos, decidí proporcionarle vacaciones a mi mente y, agarrando un bestseller, decidí devorarlo con el propósito de no dedicarme a nada serio hasta que “terminase” con él.

Esta es una de mis técnicas ante el bloqueo. Hay momentos en que me siento tan colapsada que me resulta imposible encontrar entre tanto pensamiento loco una idea decente a la que darle crédito; en momentos así la postura más coherente es darme espacio y tiempo.

La experiencia me ha enseñado que si dejo de agobiarme intentando encontrar la solución a algo, si dejo de atosigarme con la idea de que el tiempo apremia y me concedo un descanso apartando a un lado todas las presiones, de manera fluida y sencilla, la salida, idea o solución necesaria aparece sin mucha tardanza. Si abandono el control y me dejo caer, es entonces cuando el engranaje vuelve a funcionar y mis piezas internas van recolocándose.

En estos momentos de agobio, a pesar de saber lo necesario y beneficioso que me resulta hacerme a un lado en lugar de intentar por la fuerza conseguir aquello (sea lo que sea aquello), siempre me aparece la duda de si me estaré escaqueando y, en lugar de ofuscada, simplemente estoy queriendo escapar de una situación que no me gusta o que me supone algún esfuerzo. El miedo me agarra por los bajos y me hace creer que, si me dejo estar, seré incapaz de remontar, que las ideas se perderán por no buscarlas, que la salida estará tapiada por la pereza o que la solución permanecerá oculta.

Siempre me cuesta dejar de esforzarme, ya que el miedo me agarra y me hace creer que si por un momento pierdo el norte no volveré a encontrarlo. Y cuando por fin esta vez me dejo caer, aparece esta frase que remueve nuevamente todos mis propósitos:

Lo que no conoces puede afectarte, lo que te niegas a ver puede matarte”

Una frase exagerada, drástica y aun así cierta. Las personas que inician un proceso de crecimiento personal se dan cuenta de cómo todas esas particularidades de su carácter de las que no tenían conciencia les han afectado la vida. Aprenden que no conocer no evita que “eso” nos perturbe. Y lo que es más, no querer aceptarlo o negar su existencia no evitará que nos origine conflictos.

Y este es mi miedo: si suelto el control de la situación, quizás es porque estoy negando “algo” y, si es así,  me estoy perjudicando.

Cada uno de nosotros tiene un mecanismo estrella, ese que hace rechinar todo nuestro engranaje y nos destroza; el mío es el control.

Control: “Dominio, mando, preponderancia”

Existen bastantes más acepciones, aunque esta es la que más se adapta a mi caso. Soy controladora por miedo, por desconfianza, por rigidez… Vamos, que me creo tan omnipotente que si suelto por un momento las riendas, la vida no sabrá que hacer y me succionará un remolino,  o cualquier otra cosa peor.

Vamos, que me creo Dios y, como tal, no puedo descansar, he de estar al pie del cañón SIEMPRE.

Y la frase me abofetea y me obliga a reflexionar, a buscar su polaridad. Sí, en lugar de darle más fuerza a mi locura, la frase aparece ante mis ojos cuando por fin había dejado de esforzarme. En este momento de abandono, de permiso, puedo interpretar este fragmento desde otra dimensión, desde su opuesta.

Si me obsesiono tanto por algo siendo incapaz de variar según el aquí y ahora, esa rigidez, ese control, ese dominio, es el que me “afecta y mata”.

Cuando me quedo atrapada en una situación, esta se vuelve neurótica y ya no es creíble, por lo tanto, descansar o no, no es lo importante. Lo conveniente es desapegarse de “eso” para retomarlo cuando surja, con más calma, de manera más conveniente.

Y esta vez, de nuevo, el remedio ha funcionado y una frase del libro me ha devuelto al camino perdido.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada “Lo que no conoces puede afectarte, lo que te niegas a ver puede matarte” se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/lo-que-no-conoces-puede-afectarte-lo-que-te-niegas-a-ver-puede-matarte/feed/ 0
Sólo un paso separa lo ridículo de lo sublime. http://terapiasgestalt.es/solo-un-paso-separa-lo-ridiculo-de-lo-sublime/ http://terapiasgestalt.es/solo-un-paso-separa-lo-ridiculo-de-lo-sublime/#respond Sun, 14 Oct 2018 09:10:12 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=991   La mayoría de las personas nos solemos mover dentro de lo que se ha dado en llamar “zona de confort”: ese lugar mental donde estamos cómodos, sin presiones. La ventaja que tiene este espacio es ser un lugar conocido, dentro del cual sabemos movernos sin sorpresas; quizás no cubre todas nuestras aspiraciones, puede incluso …

La entrada Sólo un paso separa lo ridículo de lo sublime. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

La mayoría de las personas nos solemos mover dentro de lo que se ha dado en llamar “zona de confort”: ese lugar mental donde estamos cómodos, sin presiones.

La ventaja que tiene este espacio es ser un lugar conocido, dentro del cual sabemos movernos sin sorpresas; quizás no cubre todas nuestras aspiraciones, puede incluso que no nos haga sentir plenamente satisfechos, pero nos hace sentir seguros. La desventaja es que para mantener esta sensación de seguridad solemos sacrificar sueños e ilusiones y nos frenamos a la hora de embarcarnos en nuevas experiencias por miedo a lo desconocido.

Ante la insatisfacción y las ganas de evolucionar tan solo existe un antídoto: avanzar, dígase salir de la zona de confort y experimentar nuevas situaciones.

El miedo, la vergüenza, la invalidación, la exigencia, la baja autoestima… son los sentimientos que aparecen ante cualquier indicio de cambio y, si les dejamos, nos anclan en lo conocido de manera inamovible.

Para salir de nuestra zona de confort no hace falta hacer grandes cambios, simplemente introduciendo pequeñas alteraciones podemos movilizar nuestros esquemas: cambiar la ruta de camino a casa o al trabajo, hablar con personas desconocidas, viajar a nuevos lugares, cuestionarse ideas y estar abierto a otras opiniones…

A veces, no somos capaces por nosotros mismos de hacer ni pequeñas modificaciones, entonces la terapia puede ser una gran ayuda. Las sesiones de terapia son a veces como trabajar en un laboratorio experimental, donde tratamos de probar otras opciones no habituales para averiguar qué es mejor para nosotros. Después, estas acciones y pensamientos podemos extrapolarlos y vivenciarlos en nuestro día a día. Si no somos capaces de ello, resulta imposible reestructurar nuestra vida para conseguir un mayor bienestar.

Una de las herramientas que utilizamos son los llamados “rituales”. Existen muchos tipos de rituales, en este caso me refiero al conjunto de acciones que realizamos en un contexto determinado para conseguir un fin concreto. En nuestro caso, son acciones que realizamos para suprimir otras cotidianas que no nos producen el beneficio deseado.

Mediante el ritual se describen de forma pautada ciertas conductas que se deben realizar en determinado momento del día y en determinado espacio. Por tanto, el ritual terapéutico abarca tres facetas: la simbología, el espacio y el tiempo.

Gracias a los rituales, esos actos simbólicos que muchas veces en primera instancia pueden parecer actos ridículos, somos capaces de conseguir abrir nuestra mente a otras perspectivas y darnos cuenta de cómo “eso” que parecía inamovible no es más que una opción, una más entre muchas. El ser capaces de salir de esta zona de confort, en la cual ciertos pensamientos acompañan a determinadas acciones o sentimientos, nos hace más flexibles y tolerantes.

El ritual puede ser una herramienta que nos ayude a desprendernos de acciones o pensamientos que ya no nos satisfacen.

El ritual terapéutico a veces puede parecer un acto ridículo y sin sentido, sin embargo, cuando somos conscientes de su simbolismo, cuando se realiza en el espacio preciso y en el tiempo determinado, es algo sublime y transformador.

El ritual no es una costumbre, no se trata de hacer ciertas acciones automáticas de manera repetitiva, se trata de realizar una práctica determinada con un objetivo concreto en un momento dado.

Si el ritual se hace por hacer, no es más que una serie de acciones ridículas; sin embargo, cuando lo llevamos a cabo con plena conciencia de su simbología y lo realizamos de la manera precisa en el momento adecuado, se convierte en algo sublime, en un acto mágico.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Sólo un paso separa lo ridículo de lo sublime. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/solo-un-paso-separa-lo-ridiculo-de-lo-sublime/feed/ 0
Gestalts inconclusas. http://terapiasgestalt.es/gestalts-inconclusas/ http://terapiasgestalt.es/gestalts-inconclusas/#respond Mon, 01 Oct 2018 13:26:54 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=980 Una frase ciertamente rimbombante para definir las situaciones mal cerradas que nos persiguen. Este concepto fundamental de la terapia Gestalt (extraído de la Psicología de la Gestalt de Frankfurt) se basa en el principio de que si una situación o circunstancia en la que hemos participado aparentemente terminó, pero sigue para nosotros estando abierta emocionalmente, …

La entrada Gestalts inconclusas. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
Una frase ciertamente rimbombante para definir las situaciones mal cerradas que nos persiguen.

Este concepto fundamental de la terapia Gestalt (extraído de la Psicología de la Gestalt de Frankfurt) se basa en el principio de que si una situación o circunstancia en la que hemos participado aparentemente terminó, pero sigue para nosotros estando abierta emocionalmente, nos originará una predisposición a buscar, a crear o a participar en contextos similares con el objetivo de finalizarla satisfactoriamente.

La Psicología de la Gestalt ( Köhler, Wertheimer, Kurt Lewin…) nos explica que el organismo y el medio son concebidos como un todo, donde el organismo recibe al medio como un conjunto significativo, estructurado en términos de “figura” y “fondo” en función del interés o necesidad del momento. Es decir, la forma o configuración de cualquier cosa está constituida por una figura y por un fondo.

Este fenómeno involucra todos los aspectos de la experiencia. Es así como algunas de las situaciones que nos preocupan y forman el estatus de figura en el momento actual pueden pasar a convertirse en fondo cuando el problema o la necesidad que las ha hecho surgir desaparece. Esto especialmente se consigue cuando se “cierra” una gestalt, entonces esta se retira de nuestra atención hacia el fondo y de este surge una nueva gestalt motivada por cualquier nueva necesidad. Este ciclo de abrir y cerrar gestalts es un proceso permanente, que se produce durante toda nuestra existencia.

La psicóloga Blum Zeigarnik estudió las necesidades no satisfechas (gestalts inconclusas). Ella dice que crean una tensión que se convierte en una “casi necesidad” de acabar el trabajo. Esto es lo que se denomina “Efecto Zeigarnik” y explica por qué una y otra vez las gestalts inacabadas pugnan por convertirse en figura. Este efecto se ha utilizado como recurso tanto en publicidad como en pedagogía.

De algún modo estaríamos programados para terminar lo que empezamos, es algo que hacemos en todos los ámbitos. No sólo necesitamos una y otra vez hacer emerger del fondo esa figura (situación) que no tenemos resuelta para finalizarla, sino que tenemos la tendencia de “cerrar”, de configurar todo aquello que nos rodea dándole un significado.

Está demostrado que cuando en un texto se han substituido ciertas letras por números, nuestra capacidad o tendencia a completar la situación nos permite comprender el sentido completo. También somos capaces de componer o formar figuras a partir de trazos.

Esta tendencia por “completar” nos hace interpretar las circunstancias desde una óptica subjetiva: sólo podemos cerrarlas teniendo en cuenta nuestro conocimiento anterior adquirido en situaciones similares, por lo tanto, si fuimos incapaces de gestionarlas correctamente, si no hacemos algo por cambiar esa inercia, seguiremos haciendo lo mismo una y otra vez, con lo cual seguirá dicha gestalt mal cerrada.

Un ejemplo claro de mala gestión sería la elección repetitiva de parejas, aparentemente muy diferentes, pero cuyo patrón de comportamiento es el mismo: hombres o mujeres ausentes o distantes, mayores o menores que uno, dependientes o excesivamente independientes, autoritarios o sumisos…

No somos conscientes de que nuestras decisiones se basan en decisiones anteriores, repitiendo patrón aunque el resultado no haya sido el deseado. Lo que nos hace seguir eligiendo lo mismo, aun a pesar de no haber obtenido con ello el resultado esperado, es que nos movemos dentro de lo conocido, aunque no nos guste o sea desagradable. El cambio implica una decisión consciente.

Cuando, en un momento dado, soy consciente de que mis conflictos se repiten a través del tiempo, con diferentes personas pero en situaciones muy similares, sé que algo no anda bien. Me produce mucho malestar, interfiere en cierto modo en mi vida cotidiana y tengo la sensación de: “otra vez lo mismo”.

Está claro, tengo asuntos pendientes.

A veces, para cerrar gestalts inconclusas es necesario un trabajo terapéutico (de crecimiento personal) para poder llegar a realizar “decisiones conscientes” en lugar de seguir siendo arrastrado por los viejos patrones de comportamiento.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Gestalts inconclusas. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/gestalts-inconclusas/feed/ 0
Yo soy. http://terapiasgestalt.es/yo-soy/ http://terapiasgestalt.es/yo-soy/#respond Sun, 23 Sep 2018 12:12:29 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=975   El otro día, mientras viajaba en el metro, escuchaba la conversación que mantenían dos muchachas. En un momento dado, una le preguntó a la otra: -“Y tú, ¿de qué haces?” – “Soy masajista”- le respondió. “Soy”, primera persona del presente de indicativo del verbo SER que, por si no lo has buscado nunca, tiene …

La entrada Yo soy. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

El otro día, mientras viajaba en el metro, escuchaba la conversación que mantenían dos muchachas. En un momento dado, una le preguntó a la otra:

-“Y tú, ¿de qué haces?”

– “Soy masajista”- le respondió.

“Soy”, primera persona del presente de indicativo del verbo SER que, por si no lo has buscado nunca, tiene un motón de entradas en el diccionario de la Real Academia Española. A veces “me comporto” como una niña y me sorprendo con cualquier cosa (podría escribir “soy”, pero si sigues leyendo compartirás mi opinión sobre que no sería lo más acertado).

Soy”, como si el sustantivo o el adjetivo que seguirán a continuación pudiesen abarcar todo aquello que configura la esencia de un ser humano concreto. ¿Si “soy esto”, quiere decir que “no soy lo otro”?

Definir nuestro trabajo desde este “yo soy” comporta que un oficio o una acción pudieran abarcar totalmente toda nuestra dimensión.

Yo trabajo de acompañante de enfoque gestáltico, pero también lo he hecho de maestra, de gerocultora, de cocinera… También hago de madre, de amiga, de vecina…

He tenido trabajos, tengo pensamientos y sentimientos y a pesar de que ellos me configuran no soy eso: soy todo eso y mucho más.

Hace poco hablaba en otra entrada sobre la idea del lenguaje como ritual (ver “Estoy bien de salud”). Vuelvo a incidir aquí en esta visión, esta impresión sobre la magia o el maleficio que supone hablar de determinada manera, de definir de modo concluyente aspectos concretos, en este caso, definirnos de manera cerrada y fija como “Soy”.

¿Qué pasa entonces cuando dejo de hacer  “eso”? ¿Dejo entonces de “ser”?

¿Qué quiere decir “Soy”?

Todas las acepciones del verbo “Ser” son limitantes. Su esencia como concepto es partidista, su uso configura una elección o al menos nos adhiere a una opción. Su aplicación excluye cualquier otra alternativa posible. Es la identificación con una polaridad implicando la existencia como tal. Simboliza posesión, pertenencia, definición.

Todas las personas que nos movemos dentro del campo del crecimiento personal nos damos cuenta, en un momento dado de nuestro proceso, de que definirnos desde este “Soy” resulta realmente condicionante. Lo que en una época de nuestra vida aparentemente nos podía haber definido, a la mañana siguiente puede estar completamente desfasado. Que ese aspecto que creíamos era “nuestra esencia más propia”, no deja de ser ni más ni menos que una cara más de nuestra forma de mostrarnos; simplemente una faceta entre otras tantas, quizás la emergente, la que hacemos visible dadas las circunstancias, la costumbre o el patrón de comportamiento, pero aun así, no es la única posible.

Personalmente, intento no utilizar este verbo, dejé de intentar definirme hace ya bastante tiempo.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono (whats o sms) o correo electrónico.

La entrada Yo soy. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/yo-soy/feed/ 0
Resiliencia. http://terapiasgestalt.es/resiliencia/ http://terapiasgestalt.es/resiliencia/#respond Fri, 07 Sep 2018 17:27:03 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=966   “Aprender del dolor sin caer en el sufrimiento”  No existe un estado total de satisfacción, nuestro cerebro no está preparado para ello. En el fondo, un estado de insatisfacción es necesario para el progreso, necesario para llegar a reproducirte, para alimentarte, para intentar acumular toda una serie de recursos que te permitan tener éxito …

La entrada Resiliencia. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

“Aprender del dolor sin caer en el sufrimiento”

 No existe un estado total de satisfacción, nuestro cerebro no está preparado para ello. En el fondo, un estado de insatisfacción es necesario para el progreso, necesario para llegar a reproducirte, para alimentarte, para intentar acumular toda una serie de recursos que te permitan tener éxito como organismo.

Los estados de insatisfacción son los que nos garantizan, como especie, la supervivencia, aunque no suelen gustarnos e incluso a algunos nos cuesta superarlos.

Resiliencia, entiendo este concepto como la fuerza para seguir. Es ese estímulo que te empuja hacia adelante buscando lo beneficioso, una y otra vez, las veces que sea necesario.

Cuando veo el televisor, suelo mirar series; para mí son cuentos para adultos.  El otro día, me tragaba (no era de mis series preferidas) un capítulo de una americanada y me sorprendió escuchar esta frase que me pareció de lo más adecuada para este post:

“Encuentran lo que más te duele e intentan derrumbarte, pero ahí se equivocan: lo que más nos duele, nos da fuerza, eso es lo que nos hace seguir”.

Es así como yo veo la Resiliencia, las personas con esta facultad, cuando la vida trae situaciones que las alteran, incluso podríamos decir que las golpean duramente, no se hunden, en realidad se crecen.

¿Cuál es la razón de que unos sean resilientes y otros no? Aunque no soy ninguna experta en el tema y siendo plenamente consciente de que me falta información, mi percepción es que la personalidad es la base donde se sustenta.

¿Qué entiendo por personalidad?

La personalidad es el conjunto de temperamento y carácter y consiste en un conjunto de características psicológicas que se expresan en todos nuestros actos.

El temperamento es nuestro legado biológico, representa la influencia de la naturaleza física codificada, por lo que es difícil de cambiar. Incluye el sustrato neurológico, endocrinológico y bioquímico, desde el cual empezará a formarse la personalidad.

– El carácter: Es el conjunto de características adquiridas durante nuestro crecimiento y supone un cierto grado de conformidad con las normas sociales.

Según esto, uno puede nacer o fácilmente hacerse con esta facultad ya que no sólo tiene una predisposición “genética”, sino que además el ambiente donde ha crecido ha seguido favoreciendo su adquisición, con lo que, al final, una de sus características típicas de su personalidad será la capacidad de Resiliencia.

¿Qué pasa entonces con los que no hemos nacido tan preparados para ello o el ambiente donde nos hemos desarrollado no ha sido tan fértil para favorecer su evolución?

Simplemente que tendremos que trabajárnoslo un poco más. El trabajo de crecimiento personal puede ayudarnos a desplegar esta faceta hasta ahora desconocida en algunos.

No me cansaré de repetir que no es fácil, no existe mago alguno que con un golpe de varita consiga reestructurarnos de tal modo que las dificultades o deficiencias que creemos tener den paso a cualidades o potencialidades más sanas o satisfactorias. Pero podemos, con tiempo, perseverancia y muchas ganas, ir ganando terreno poco a poco hacia la meta.

La terapia es una muleta temporal que puede ayudarnos a iniciar el cambio.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Resiliencia. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/resiliencia/feed/ 0
Estoy bien de salud. http://terapiasgestalt.es/estoy-bien-de-salud/ http://terapiasgestalt.es/estoy-bien-de-salud/#respond Sun, 02 Sep 2018 10:31:50 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=959   Me encontré hace unos días con un conocido, hacía tiempo que no nos veíamos y fue una grata sorpresa. Como la mayoría de la gente en estas circunstancias, los primeros intercambios verbales suelen abarcar todas las convenciones sociales establecidas: ¿qué tal?, ¿cómo estás?, ¿tu familia?, ¿el trabajo?… En este caso concreto, le pregunté específicamente …

La entrada Estoy bien de salud. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

Me encontré hace unos días con un conocido, hacía tiempo que no nos veíamos y fue una grata sorpresa. Como la mayoría de la gente en estas circunstancias, los primeros intercambios verbales suelen abarcar todas las convenciones sociales establecidas: ¿qué tal?, ¿cómo estás?, ¿tu familia?, ¿el trabajo?…

En este caso concreto, le pregunté específicamente por su mujer, la cual tiempo atrás había estado seriamente enferma. Fue su respuesta la que me ha hecho reflexionar y escribir este post:

“Bien, muy bien; de salud está perfectamente, ahora de la cabeza…”

No es una frase inusual, cualquiera puede entender que la enfermedad física ha remitido, pero que su estado emocional no es del todo satisfactorio. Aunque, recapacitando sobre ello, vi mucho más allá de este simple significado.

El lenguaje es un vehículo mágico, que no sólo nos ayuda a mantener una mejor comunicación con nuestros semejantes, sino que expresa de manera inconsciente las opiniones, los sentimientos que albergamos sobre los diferentes aspectos, en definitiva, nuestras creencias o al menos con las que nos hemos criado y crecido. Desde la costumbre y el automatismo lo usamos sin percatarnos de si realmente estamos de acuerdo o no con aquello que decimos, reforzando, con la expresión, creencias o situaciones determinadas.

A pesar de que conscientemente sabemos que la salud abarca cualquier matiz de nuestro organismo, ya sea físico o mental, seguimos separando las enfermedades como físicas y psicológicas y, todavía más, dar como saludable nuestro estado por el aparente hecho de que a nivel corporal no haya síntomas disfuncionales aunque quizás sí los haya a nivel emocional y/o psicológico.

¿Cómo puede estar mi cuerpo saludable sino lo está mi mente? o ¿cuánto tiempo permanecerá saludable mi cuerpo si mi mente no lo está?

Todo lo que pensamos, lo que sentimos, aquello en que creemos configura no sólo nuestra manera de actuar sino también nuestra estructura. Somos barro en constante modelaje.

No creo en el pensamiento positivo, no estoy de acuerdo con aquellos que opinan que todo tiene solución favorable si ponemos nuestra intención en ello. Estoy convencida de que en la vida uno se encuentra con situaciones incómodas, desagradables incluso a veces terribles, que es imposible cambiar o alterar simplemente por pensar positivamente en su solución.

Sin embargo, sí creo que somos capaces de mejorar, o al menos de no empeorar más nuestro estado, si aprendemos a ser conscientes en cada momento de nuestros pensamientos, sentimientos y actos.

El lenguaje es nuestro ritual cotidiano, con él reafirmamos o desconfirmamos nuestras acciones, nuestras emociones. Nos damos fuerza o nos la quitamos. Nos equilibramos o nos segmentamos.

Si tomas conciencia de lo que realmente dices, no de lo que crees estar diciendo, puede que te sorprendas de lo que estás invocando.

¿Recuerdas aquella frase que dice: “cuidado con lo que deseas”? Hoy podríamos darle una nueva pero igual de interesante lectura: “Cuidado con lo que dices”, ya que puede entorpecerte la vida.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Estoy bien de salud. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/estoy-bien-de-salud/feed/ 0
¿Por qué? http://terapiasgestalt.es/por-que/ http://terapiasgestalt.es/por-que/#respond Wed, 22 Aug 2018 11:12:24 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=948   Esta es la pregunta que prácticamente se hace todo el mundo ante los conflictos o situaciones estresantes. ¿Por qué me sucede esto?, ¿por qué razón?, ¿por qué a mí? Es como si creyésemos que, por descubrir la causa la problemática desaparecería por sí sola. Estamos demasiado acostumbrados a funcionar con este sistema de causa-efecto …

La entrada ¿Por qué? se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

Esta es la pregunta que prácticamente se hace todo el mundo ante los conflictos o situaciones estresantes. ¿Por qué me sucede esto?, ¿por qué razón?, ¿por qué a mí?

Es como si creyésemos que, por descubrir la causa la problemática desaparecería por sí sola. Estamos demasiado acostumbrados a funcionar con este sistema de causa-efecto y nos cuesta aceptar que esta pregunta, al menos en el ámbito emocional, es la de menor importancia.

El motivo que nos ha llevado a cierta situación o a comportarnos como lo hacemos es menos significativo para nuestro bienestar que el cómo, el qué, el dónde, el cuándo…

Es más importante trabajar sobre cómo me está afectando lo que hago, pienso o siento; es mejor profundizar en dónde me sucede tanto a nivel corporal como a nivel espacial (situaciones específicas) y en el cuándo se da temporalmente o ante qué personas concretas.

Podemos añadir más y más preguntas para ir delimitando y conociéndonos y la que menos información nos dará siempre es ¿por qué? La respuesta siempre será una idea, un concepto, una conclusión que sin la compañía de cómo, qué, dónde y cuándo no nos llevará a la resolución del problema.

Cuando detectamos que hay algo en nosotros o en nuestra manera de funcionar que nos impide ser felices, la mejor solución no es saber por qué nos está sucediendo, o cuál es su origen y quién es el culpable de que hoy nos encontremos justo así. Lo más beneficioso es conocer qué es ese algo exactamente, aceptar que ya está aquí y por mucho que busquemos responsabilidades no va a desaparecer, reconocer lo positivo que hay en ello  y, poco a poco, aprender a convivir con él, pues esta es la única solución para llegar a quitarle las riendas de nuestro destino y poder hacer de “ese algo” un instrumento más de nuestro bagaje, siendo nosotros quienes decidamos utilizarlo en lugar de ser él quien nos arrastre.

El porqué siempre aparece y, cuando lo haga, será un dato más que nos ayudará, pero nunca es la pregunta por la que empezar.

Buscar el porqué es intentar encontrar un causante de nuestros males, un factor externo que una vez descubierto pueda eliminarse y con él nuestro pesar. Sin embargo, a día de hoy, lo que entorpece nuestro equilibrio somos nosotros mismos, el cómo seguimos gestionando “ese algo” que ya ha desaparecido aunque de algún modo seguimos viendo su reflejo y nos hace repetir una y otra vez un patrón de conducta obsoleto.

Cuando en terapia acompañamos a las personas en su búsqueda de bienestar, el porqué es lo que menos nos interesa, lo fundamental es ayudarle a vivir en el momento presente, cómo llegó aquí no importa tanto como intentar conseguir que se encuentre bien de ahora en adelante.

La mayor parte de las veces sólo somos conscientes de nuestra insatisfacción pero desconocemos exactamente cómo y qué hacemos para sentirnos mal. A veces ni siquiera nos damos cuenta de cuándo se desencadena el malestar hasta que está ya instaurado, incluso puede que no sea claramente evidente ni siquiera el dónde sucede.

Antes de que importe el porqué, hay mucho camino por recorrer.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

La entrada ¿Por qué? se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/por-que/feed/ 0
Hoy es uno de esos días. http://terapiasgestalt.es/hoy-es-uno-de-esos-dias/ http://terapiasgestalt.es/hoy-es-uno-de-esos-dias/#comments Tue, 07 Aug 2018 09:43:03 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=939   Sentada ante el ordenador me invade el desasosiego, nada ha sucedido (al menos aparentemente) que me haya inducido este estado de ánimo. Me siento vacía, cansada, sin ganas de nada y, al mismo tiempo, con un anhelo feroz de algo, aunque no consigo identificar qué es lo que quiero. No es un estado extraño, …

La entrada Hoy es uno de esos días. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
 

Sentada ante el ordenador me invade el desasosiego, nada ha sucedido (al menos aparentemente) que me haya inducido este estado de ánimo. Me siento vacía, cansada, sin ganas de nada y, al mismo tiempo, con un anhelo feroz de algo, aunque no consigo identificar qué es lo que quiero.

No es un estado extraño, ni siquiera puedo llamarlo inusual, más bien es un acompañante fiel que nunca acaba por completo de alejarse. Como las corrientes marinas, forma parte de mí misma y a veces arremete con fuerza mientras que otras se mantiene soterradamente en el fondo.

Junto a ella, otra ráfaga sacude mi interior diciéndome que ya está bien de tanto rollo, que de qué sirve tanto tiempo mirándome el ombligo, tantos talleres, tanta formación, tanto esfuerzo y, por si fuera poco, tanto dinero… De qué ha servido todo, si este “oscuro pasajero” sigue ahí.

Cuando de algún modo se alían estas corrientes y estas voces, me siento zozobrar como hoy en estas mis aguas más negras.

Y, paralelas a ellas, también habitan mi cuerpo, otras corrientes y otras voces que hoy quedan ahogadas y olvidadas; constituyen el grupo que sigue repitiéndome sin descanso: aún no has llegado, aún te falta, no puedes desfallecer, no te apalanques; es normal, levántate.

Sin embargo, hoy es de esos días en que entro en conflicto, esos días en que lucho por sortear los obstáculos, por evadir los peligros, por salir rápidamente del laberinto. Hoy es de esos días en que quiero entender y no vivir, sobrevivir sin superar y salir sin afrontar. Hoy es el día en que la balanza se inclina y ganan las voces derrotistas la batalla.

Hoy estoy en lucha, hoy no acepto que la vida es esto también. Hoy he de reconocer que sigo triste, que no importa lo que marque el calendario, ni los días o meses que hayan pasado. Que me duele todavía el alma, que aún siento rabia. No quiero aceptar que mi herida sigue abierta. Y lo que es peor, que esto no tiene que ver con nada ni con nadie.

Hoy es de esos días en que la soledad y el silencio pesan tanto como losas; hoy es de esos días en que pierdo el centro y deseo creer que algo o alguien puede darme lo que tanto necesito; “eso” que no sé lo que es.

Hoy es de esos días en los que me cuesta tanto acompañarme a mí misma.

Siento cómo se desencadena la trifulca: “el oscuro pasajero” que intenta arrastrarme hacia los negros abismos, la luchadora que empuja hacia la superficie. Y, poco a poco, el cansancio, la falta de fuerzas….

Al final, puede que ya sea mañana, puede que pasado, me dejo estar, agotada de tanto ir contracorriente, derrotada por una de mis polaridades, aceptando que no puedo más. Y sólo entonces, en este momento de total derrota, cuando por fin dejo a eso, sea lo que sea, seguir su propio curso sin oposición ni empuje por mi parte consciente, sólo en ese momento es cuando dejo de hundirme y floto… floto por encima de todas mis corrientes.

Estoy triste y me duele. Estoy enfadada, rabiosa como un perro. A pesar de todo el trabajo, a pesar de lo avanzado, sigo siendo una humana de a pie, persiguiendo la sanación, la iluminación, la beatitud…

Acepto, cuando puedo (esta tarde, mañana, pasado o quizás al otro) que no he llegado a ningún lugar, que no me he curado del todo, que simplemente avanzo cada día un poco más y que el aspecto favorable es no reabrir lo que quedó bien limpio y cerrado. Acepto, por fin, que el camino no va a terminar hasta que se escape mi último aliento.

Hoy estoy torcida, mañana me centraré de nuevo. Esto es lo que he aprendido y lo que me mantiene a flote: estar perdida no es aceptar lo que siento, es querer sentir lo que no es cierto.

Soy como tú, como todos; con días buenos, con días horribles.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

La entrada Hoy es uno de esos días. se publicó primero en Terapia Gestalt.

]]>
http://terapiasgestalt.es/hoy-es-uno-de-esos-dias/feed/ 1