Terapias gestalt » problemas de parejas http://terapiasgestalt.es Terapia Gestalt barcelona Fri, 12 Jul 2013 17:56:06 +0000 en-US hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.5.1 Celos http://terapiasgestalt.es/celos/ http://terapiasgestalt.es/celos/#comments Thu, 20 Dec 2012 08:24:10 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1107


Recuerdo una vez, siendo adolescente, que una amiga me preguntó si yo no tenía celos de las chicas con las que se relacionaba mi pareja. Ante mi negativa (falsa por cierto, porque con el tiempo me descubrí, en muchos aspectos, celosa y posesiva en importantes dosis) me sorprendió respondiéndome que eso quería decir que en el fondo no le quería: “porque si le quisieras, le querrías sólo para ti”.

celos¡Ándale con la sentencia!

Lo espeluznante es que hay una parte importante de la población que así lo cree. Hay personas que aún son del parecer de que una cierta dosis de celos es necesaria en la relación amorosa, que su ausencia significa desamor, que estar realmente enamorado implica sentirse un poco mal cuando hay que compartir a la pareja, ya no a nivel sexual (la infidelidad o libertad sexual serían temas de los que hablar más extensamente) sino en cuanto a sus intereses y amistades. No hablan de esos celos patológicos que acarrean finales desgraciados, sean ya malos tratos o asesinatos (tanto de la pareja como de los hijos por venganza); hacia esos, a los que consideran “de distinta clase”, sienten verdadera aversión y pánico. Sin embargo, la base donde se enraízan es la misma: la posesión, el apego.

Cuando consideramos algo como “nuestro” podemos pelear para recuperarlo o enfadarnos si imaginamos que lo estamos perdiendo o nos lo están robando, incluso vengarnos si nos sentimos gravemente ofendidos y dañados. Las emociones pueden ofuscarnos y desatarse en forma de dañina vorágine.

La verdadera cuestión no es el grado en que soy o dejo de ser celoso. Si simplemente acribillo a mi pareja a preguntas insidiosas cada vez que creo, intuyo, imagino o incluso sé ciertamente que ha compartido su tiempo con otras personas (no sólo del sexo opuesto) puedo intentar convencerme de que no pasa nada. Si le hago malas caras y le castigo con el látigo de mi indiferencia o le mantengo a “pan y agua” (léase sin relaciones sexuales) por su “supuesto” alejamiento de mí, también podría creer que es “lógicamente” razonable. Sin embargo, es terriblemente dañino e insano, no hace falta llegar a los extremos para perjudicar a alguien, incluido yo mismo.

Cuando la relación de pareja se convierte en una esclavitud, cuando uno de los dos pierde su individualidad, sacrifica sus deseos, amistades e intereses para conseguir la tranquilidad emocional del otro, realmente algo verdaderamente enfermizo y terriblemente pernicioso sucede.

El verdadero amor es desinteresado y, aunque bien es cierto que ninguno (al menos que yo conozca) es tan puro como para no desear ser correspondido y sentirse pleno simplemente por dar, también es verdad que el amor más sano, dentro de nuestra imperfección, es aquel en el que nos sentimos satisfechos por saber que, aun a pesar de sus diferentes intereses, amistades, aficiones o proyectos, esa persona está a nuestro lado.

Cuando los celos, en mayor o menor grado, hacen su aparición, lo único que realmente están reflejando es que hay en ti una carencia que pretendes llenar con ese “alguien” al que llamas “mío”. Si tienes la necesidad de poseer para sentirte satisfecho, si los pensamientos se te disparan cuando tu pareja se aleja y aun a veces estando juntos imaginas que algo pasa, empieza a ser hora de que aceptes tus inseguridades y vuelvas la mirada hacia tu interior.

Los celos no son sanos y, aunque puedan ser más o menos habituales según su intensidad, no es conveniente acomodarse a satisfacerlos.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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Cuando ya no hay sexo. http://terapiasgestalt.es/cuando-ya-no-hay-sexo/ http://terapiasgestalt.es/cuando-ya-no-hay-sexo/#comments Tue, 02 Oct 2012 10:24:40 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=994


¿Qué sucede en la relación de pareja cuando se da esta situación?sin sexo

Puede que la explicación que algunos de vosotros encontréis sea que, con el tiempo, la relación se vuelve más rutinaria y la pasión desenfrenada que os consumía al principio ha quedado ahogada por los quehaceres cotidianos y el cansancio.

Podría ser…

La disminución en la asiduidad de las relaciones y la desaparición del furor con el que antes los amantes se buscaban, podría ser perfectamente el resultado de la costumbre. Es bien sabido que el descubrimiento nos estimula e incita; la novedad excita ya que oculta las imperfecciones. Realmente, hasta que no conoces a una persona no te das cuenta de sus defectos y, en ese momento, la situación cambia;  si entran en juego otros sentimientos y otra química (ver “De la pasión a la ternura”) conseguiréis mantener el vinculo, aunque, eso sí, desde otro lugar más reposado.

Las personas enamoradas pueden parecerse a los niños con juguetes nuevos, al principio no pueden soltarlos, una vez ya han averiguado para qué sirven y cómo funcionan, pierden el interés.

Cuando lo novedoso pasa a ser parte de la cotidianeidad, el nivel de excitación desciende, pero no necesariamente tiene que perderse completamente. Lo que antes se conseguía de manera reactiva, a partir de este momento hay que trabajarlo.

Al principio de las relaciones, ambos miembros de la pareja suelen centrar gran parte de sus pensamientos diarios en el otro. Eso les mantiene en un constante “grado de ebullición”. Es como si tuviésemos una olla con agua caliente siempre en el fuego, ajustando de tal manera su temperatura que, en cualquier momento, con un simple giro del regulador del gas para darle un poco más de potencia, pudiese ponerse a hervir sin más espera.

Con el tiempo, se nos olvida poner la olla en el fuego y, entonces, cuesta mucho más tiempo preparar cualquier cosa. Ya no estamos predispuestos y el cansancio, el trabajo o cualquier rutina nos envuelven y “enfrían”.

La pasión a partir de cierto tiempo hay que propiciarla:

1-No hay que dar por sentado que el otro ya sabe que le queremos, hay que seguir dando muestras de amor; los besos y los abrazos deben seguir siendo habituales en cualquier momento y lugar. Decir “te quiero”, dar las gracias cuando es necesario, mostrar afecto y ternura de manera asidua, son grandes afrodisiacos.

2-Mandar SMS de vez en cuando para hacer sentir al otro que sigue formando parte de nuestro mundo aun cuando no estamos con él. Ilusiona y alegra recibir mensajes cariñosos, es otro puntito de gas que caldea el agua.

3-Sorpresas en general. Da igual si es recogerle en el trabajo, como que encuentre ya preparada una cena o un picoteo cuando llegue a casa, u organizar una cena íntima o con amigos a los que se desea ver hace tiempo, o un fin de semana en algún lugar romántico, o una escapada loca a hacer puenting. El hecho es que el otro se siga sintiendo movilizado por el amor.

4-Invertir un tiempo en hablar y escuchar. Antes, todo lo que salía por la boca de la pareja era absorbido con ansia. Este interés por las circunstancias, situaciones y vivencias de la otra persona ahora suele deslizarse a un segundo o tercer lugar de nuestras prioridades. Cuando nuestra pareja pasa a formar parte de nuestro quehacer cotidiano, deja de ser “uno” y se convierte verdaderamente en  “otro” y el egoísmo parece volver a la superficie.

5-Para que el amor perdure, hay que compartir, no solo convivir. Es conveniente tener objetivos y planes mutuos ya que ilusionan y unen.

6-Buscar aficiones y evasiones individuales para no saturarse y aburrirse de la mutua presencia. Es mejor tiempo de calidad que hastío en compañía. No es conveniente quererlo hacer todo juntos, cuando está claro que por muchas afinidades, objetivos o proyectos comunes que se compartan, cada uno es un ser individual con apetencias únicas. La pareja es una faceta muy importante en la vida del ser humano, pero no es la única y, si queremos centrar todo nuestro mundo en esa persona exclusivamente, podemos acabar por hartarnos o ahogarla.

Estas serían algunas formas de mantener activa la “olla” de nuestra pasión, serían el kit de herramientas básico que toda pareja debe llevar consigo a lo largo de toda su vida en común. Son los instrumentos que cualquier pareja sana puede utilizar por sí sola.

Si creemos que la relación funcionará simplemente por permanecer juntos y convivir bajo el mismo techo, nos equivocamos y aquí aparece realmente el problema al que me refería con la frase con que inicié el texto: ¿qué les sucede a las parejas cuyas relaciones sexuales son prácticamente inexistentes?, ¿hay algo más, a parte de la rutina, que lo propicie?

Sí, hay mucho más que la rutina. En una relación de pareja estable la pasión se estabiliza pero no se pierde. Cuando el apetito sexual prácticamente desaparece en uno o ambos miembros de la pareja, existe un problema y suele ser grave.

Si se tratase de personas cuya libido nunca ha sido muy activa, contemplaríamos la posibilidad de problemas individuales y, aunque pueda ser molesto e incluso motivo de separación, en realidad lo único que cambió es que las expectativas de salvación por parte del miembro más “activo” sexualmente han sido, finalmente, confrontadas con la cruda realidad: nadie puede salvar a nadie. Si tu pareja tiene una disfunción (impotencia, frigidez, eyaculación precoz o cualquier otro tipo de patología) tanto si es leve como grave, tu amor por sí solo no la curará, necesitará ayuda médica y/o terapéutica.

Si este adormecimiento de la libido se trata de un cambio drástico de actitud pasado un tiempo de relación,  es un síntoma claro de disfuncionalidad en la pareja; es decir, hay algo en el vínculo que se ha roto. Es difícil generalizar los motivos, como decía mi madre “cada casa es un mundo” y yo añado “y en cada mundo suceden miles de cosas”, pero en lo que no hay equívoco es en la evidencia de que existe un problema.

A veces, las personas no somos del todo conscientes de lo que nos sucede, sin embargo, nuestro cuerpo reacciona a esa circunstancia, situación o malestar y es lo que recibe el nombre de somatización.

La desaparición del deseo sexual es uno de los indicadores claves e indiscutibles de que aun no sabiendo conscientemente cuál es el problema específico con el que lidiamos, “haberlo, haylo”.

Ante una situación de este tipo no es conveniente esperar, la terapia de pareja puede ayudar a solucionar favorablemente el conflicto y, si no fuese ese el caso, al menos se conseguiría una separación lo menos traumática posible.

Cuando el cuerpo habla, hazle caso.

 

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Sufrir por amor. http://terapiasgestalt.es/sufrir-por-amor/ http://terapiasgestalt.es/sufrir-por-amor/#comments Sun, 11 Mar 2012 11:33:08 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=588

Hay que aceptar, que cuando abrimos la puerta de los sentimientos, les estamos dando paso a todos ellos; no tenemos un tamiz que va discriminando: este sí, este no… Si eres capaz de amar mucho, también vas a sentir mucho dolor.

Hay que aceptar que el desamor, es una desgracia temporal que conlleva el haber amado.Amor roto

Cuando te enamoras pueden pasar varias cosas:

a)Te enamoras y, descubres con el tiempo que esa persona es un buen compañero para ti. (Hay que recordar que nada es imperecedero, en cualquier momento puedes pasar a ser miembro de las otras opciones).

b)Te enamoras y descubres que esa persona no es para nada un buen compañero y lo dejas.

c)Te enamoras y esa persona descubre que no eres un buen compañero para ella y te deja.

En las dos últimas opciones, existe el riesgo de desesperarte por amor. Si has sido “abandonado”, encuentras explicación en ello y te regodeas en el sufrimiento, en ese dolor romántico de las películas y, vas pasando etapas, recorriendo toda esa amalgama de sensaciones y sentimientos que van desde la desesperación a la rabia.

Si estas en la opción b) se te hace más difícil entender porque en momentos puntuales, o no tan puntuales, te aferras al recuerdo de esa persona deseando volver con ella; cuando algo en ti te repite los diferentes aspectos que os separan.

Cuando existe una desesperación ante un amor incipiente, cuando ante la evidencia de que algo terminó sigues sentimentalmente aferrado a ello, cuando enalteces unas virtudes inexistentes y olvidas los inconvenientes… esto no es el dolor propio de la pérdida, a esto le llamo yo “desamor de amor”.

Se trata de una adicción: enamorarse del amor.

Es enamorarse de la euforia que te produce una persona, no de la persona en sí misma.

La adicción al amor no te arruinará la salud ni la vida (en principio), pero sería conveniente aprender a distinguir entre el objeto amoroso y la excitación de tener el corazón abierto.

Deberás superar el duelo sea cual sea tu caso: un amor que terminó, un amor que no cuajó o un “desamor de amor”. Si sientes que no puedes superar tu sol@ la situación, pide ayuda.

En la terapia para superar el duelo se suelen emplear pocas sesiones, sin embargo es muy efectiva en los resultados. La terapia para superar el enamorarse del amor puede ser más larga, porque entraña indagar en ti mism@.

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