Terapias gestalt » patrones de comportamiento http://terapiasgestalt.es Terapia Gestalt barcelona Fri, 12 Jul 2013 17:56:06 +0000 en-US hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.5.1 Historia saturada del problema. http://terapiasgestalt.es/historia-saturada-del-problema/ http://terapiasgestalt.es/historia-saturada-del-problema/#comments Fri, 12 Jul 2013 12:42:28 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1342

 

 

Siguiendo el hilo del artículo en que hablaba sobre la Narrativa, la Historia saturada del problema sería, a raíz de la obsesión que un conflicto nos crea, cómo nos resulta casi imposible prestar atención a cualquier otra circunstancia de nuestra vida que no sea el “conflicto” en sí mismo.

paisageEs tal la obsesión que somos incapaces de ver más allá del problema y todo lo que él nos comporta. Sería un claro ejemplo de como “nuestra narrativa” nos impide salirnos o apreciar el resto de aspectos que inundan nuestra cotidianeidad.

De algún modo, nuestra atención y memoria se vuelven extremadamente selectivas y sólo somos capaces de atender a la información que se ajusta a la historia dominante y, por tanto, a recoger únicamente aquello que la confirma, obviando, sin ser conscientes, esas circunstancias, situaciones o aspectos que no la fundamenten.

Una historia que nos describa negativamente tiende a configurar de forma desfavorable los pensamientos y la conducta. Cuanto más atendemos a los defectos y a la disfunción, estos adquieren más fuerza y más intratable se vuelve la parte “negativa”.

Los juicios, las sentencias, los veredictos, actúan como cadenas que no permiten ninguna otra visión y, de este modo, el cambio puede parecer imposible, pese a los enormes esfuerzos de la persona por modificar su conducta.

Para clarificar lo anterior, os explico un experimento que se realizó en la década de 1960 con perros:

Se ponía a los perros en unas jaulas cuyo suelo era de malla metálica. Cada jaula estaba dividida en dos compartimentos, separados por una barrera que tenía un agujero por el que podía pasar el perro. El experimento consistía en aplicar una ligera descarga eléctrica en uno de los lados de la jaula. Cuando esto ocurría, los perros se iban rápidamente al otro lado de la jaula, donde no se había aplicado ninguna descarga. En un momento dado, los investigadores aplicaban descargas eléctricas en ambos lados. Los perros iban y venían de un lado a otro de las jaulas, intentando escapar. Pasado un tiempo, al darse cuenta de que no había escapatoria posible, se tumbaban y dejaban de intentarlo. En ese momento, los investigadores dejaban de aplicar descargas en uno de los lados, esperando a ver cuándo los perros se daban cuenta. La mayoría de los perros no lo hicieron nunca: habían aprendido que era imposible escapar de las descargas, así que ¿para qué intentarlo?

Algunos perros insistieron, a pesar de la evidencia en contra, y descubrieron que las descargas habían desaparecido y, por tanto, se pudieron refugiar en ese lado y escapar de ellas.

Hay personas cuyas organizaciones mentales se basan en historias de imposibilidad y, por tanto, creen que no tienen ningún poder para cambiar las cosas, que sus problemas son persistentes, duraderos, invasivos e inevitables. Al dejar de intentar superar sus conflictos, estas ideas de imposibilidad se convierten en profecías autorrealizadas.

La terapia puede ayudar a demostrar lo erróneo de dichas ideas.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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Narrativa http://terapiasgestalt.es/narrativa/ http://terapiasgestalt.es/narrativa/#comments Fri, 05 Jul 2013 10:58:21 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1332

 

 

Lo importante no es lo que nos pasa si no lo que contamos que nos pasa.

 

He tomado prestado el término “narrativa” de la terapia sistémica que, a su vez,  lo extrajo del Movimiento posmoderno (que apareció a mediados delgirasoles siglo pasado en oposición a la corriente ideológica modernista), pues me parece una forma muy apropiada de explicar lo que nos sucede.

La narrativa es un género literario, una manera de escribir o contar una historia, caracterizado por ordenar temporalmente una serie de eventos que son significativos para el narrador.

La terapeuta sistémica Harlene Anderson, expone que el conocimiento es una construcción social y un producto de intercambio social. Por tanto, los significados que atribuimos a las cosas, los acontecimientos, la gente y a nosotros mismos son el resultado del lenguaje.

Aunque, en este texto, me interesaba profundizar un poco más en la poderosa fuerza que posee nuestra propia narrativa  (ver artículos relacionados con la fuerza del lenguaje  Estoy bien de salud y Yo soy); sobre cómo lo que nos decimos y cómo nos lo decimos nos condiciona.

El pensamiento narrativo consiste  en contarse historias unos a otros y a uno mismo; al narrar estas historias vamos construyendo un significado con el cual nuestras experiencias adquieren sentido. Cada individuo construye sus significados en el continuo actualizar de su historia.

La narrativa está compuesta por los relatos que suceden dentro de un espacio temporal y están narrados de una manera específica.

En la literatura, vemos claramente cómo cada autor tiene su estilo; lo mismo sucede con cada persona: cada individuo narra de manera propia la historia de lo que le sucede.

Las personas sufren (recordad que no es lo mismo dolor que sufrimiento) cuando se cuentan el mismo cuento de su historia. Pase lo que pase, el cuento siempre es el mismo, atrapado en el tiempo y en el espacio.

Os pondré un ejemplo; no es lo mismo decir “soy una mujer mayor de 50 años, con hijos adultos que hacen su vida y ya no me tienen en cuenta”, que “soy una mujer de 50 años, que estoy en la juventud de la madurez, con mis hijos ya emancipados que hacen su vida, lo que me permitirá dedicarme a nuevas experiencias”.

Por esta razón, una parte muy importante de la terapia es esa conversación mutua que mantienen cliente y terapeuta, gracias a la cual, poco a poco, el cliente puede encontrar una forma distinta de contar (ver, sentir, vivir) su historia.

Quizás encontrareis interesante la lectura de estos artículos:

http://pijamasurf.com/2011/10/la-neurobiologia-de-la-narrativa-o-como-contar-historias-es-crear-realidades/ )

http://pijamasurf.com/2013/03/la-narrativa-de-tu-propia-vida-y-su-relacion-con-tu-salud-mental/

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Familia: La pertenencia. http://terapiasgestalt.es/familia-la-pertenencia/ http://terapiasgestalt.es/familia-la-pertenencia/#comments Sun, 21 Apr 2013 09:56:51 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1245

 

 familiaUno de los aspectos que pueden ocasionar el desfase conflictivo entre el ideal de familia y la familia real es el rol (“función que toca cumplir”) que ejecuta cada uno de sus miembros. En nuestra cultura existen ciertas ideas sobre cómo deben comportarse sus miembros y sus relaciones: fidelidad en el matrimonio; obediencia, respeto y agradecimiento por parte de los hijos; heterosexualidad como opción; guardar los secretos familiares; ser éticamente correctos… u otras tantas, generalizadas y extensamente compartidas algunas y otras específicas que dependerán de cada familia en concreto.

Todas estas normas marcan el funcionamiento de cada uno de sus miembros y cuando alguna de ellas es transgredida, por el motivo que sea, estalla la crisis.

La cohesión que mantiene unido a un grupo, abarca varias facetas. Por un lado, tenemos el poder ostentado por alguno de sus miembros que sirve como aglutinante. Por otro, los intereses comunes y, finalmente, encontramos la lealtad, que es el “Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien”, es decir, el sentimiento de solidaridad y compromiso.

En el caso de la familia, por tanto, sería la lealtad el aspecto que con más fuerza mantiene cohesionados a todos sus miembros.

Según  Sterlin y Simon, terapeutas sistémicos, la lealtad puede entenderse como “la expectativa de adhesión a ciertas reglas y la amenaza de expulsión si se transgreden”.

Esta sería la principal razón por la que ante el desacuerdo o la rebeldía de alguno de los miembros de la familia, ante ciertas pautas o criterios, se vea a dicho individuo como a un extraño, siendo rechazado tanto emocional como físicamente según la ocasión o circunstancia.

Algunas de las transgresiones pueden escapar al control de sus miembros y hacerse públicas (problemas con la justicia o las drogas por ejemplo); quizás entonces el individuo o individuos desobedientes pueden ser apartados de manera temporal o definitiva, según sea la circunstancia.

En otros casos la disyuntiva puede aparecer de dos formas:

a) Para poder seguir perteneciendo a su familia, el individuo se siente obligado a mantener un rol con el que no está de acuerdo, es decir, debe dejar de ser él mismo.

b) Para poder ser él mismo ha de dejar de mantener relación con su familia.

En ambas circunstancias el individuo tiene un conflicto de lealtades: si elige ser él mismo, traiciona a su familia; si elige a su familia, se traiciona a sí mismo.

No sólo se siente un paria sino que, seguramente, su ideal de familia se habrá destruido. Si no consigue cerrar esta gestalt (entendida como asunto inconcluso) de manera satisfactoria, se produce entonces un desequilibrio emocional en el individuo que puede llegar a entorpecer su vida cotidiana.

Aunque estoy haciendo hincapié en este miembro de la familia, al que podría llamar sintomático por ser el aparente “causante” del síntoma o diferencia, el desequilibrio emocional ocasionado por la mala gestión de los sentimientos que un enfrentamiento entre lo ideal y lo real puede ocasionar, puede afectar a cualquier miembro, no sólo al rechazado, diferente o sometido. La tensión creada por este tipo de circunstancias, aunque a veces no consciente, es vivida por todos los miembros, cada uno desde su percepción.

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“Yo no miento, no lo hagas tú tampoco”. http://terapiasgestalt.es/yo-no-miento-no-lo-hagas-tu-tampoco/ http://terapiasgestalt.es/yo-no-miento-no-lo-hagas-tu-tampoco/#comments Thu, 15 Nov 2012 08:25:26 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1071


 Me pasé años repitiendo esta frase, escupiéndosela a la cara a mi exmarido cuando le pillaba en un desliz, a mis hijos cuando intentaban colarme algún gol o en la escuela, durante mis años de maestra, cuando algún alumno no traía los deberes y soltaba una historia rocambolesca. Y al hacerlo me sentía superwoman.Mentira

Mentir: “Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa”; esta es una definición, aunque también encontramos: “fingir, aparentar” o “inducir a error”. Si aplico estrictamente el primer enunciado a mi propia persona, ciertamente no mentía pero, si observo detenidamente lo que hacía bajo el prisma de la tercera definición, este sutil “inducir a error”, ¡oh sí!, he sido una mentirosa redomada y con muchísima más alevosía y premeditación que cualquiera de todos los que me rodeaban.

Durante mucho tiempo estuve totalmente convencida de que yo no mentía. Siempre fui muy miedosa y con poca tolerancia al abandono. Las recriminaciones, las riñas y los castigos me producían pavor, los vivía con angustia, pues me sentía rechazada y no querida. Por eso, desde bien pequeña aprendí a esconderme en momentos conflictivos evitando así las preguntas problemáticas. Sin embargo, cuando resultaba imposible escapar a la situación, aprendí a esquivar las preguntas escabrosas como quien esquía haciendo quiebros. Sólo explicaba lo que los oídos ajenos iban a aceptar; la parte que quizás me ocasionase problemas si salía a la luz, simplemente, no la contaba. Yo era una artista en contar medias verdades. Y no mentir, aparentemente, me hacía sentirme mejor, superior.

La mayor mentira era la que me contaba a mí misma para poder vivir tranquila. “Si dices mentiras no te voy a querer” este es uno de los introyectos que se grabó en mi frente como con un hierro ardiendo. Si hubiese reconocido que mentía, me hubiese enterrado bajo tierra como un gusano o  me hubiese sentido la más vil de las cucarachas.

Todas las personas mienten, nadie se libra. Todos lo hemos hecho más de una vez en nuestra vida. Hay muchos tipos de mentiras y muy diversas razones para emplearlas. Van aquí algunas como ejemplo:

- Protectoras: Nos evitan problemas o castigos. “No he podido hacer los deberes porque me encontraba mal”.

- Evasivas: Nos evitan responsabilidades, miedos o vergüenzas de que se sepan ciertas cosas o nos ayudan simplemente a no dar mayores explicaciones. “No fui yo, fue él”.

- Oficiosas o sociales: Se dicen por educación, para no molestar, son diplomáticas y nos hacen quedar bien. “¡Qué vestido más bonito, estás arrebatadora!”.

- Manipuladoras: Las que usan sobre todo los políticos, vendedores o cualquiera de nosotros buscando ciertos fines. “Subiremos las pensiones”. “Este es el mejor seguro de automóvil”.

- Piadosas: Para no herir, para evitar disgustos. “No te preocupes, todo se arreglará”.

¿Quién no ha mentido a los niños hablándoles de los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez?

Todo esto son mentiras, más o menos veniales, según la motivación que nos induzca a decirlas.

El verdadero problema es cómo convivimos el mentiroso con el “veraz”, por llamarle de algún modo. Cuando, en una relación, uno de los miembros de la pareja considera que no miente y acusa al otro de este defecto, normalmente, se otorga a sí mismo un grado de superioridad (se siente mejor persona), lo que dificulta la relación tanto como la mentira en sí. Cuando se personaliza (“yo a ti no te hago esto, ¡eres un mentiroso, me engañas, me tomas el pelo!, ¿te creías acaso que no me iba a enterar?”) no se está buscando resolver ningún conflicto, se está llevando a cabo un ataque personal que no propicia solución alguna. Se pierde la relación simétrica, de igualdad entre la pareja, para pasar a una relación más jerárquica: “Yo no miento, soy el bueno y estoy arriba. Tú mientes, eres el malo y estas abajo”.

Otra cuestión es confrontar la situación concreta para aclararla y resolverla sin ataques personales: “Sé que la otra noche no te quedaste trabajando, me mentiste, he encontrado las entradas en tu bolsillo. No me gusta que me mientas, me crea desconfianza hacia ti”. Aquí existe el enfado pero la posición de ambos sigue siendo simétrica, siguen en el mismo nivel jerárquico, siguen siendo iguales y, desde este lugar, es muchísimo más fácil llegar a un entendimiento.

Mentir o no, no nos convierte en mejores o peores personas. Responsabilizarse, tanto del motivo que nos lleva a decidir qué opción tomar como de acatar las consecuencias que de ello deriven, es uno de los aspectos que nos transforma en un ser humano más completo.

 

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Madres: trabajo y maternidad. http://terapiasgestalt.es/madres-trabajo-y-maternidad/ http://terapiasgestalt.es/madres-trabajo-y-maternidad/#comments Fri, 06 Jul 2012 11:51:22 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=871


No es tan difícil conciliar trabajo y maternidad.

Afortunadamente, se está empezando a reconocer  lo que se ha dado en llamar la “doble jornada” de trabajo de todas esas mujeres que, además de cuidar de su familia, continúan trabajando fuera del hogar. Sin embargo, hasta hace pocos años, se tenía la creencia de que la mujer era capaz de ocuparse de todo y esta existía gracias a una base sólida y comprobada: la mujer podía con todo.

Madres e hijosEl precio que pagaba por semejante esfuerzo es otra cosa;  pero la realidad es que la mujer hacía y hace acopio de valor y arremete con todo para salir adelante.

Si dejamos de lado todos los problemas que nuestro tipo de cultura arrastra, la mujer ha podido con todo. Si analizamos con un poco más de profundidad el tipo de vida que llevamos y los conflictos emocionales que arrastramos, no ha ido la cosa tan bien.

No quiero decir con esto que todos los problemas sean culpa de la mujer, ni mucho menos. Mi intención es señalar la poca credibilidad que tiene esta afirmación.

La mujer se ha hecho cargo de su vida laboral y familiar a costa de un alto precio, tanto para ella misma como para su descendencia. Del mismo modo que el hombre arrastra sus problemas (ya hablaremos en otro momento de ellos) y su influencia en su progenie.

La vida cotidiana de muchas mujeres demuestra una y otra vez que las cosas son bastante más complicadas pues, la mayor parte de las veces, las mujeres que trabajan y tienen hijos se ven a sí mismas con una carga de trabajo extenuante, exigente y muy difícil de sobrellevar.

La vida laboral se resiente y, lo que es más importante, la inteligencia emocional de los hijos mucho más. Sin embargo, quiero recordar aquí que, a pesar de la afirmación que acabo de realizar, la responsabilidad de ello no es exclusiva de la madre y, aun así, somos las mujeres las que nos sentimos mal cuando la conciliación de ambas facetas de nuestra vida resulta problemática.

Cuidar de los hijos consume mucho tiempo, ¿de dónde extrae este tiempo una mujer que trabaja fuera del hogar?:

- Horas de sueño: Las madres trabajadoras duermen menos que nadie. El promedio va de 4 a 6 horas por día.

- Tiempo libre: Una madre que trabaja generalmente no tiene tiempo para sus amigas y muchas veces ni para ella misma.

-Desarrollo personal y profesional: Muchas madres trabajadoras se ven obligadas a aceptar trabajos de media jornada que les permitan compaginar su trabajo con el cuidado de su familia, pero estos trabajos generalmente ofrecen bajos sueldos y pocas posibilidades de desarrollo profesional.

Aunque, desde niñas, a todas las mujeres se nos vende el producto de que todo este esfuerzo se hace por amor y será siempre compensado por el cariño de los hijos, la realidad no confirma la creencia.

La maternidad es vista en nuestra sociedad como “una relación de amor incondicional”, por lo que no resulta sencillo para las madres hacer mención de los costos personales que tiene el ejercicio de este deber femenino.

 

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Codependencia- artículo de Krishnananda http://terapiasgestalt.es/codependencia-articulo-de-krishnananda/ http://terapiasgestalt.es/codependencia-articulo-de-krishnananda/#comments Wed, 06 Jun 2012 16:04:25 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=809

 

Krishnananda, utiliza  el término codependencia como sinónimo de dependencia emocional y en este artículo nos habla de ello.

Para quien no le conozca, os recomiendo su libro: “De la codependencia a la libertad”

Camino

“Todos deseamos amar, pero generalmente no queremos experimentar el lado sombrío del amor. Lo que significa que no comprendemos lo que realmente significa amar. En los comienzos de una relación hay una cima, una excitación que suele decaer abruptamente cuando comienza la vida en común.

La mayoría de nosotros acarreamos profundas heridas de vergüenza, inseguridad y miedo. Vivimos en la desconfianza y al mismo tiempo tenemos una gran necesidad de amar y de ser amados. Volcamos estas heridas en nuestras relaciones, la mayor parte de las veces de forma inconsciente, y entonces actuamos desarrollando estrategias, demandando, evitando, creando conflictos, estando en desacuerdo e incluso traicionando o sintiéndonos traicionados.
Es como si camináramos por un campo lleno de minas, y nuestras heridas son como agujeros en los que podemos caer. Si transitamos este camino estando completamente ciegos, cuando nos encontramos con estas dificultades estas generalmente destruyen nuestro amor. Por ejemplo, más tarde o más temprano, caeremos en la herida de la traición. Algo puede suceder en nuestra relación que nos hace sentir que ya no podemos volver a confiar en la persona con la que estamos. Ella ha hecho algo que de repente nos hace dar cuenta que no es tan “confiable” como creíamos.

O tal vez, esa persona comienza a ser diferente a lo que habíamos imaginado, comenzamos a ver que no es tan fiable u honesta, le falta integridad, o no está con su mejor energía, o está cerrada, no disponible, o está demasiado aferrada o claramente demandante. Entonces nos sentimos traicionados.

No podemos cambiar el hecho de que en algún momento nos sentiremos traicionados. Pero lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud ante el sentimiento de traición. Podemos darnos cuenta de que esas experiencias, aunque dolorosas, son oportunidades increíbles de crecimiento y aprendizaje de lo que realmente significa amar.

El problema es que solemos entrar en una relación llenos de expectativas, nos demos cuenta de ello o no. Una vez alguien nos preguntó a Amana y a mí en un taller si no era natural tener expectativas sobre la otra persona en cierta medida. Le respondimos que cada uno puede esperar del otro todo lo que quiera, pero que la única expectativa que se mantiene a flote es la de que la otra persona sea quien realmente es en su totalidad. Cuando entramos en una relación, la mayoría de las veces, no vemos a la otra persona tal cual es.

Lo que hemos visto y probablemente seguimos viendo en el otro es lo que queremos ver, es decir, algo que encaje en nuestras fantasías y deseos. Luego entramos en desacuerdo y nos sentimos traicionados. Entonces caen duramente nuestras fantasías e ilusiones y se produce una pequeña muerte.

Uno de los agujeros más profundos en las relaciones sobreviene alrededor de la sexualidad. Al principio solemos tener una sexualidad apasionante y viva, pero cuando comenzamos a aproximarnos nos volvemos más vulnerables, y es entonces cuando las heridas enterradas profundamente comienzan a salir a la superficie y esto suele afectar nuestra sexualidad. Muy a menudo, perdemos la libertad inicial y desesperadamente tratamos de todas las maneras de volver atrás.

Pero la profundidad dentro de una relación hace que la vergüenza, los miedos y las disfunciones salgan a la superficie. Si no llegamos a comprender esto, y no creamos un espacio para compartirlo e incluirlo dentro del marco del amor, uno o ambos integrantes de la pareja se hundirán en sus propios sentimientos de vergüenza y traición.

También encontramos problemas cuando una persona quiere más atención, proximidad, comunicación y conexión mientras que la otra ansía mayor libertad. De lo que no solemos darnos cuenta es que estos deseos-necesidades en realidad están reflejando heridas de abandono de nuestra infancia. Cuando nos acercamos realmente a otra persona, estas heridas se disparan y entonces comenzamos a actuar con rabia, creando conflictos e hiriéndonos mutuamente.
Con más comprensión, sensibilidad, respeto y conciencia, podremos aprender a dar al otro lo que él o ella necesitan, mientras también estamos siendo sensibles a nuestras propias necesidades. Una relación profunda y comprometida nos provee del mejor espejo para vernos a nosotros mismos y nuestras heridas, nuestras disfunciones y actitudes negativas. Y también nos da la mejor oportunidad posible para cambiar, para crecer y para aprender qué es realmente el amor”.

 

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Hijos dependientes/padres sacrificados. http://terapiasgestalt.es/hijos-dependientespadres-sacrificados/ http://terapiasgestalt.es/hijos-dependientespadres-sacrificados/#comments Sun, 03 Jun 2012 17:28:17 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=798


Cuando somos padres, intentamos mediante la educación dar a nuestros hijos las herramientas necesarias para vivir en la sociedad. Uno de los aspectos que más nos preocupa es que sean felices y autosuficientes, el problema radica en cómo propiciar esos resultados.

Está claro que conseguir felicidad, como estado total de placer, es una meta totalmente utópica.  Sí, por el contrario, les hacemos comprender que el estado de bienestar es aquel en el que aceptamos equilibradamente todo lo que nos sucede y rodea, ya habremos logrado mucho.happy family

Me gustaría incidir más aquí en la consecución de la independencia, que no estaría desligada en absoluto de este sentimiento de aceptación que propicia el bienestar.

Si una persona no es emocionalmente independiente, aunque se desenvuelva aparentemente como individuo autónomo dentro de la sociedad, sigue ligada a emociones y sentimientos que le inmovilizan (bloquean) dificultándole conseguir una vida satisfactoria.

En el mundo animal, está muy claro cómo conseguir la independencia de las crías. Llegado el momento determinado en que han conseguido un grado de movilidad suficiente y han aprendido las técnicas rudimentarias para proveerse de  alimento, suelen ser abandonadas a su suerte.

En nuestro caso, a pesar de que el instinto sigue siendo el mismo, es decir, el ser independientes, nos domina la necesidad neurótica de poseer y de vivir nuestra vida a través de los hijos y el propósito de educar a un niño para que sea independiente se confunde con la idea de educarlo para aferrarse a él.

La única manera de conseguir que nuestros hijos sean independientes es serlo nosotros mismos. El mejor modelo de enseñanza sigue siendo el ejemplo. Los niños aprenden por mimetismo y a base de práctica. Cuanto más impedimos que hagan cosas por sí mismos, más les estamos atando a nosotros.

Si, además, tú eres de los que se sacrifican, les presentas un modelo de comportamiento sacrificado. Cuanta más prioridad das a cualquiera antes que a ti mismo, más les impides la autonomía, ya que tu ejemplo les enseña que “antes los demás que yo”. El hacer cosas por los demás es algo admirable pero, cuando las haces a expensas de ti mismo, lo único que enseñas es a comportarse de una manera que sólo puede engendrar resentimientos.

Ya de pequeños, nuestros hijos muestran ese impulso hacia la autonomía con el famoso “yo solo, yo solo”. Además de favorecer este aspecto práctico, el hecho de que se acostumbren a respetar nuestros espacios y nuestras necesidades les ayudará de igual modo en este camino a la individualidad.

La llegada a la adolescencia es un momento crucial. Cuando nuestro hijo ante una situación X nos responde “no quiero hablar de ello” y se encierra en su habitación, suele costarnos no invadir su espacio intentando que se “abra” y nos explique lo que le sucede para, así, poder “ayudarle”.

No somos conscientes de que no estamos buscando satisfacer con “este tipo de ayuda” una necesidad suya sino, todo lo contrario, una nuestra. Dejarle espacio para que se sienta libre de hacer o decir lo que quiera, dejarle enfrentarse a los problemas por su cuenta (independencia emocional) nos desconcierta, pero es nuestra manera de dejarle crecer y facilitarle la madurez.

Si, llegado el momento, el abandono del nido se desarrolla en una atmosfera sana, no implicará crisis, ni disturbios, ni problemas, ya que es la consecuencia natural de una vida eficiente y positiva. Si, por el contrario, se crea una situación donde la culpa y el miedo a desilusionar a los padres marcan la pauta, estos sentimientos pueden seguir influyendo en las personas durante toda su vida, hasta tal punto que, a veces, la relación matrimonial se convierte en una relación filial, más que en una relación en la que dos individuos comparten una vida en condiciones iguales.

El no saber desligarse de los padres, el no haber madurado de cría a individuo autónomo, nos convierte en seres apegados y dependientes; estaremos buscando siempre terminar el proceso y proyectando en nuestras relaciones más íntimas este conflicto abierto.

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Sugerencias para desapegarte. http://terapiasgestalt.es/sugerencias-para-desapegarte/ http://terapiasgestalt.es/sugerencias-para-desapegarte/#comments Thu, 19 Apr 2012 06:55:19 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=690

 

- Aprende a reconocer cuando estás reaccionando, cuando estás permitiendo que alguien o algo tire de ti. Generalmente cuando empiezas a sentirte ansios@, temeros@, indignad@, rechazad@, avergonzad@, preocupad@, confundid@ o a lamentarte. Emplear las palabras “es que ella o él me ha desapegarsehecho…” a menudo indica que estamos reaccionando. Perder nuestra sensación de paz y serenidad probablemente es el indicador más poderoso de que estamos atrapados en algún tipo de reacción.

- Ponte cómod@. Cuando reconoces que estás en medio de una reacción caótica, di o haz lo menos posible hasta que puedas restaurar tu nivel de serenidad y de paz. Haz cualquier cosa que te ayude a relajarte: Respira profundamente unas cuantas veces; sal a caminar; limpia la cocina; ve a casa de un/a amig@; medita… en definitiva, cambia de actividad. Encuentra una manera de separarte emocional, mental (y si es necesario) físicamente de aquello a lo que estás reaccionando. Busca una forma de librarte de la ansiedad.

- Analiza lo que ha sucedido. Si se trata de un incidente menor, serás capaz de sobreponerte tú sol@. Si el problema es serio, o si te perturba seriamente, tal vez quieras discutirlo con un/a amig@ que te ayude a aclarar tus pensamientos y emociones. Las dificultades y los sentimientos crecen cuando tratamos de apresarlos en nuestro interior. Habla acerca de tus sentimientos. Asume la responsabilidad de ellos. Siente verdaderamente lo que estés sintiendo. Nadie te hizo sentir así. Alguien pudo haberte ayudado a que te sintieras de determinada manera, pero el sentimiento lo sentiste tú. ¿Estaba alguien tratando de molestarte? (Si hay duda al interpretar algo como un insulto o rechazo, prefiero creer que eso no tuvo nada que ver conmigo. Me ahorra tiempo y me ayuda a sentirme bien conmigo misma.) ¿Estabas tratando de controlar a alguien o alguna situación? ¿Qué tan serio es el problema o el asunto? ¿Estás tomando la responsabilidad del otro? ¿Estás enfadado porque alguien no adivinó lo que en realidad querías o lo que en verdad querías decir? ¿Estás tomando la conducta de otro de un modo demasiado personal? ¿Alguien oprimió sentimientos de culpa o de inseguridad? ¿Es en verdad el fin del mundo, o es meramente algo triste y decepcionante?

- Descubre qué necesitas hacer para cuidar de ti mism@. Toma tus decisiones basándote en la realidad y tómalas en un estado de ánimo apacible. ¿Necesitas pedir disculpas? ¿Quieres olvidarte del asunto? ¿Necesitas hablar con alguien de corazón a corazón? ¿Necesitas tomar otra decisión para cuidar de ti mism@? Cuando tomes tu decisión ten en mente cuáles son tus responsabilidades. No tienes la responsabilidad de que los otros “vean la luz” y no necesitas “enderezarlos”. Tienes la responsabilidad de ayudarte a ti mism@ a ver la luz y de enderezarte. Si no te sientes en paz con alguna decisión, olvídala. No es tiempo para tomarla todavía. Espera hasta que tu mente esté estable y tus emociones estén tranquilas.

 

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¿Qué es desapegarse? http://terapiasgestalt.es/que-es-desapegarse/ http://terapiasgestalt.es/que-es-desapegarse/#comments Fri, 13 Apr 2012 17:04:31 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=678

En el artículo anterior hablaba sobre el apego, como rasgo característico de la enfermedad de codependencia o coadicción, aunque los dependientes o también llamados “adictos al amor” son asimismo personas aquejadas por este problema.

En mayor o menor grado todo ser humano sufre de un cierto grado de apego hacia sus seres queridos, es necesario estar alerta para que no se convierta en una seria dificultad. Es conveniente  aprender a desapegarse.

DesapegoDesapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.

El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no sirve de nada. Adoptamos la posición de no meternos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras.

Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar. Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no podemos. Hacemos lo que podemos para resolver un problema, y luego dejamos de preocuparnos.

El desapego implica “vivir en el momento presente”, vivir en el aquí y ahora.

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos.

 

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Apego http://terapiasgestalt.es/apego/ http://terapiasgestalt.es/apego/#comments Tue, 10 Apr 2012 10:51:00 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=668


Los codependientes somos personas apegadas, es un rasgo de la enfermedad

 Apegarse es involucrarse en exceso, a veces de una manera desesperadamente intrincada.

El apego puede adoptar varias formas:

- Podemos preocuparnos en exceso por una persona o un problema (en cuyo caso el apego es de nuestra energía mental).Apego

- O podemos acostumbrarnos y comenzar a obsesionarnos con la gente y los problemas que existen en nuestro ambiente y tratar de controlarlos (en cuyo caso nuestra energía mental, física y emocional está dirigida al objeto de nuestra obsesión).

- Podemos volvernos reactivos en vez de actuar auténticamente por voluntad propia (el apego es de nuestra energía mental, física y emocional).

- Podemos volvernos dependientes emocionalmente de las personas que nos rodean (entonces sí estamos verdaderamente apegados).

- Podemos volvernos niñeras (rescatadores, ayudadoras) de las personas a nuestro alrededor (apegándonos firmemente a la necesidad que tienen de nosotros).

Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto, puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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