Terapias gestalt » responsabilidad http://terapiasgestalt.es Terapia Gestalt barcelona Fri, 07 Jun 2013 17:53:06 +0000 en-US hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.5.1 Gratitud vs Deuda http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/ http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/#comments Fri, 07 Jun 2013 13:51:05 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1296

 

 

gratitud o deudaUna de las grandes confusiones que arrastramos muchos de nosotros es la diferencia que existe entre ser agradecido y estar en deuda. ¿De dónde hemos extraído la loca idea de que para demostrar agradecimiento hemos de pagar por lo recibido?

Durante mi infancia, me enseñaron a responder siempre con ese “gracias” mecánico ante cualquier acción o palabra de otro dirigida a mi persona. Yo era una niña muy educada, nunca dejé de decirla, pero realmente durante mucho tiempo no fue más que una palabra protocolaria que debía pronunciar.

Durante mis años de maestra, una de mis obsesiones era que mis alumnos fuesen educados, pero ahora me doy cuenta de que hice exactamente lo mismo que hicieron conmigo: adiestrarlos como al perro de Pavlov, aunque en nuestro caso, en lugar de salivar, nos volvimos locos respondiendo adecuadamente.

Y si con esto no fuera suficiente, llegué a creer que era estrictamente necesario corresponder ante una petición, un favor o hasta incluso un regalo con algo equivalente a lo recibido o, en su defecto, quedar en deuda, estando a merced a partir de entonces de esa persona o grupo de ellas hasta llegar a saldar ese “descubierto”.

Es una costumbre bastante extendida, aunque en mi caso concreto el introyecto que lo ha potenciado es esta famosa máxima paterna: “Cada uno ha de sacarse sus castañas del fuego”. Por tanto, todo lo que sea recibir ayuda tiene un precio y pedirla… tiene mayor coste.

Cuando, por el contrario, estamos en el otro lado de la balanza, cuando somos los que damos, tanto sea por decisión propia como por demanda ajena, nos solemos situar en un estrato superior y desde ahí observamos al “otro”, juzgando sus acciones y decidiendo si el susodicho individuo es merecedor de nuestra consideración. Nos quedamos a la espera de ver cómo a partir de este momento “el otro” nos agradecerá, mejor dicho, nos devolverá lo recibido.

Como muchas otras facetas, hemos desvirtuado lo que significa ser generoso o ayudador y lo hemos convertido en un intercambio casi pecuniario.

Si busco el significado de “dar”, no encuentro ninguna entre sus muchas acepciones que implique necesariamente un intercambio. El sentido de este tipo de acción va únicamente en una dirección: del que da al que recibe.

Si busco pedir, el recorrido es el inverso: del que pide al posible dador. Pero tampoco el hecho de pedir y recibir implica necesariamente que haya que devolver lo tomado obligatoriamente.

Cuando alguien “da” por propia iniciativa, ha de ser consciente y responsable de lo que implica su acción: “te ofrezco lo que necesitas porque quiero ayudarte, no porque desee que estés a mi merced”. Si cuando “doy” en el fondo lo que estoy buscando es sentirme superior a ti porque poseo lo que tú no tienes y eso me hace sentirme privilegiado y utilizo ese seudopoder para controlarte, eso no es generosidad.

La generosidad es un acto desinteresado, que no espera intercambio. Un regalo es el acto generoso por excelencia: te doy simplemente por el placer de dar.

Si ante una demanda nos sentimos en la obligación de satisfacerla, lo mejor es pararse y dejarse sentir lo que nos está sucediendo.

Cuando pido tu ayuda, deseo que me la ofrezcas y por ello te estaré agradecida. Si no quieres dármela, estarás en todo tu derecho y yo debo estar preparada para ello, ya que el hecho de que te pida no te obliga a satisfacerme.

Si decides finalmente ayudarme y concederme lo que pretendo, no esperarás más que agradecimiento, a no ser que directa y claramente expongas lo que quieres a cambio de lo solicitado, con lo cual ya no es una petición sino que se ha convertido en un trueque.

Cuando damos por sentado que el “yo te doy y tú me debes” es lo lógico, lo único que estamos haciendo es apuntalar nuestra acción sobre un cimiento falso. La lógica, a la que hacemos tanta referencia cuando queremos dar por cierto algo que hacemos pero que no tiene base real donde apoyarse, es la costumbre generalizada que hemos convertido en norma, pero no por ello es la acción pertinente. Esto es como aquella famosa frase “del tocino y la velocidad”: Nada que ver, aunque lo sigamos haciendo.

El hecho de que una y otra vez repitamos el mismo círculo vicioso y seamos bastantes los que nos vemos inmersos en la misma creencia no la convierte por ello en cierta. Cambiarla está en nuestra mano.

Seguir una dinámica porque es lo que “siempre” se ha hecho, sólo ratifica mi sumisión al entorno, no la validez de la misma. Replantearse las costumbres y buscar su vigencia es más saludable que seguir haciendo algo simplemente porque todos lo hacen. Deja de moverte según la inercia y escoge  qué hacer con conciencia.

Recuerda:

Dar: Ofrecer, conceder, otorgar.

Pedir: Rogar o demandar a alguien que dé o haga algo, de gracia o de justicia.

Intercambiar: Cambiar entre sí ideas, informes, publicaciones.

Generosidad: Inclinación o propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés.

Agradecimiento: Sentir gratitud. Mostrar gratitud o dar gracias

Vender: Traspasar a alguien por el precio convenido la propiedad de lo que uno posee.

Comprar: Obtener algo con dinero o con especies.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/gratitud-vs-deuda/feed/ 0
La Inteligencia emocional http://terapiasgestalt.es/la-inteligencia-emocional/ http://terapiasgestalt.es/la-inteligencia-emocional/#comments Fri, 10 May 2013 11:33:05 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1263

 

 

La Inteligencia emocional es la capacidad de darse cuenta de las propias emociones y las de las demás personas y tener la capacidad de gestionarlas.

Es necesario tomar conciencia de lo que uno siente para poder regularlo y no dejarse llevar por la impulsividad, ya que nuestra buena gestión emocional también influirá en la de los demás y viceversa.

La inteligencia emocional, como lo es también la inteligencia cognitiva (relacionada con la educación académica), es un aspecto social del individuo; dependiendo de la capacidad de gestión será más fácil afrontar y superar los retos que presenta la vida.

Cuando se habla de la educación emocional, se abarca un concepto mucho más amplio: aportaciones de la neurociencia, investigaciones sobre el bienestar subjetivo (autoaceptación, relaciones positivas con los demás, autonomía, dominio del ambiente, propósito en la vida y crecimiento personal), el concepto de fluir…

Desde hace décadas se habla de la importancia de la educación emocional en los adultos. Profesionales de la educación, de la sanidad y de la psicoterapia hacen hincapié en la necesidad de enfocarnos hacia el ámbito infantil y juvenil para conseguir que realmente los individuos crezcan de manera sana y equilibrada.  Se detecta cada vez más un aumento de desequilibrios relacionados con la salud mental en los menores como son los trastornos de comportamiento (trastornos de conducta y déficit de atención e hiperactividad), la ansiedad, la depresión y la anorexia.

Aunque aún no de manera generalizada, existe ya una cierta implantación de la educación emocional en el sistema educativo y se van comprobando los beneficios de la misma: disminución de ansiedad, estrés, indisciplina, comportamientos de riesgo, conflictos… junto con un aumento de la tolerancia a la frustración, resiliencia ( la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro) y bienestar emocional.

Si enseñamos a nuestros hijos a manejar sus emociones, tendrán las herramientas para enfrentarse a las múltiples y diversas circunstancias de la vida de manera sana, consiguiendo con ello evitar en muchos de los casos:

1) Su implicación en el consumo de drogas.

El inicio del consumo muchas veces viene propiciado por el impulso gregario del joven. Como miembro de una pandilla, se introduce en ello al igual que el resto. A veces no es una decisión individual, sino un acto social al que no se sabe decir “no” por miedo al rechazo, o por falta de autoestima al no saber sostener las propias decisiones. Otras veces el motivo es un sentimiento autodestructivo originado por la insatisfacción que acompaña a la desconexión y mala gestión emocional. Una vez iniciado el consumo, si desgraciadamente el joven es adicto (la adicción es una enfermedad), será muy difícil la vuelta atrás.

2) Violencia y delincuencia.

Cuando no se saben reconocer las emociones, se bloquean hasta que el organismo no puede soportarlas por más tiempo y entonces surgen de manera descontrolada. Además, al no gestionarlas correctamente se pierde la capacidad empática.

3) Comportamientos de riesgo: conducción temeraria, sexo indiscriminado…

La insatisfacción emocional origina una búsqueda de “placeres intensos y momentáneos”.

Como padres tenemos la obligación de educar a nuestros hijos para que puedan vivir de la manera más sana y feliz. Aprender a gestionar nosotros en primera instancia las emociones es el paso inicial, paralelamente a nuestro ejemplo deben también participar el resto de los estamentos sociales para poder instruirles a ellos.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/la-inteligencia-emocional/feed/ 0
El trabajo http://terapiasgestalt.es/el-trabajo/ http://terapiasgestalt.es/el-trabajo/#comments Fri, 15 Feb 2013 12:47:26 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=1178

 

 Esta mañana estaba con una muchacha que arrastra una depresión desde hace años. El último hecho que se suma a su ya larga lista de insatisfacciones es que en breve ha de reincorporarse al mundo laboral, ya que se le termina la prestación por desempleo y no puede permitirse,Trabajo económicamente, seguir sin ocupación.

Al terminar la sesión con ella y abrir el libro de lectura que me acompaña últimamente, me he encontrado con esta maravillosa frase de Voltaire:

“El trabajo nos evita tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la pobreza”.

Cierto es que, cuando una persona está deprimida (Depresión: Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos), tiene serios problemas por seguir un ritmo de vida que para el resto podría considerarse normal. Levantarse por la mañana ya suele ser toda una odisea y cualquier actividad se hace cargosa y excesivamente fatigosa.

Por esta razón, dependiendo del momento más o menos álgido en que se encuentre el estado depresivo, plantearse reintegrarse a una actividad ocupacional puede vivirse como un obstáculo infranqueable, además de ser eventualmente negativo para la recuperación.

Sin embargo, hay un momento en el cual, a pesar de seguir estando deprimido, volver poco a poco a una dinámica más normalizada de actuación, no sólo es recomendable, sino también necesario.

No es mi intención profundizar aquí en cuándo es conveniente reincorporarse, ni cómo ha de hacerse esta reinserción; el motivo de esta entrada es:

a) Exponer la (no) existencia de las casualidades

b) Contrastar las razones que esgrimíamos esta mañana ambas durante la sesión con la filosofía de Voltaire que encierra esta frase en sí misma.

Cada vez estoy más convencida de que, al menos en mi vida, no existen las casualidades. Siento que, de algún modo muy sutil, cuando mis intereses giran alrededor de un tema, todo mi mundo cambia de tal modo que voy encontrándome las personas, las situaciones o los objetos necesarios para propiciar ese aprendizaje. Otras veces, simplemente aparecen para reafirmar el camino emprendido.

Creo provechoso recordar que este encuentro no produce necesariamente situaciones o emociones agradables todas las veces, aunque el resultado final resulta ser siempre una enseñanza inestimable. Lo que para otras personas son simplemente coincidencias, para mí ofrece una lectura más profunda, siendo maestras en determinadas situaciones.

Y siento que hoy sucedió uno de estos momentos mágicos. Ante la perspectiva de volver a trabajar, y aceptando que aún no está en el estado anímico más deseable, esta muchacha ha decidido que su reinserción en el mundo laboral ofrece más ventajas que inconvenientes.

Ella, acompañada por mis preguntas, iba desgranando poco a poco la situación en la que se encontraba y hallaba opciones positivas que a priori no había sabido ver.

Llegó a las siguientes conclusiones:

a) Peor quedarse sin dinero que trabajar y mejor trabajar que hacer cualquier ilegalidad.

b) Le permitirá conocer gente, por poca que sea, lo que la abrirá socialmente, aspecto que hoy por hoy tiene totalmente descuidado.

c) Estar ocupada la distrae de su malestar.

Aunque los conflictos son únicos e individuales para cada ser humano, los problemas y los remedios en el fondo son siempre los mismos. Los grandes pensadores nos ayudan muchas veces a ver más claras las situaciones. Voltaire puede haberlo dicho más claro, pero no mejor.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/el-trabajo/feed/ 0
Mi amiga la neura. http://terapiasgestalt.es/mi-amiga-la-neura/ http://terapiasgestalt.es/mi-amiga-la-neura/#comments Mon, 17 Sep 2012 07:06:48 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=971


Según la concepción tradicional, la neurosis sería una enfermedad mientras que, desde la Gestalt, consideramos que, al tiempo que es nuestra mayor riqueza, también es nuestra fuente máxima de conflictos. Es una forma de ser, de estar, de existir. Por tanto, no hay neurosis sino que hay neuróticos.

NeurosisPara sobrevivir, en la infancia aprendimos a resolver las complicaciones con las que nos encontrábamos de maneras determinadas. Como fueron la mejor y única opción que hayamos para solucionar nuestros problemas, hemos seguido aplicando estas respuestas a lo largo del tiempo. Ahora, y a pesar de que muchas están totalmente desfasadas, seguimos utilizándolas. Están tan integradas en nuestro cotidiano quehacer que, a veces, no nos cuestionamos su uso, lo ejecutamos automática e inconscientemente y creemos que son parte invariable de nosotros mismos. Cuando nos damos cuenta del malestar que impregna nuestra vida, cuando empezamos a dilucidar que existe “ese algo” en nosotros que no acaba de funcionar, deseamos a toda costa deshacernos de ello y reconvertirnos en alguien mejor, más maravilloso y sobre todo FELIZ.

Combatir la neura (utilizaré esta palabra como concepto que engloba esta forma de ser, estar y existir determinada e invariable) no es iniciar una lucha a muerte, no consiste en derrotarla y aniquilarla por completo. Lidiar con ella significa aprender a conocerla y conseguir que deje de gobernarnos a su antojo. Disputar con la neurosis es llegar a conseguir que ocupe el espacio que le corresponde mientras deja libre nuestra creatividad para resolver situaciones que ya no son aquellas iniciales para las cuales fue forjada.

No hay que repudiarla, afortunadamente y gracias a ella, a sus mecanismos, a sus soluciones y estrategias, hoy estamos donde estamos y, a pesar de no sentirnos quizás muy afortunados, ha sido una gran aliada que nos ha acompañado, como mejor ha sabido, durante nuestra travesía vital.

Simplemente, hay que aceptar que una vez cumplida su función ha de dejar paso a otras opciones. Aunque, eso sí, hay aspectos o situaciones en que debemos aprovecharla porque sigue siendo parte de nuestros recursos.

El control, la vergüenza, el miedo, el dolor… son “aspectos” considerados neuróticos según su uso, ya sea porque la circunstancia donde estemos aplicándolos no sea la más conveniente o por el desmedido grado con que los empleemos o sentimos.

Si el control nos lleva a la rigidez, la vergüenza a la paralización, el miedo al bloqueo y el dolor al sufrimiento, estamos incapacitados para avanzar.

Durante mis años de formación, el terapeuta gestaltista Eugenio Molini, en un taller que nos impartió, pronuncio una frase que me impacto profundamente: “Haz de tu defecto una virtud”. En ese momento entendí realmente que renunciar a una parte de uno mismo no es la solución. El remedio consiste en aceptar todo lo que eres y aprovecharlo según las circunstancias.

Nunca voy a dejar de ser neurótica, porque todas estas estrategias y respuestas forman parte de mi bagaje, pero cada día aprendo a responder con una u otra herramienta según la conveniencia.

Muchas personas, cuando empiezan un proceso de crecimiento personal, lo que andan buscando es cambiar, convertirse en “otro yo”. Cada uno de nosotros es un ser maravilloso, único e irrepetible, simplemente hay que aceptarse y aprender a sacar el máximo partido de los recursos que poseemos y tener la capacidad de crear otros nuevos.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/mi-amiga-la-neura/feed/ 0
Calma. http://terapiasgestalt.es/calma/ http://terapiasgestalt.es/calma/#comments Sat, 08 Sep 2012 12:02:08 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=960


 ¡Ay! ¡Se me está haciendo tarde! Tengo que marcharme ya… La basura, aprovecho para bajarla ahora…Voy con prisa, pero mejor ahora que tener luego que subir y bajar de nuevo… ¡Buf, cuánto ruido y sólo he abierto la puerta!… ¡Va, va, a ver si acabáis de pasar de una vez y puedo salir a tirarlo todo… No sé si llegaré a coger el autobús que pasa a y 10… quizás me saldría más a cuenta ir directamente hacia el metro… aunque me queda más lejos… aunque si cambio la ruta… Primero lo del gestor y el abogado luego… pero tengo médico dentro de una hora… además a la una tengo que estar…Calma

Esta podría ser una de mis mañanas, o quizás de las tuyas. O podría ser totalmente diferente y, sin embargo, seguir siendo lo mismo: vamos acelerados.

¿Acaso no existe la manera de poder hacer las cosas de un modo más tranquilo?

Seguramente, muchos de vosotros pensaréis que es imposible, que para realizar todas vuestras obligaciones y actividades de forma relajada el día necesitaría tener unas pocas horas más. Sin embargo, nuestra aceleración no está realmente ocasionada sólo por la cantidad de actividades que nos vemos obligados a realizar sino por nuestra actitud ante ellas.

Observad qué os motiva a la hora de decidir qué acciones vais a llevar a cabo durante el día. Obviamente, habrá algunas que estaréis irremediablemente abocados a realizar: ir a trabajar, ocuparos de vuestros hijos si los tenéis, cocinar, comer… Habrá otras situaciones en que podáis ser más flexibles y postergarlas temporalmente: quizás aspectos burocráticos, recados varios o determinadas visitas.

¿Qué nos impulsa a querer hacerlo todo y además de este modo? Por un lado, nos creemos en la obligación de ser rentables, eficaces y efectivos tanto en nuestros trabajos como en la vida familiar. Además, debemos conciliar totalmente ambas actividades sin tener que renunciar a ninguna de ellas o, por el contrario, primamos una a expensas de la otra. Nos creamos unas expectativas tan elevadas sobre nosotros mismos que nos abocan a una lucha constante contra todo y todos para intentar hacerlas realidad.

Hay que ejecutarlo todo ahora mismo y con la mayor diligencia posible. ¿Por? Porque así corresponde ¿Para? Para tener un mejor sueldo, para tener un mejor trabajo, para ser mejor padre, para ser mejor persona, para ser el mejor, para… para tener tiempo más tarde para descansar. ¿Y cuando se supone que pararemos a descansar: por la noche, los fines de semana, en vacaciones?, ¿Cómo vamos a descansar si  nuestro cuerpo está tan acelerado y ansioso que es incapaz de relajarse en ningún momento?

Por otro lado, ¿qué sucede cuando no hay nada por hacer? Quizás te sientas aburrido, pienses que estás perdiendo el tiempo y que estás desaprovechando tu vida. Es como una necesidad de exprimir el tiempo antes de que acabe. Cuantas más cosas hagas, más interesante será tu vida. O eso crees. Muchos no sabemos parar y estar en silencio, estamos tan poco acostumbrados a la soledad y a la calma que confundimos estas sensaciones con algo negativo.

Esta aparente inmediatez con la que realizamos todas las actividades, esta lucha por alcanzar las metas planteadas, este afán por comerse el mundo, en el fondo no es más que una postergación de la vida misma. La aceleración con la que nos movemos nos obliga a andar de puntillas, dejando siempre para más tarde el permanecer en “este momento” y disfrutar o al menos tener conciencia de lo que realmente sucede.

La educación nos ha enseñado a funcionar así, por tanto, para vivir plenamente sería conveniente desaprender lo aprendido. Tomarse un tiempo para pensar con calma lo que se quiere hacer y cómo, permite realmente ser más efectivo en la realización y, al mismo tiempo, funcionar sin estrés. Marcarse prioridades reales: lo que quiero, lo que debería y lo que puedo hacer. Decidir lo que vale la pena y a qué coste.

Actuar despacio no es perder el tiempo, sino todo lo contrario, nos permite poner atención en lo que estamos haciendo y apreciarlo en toda su magnitud.

Una de nuestras asignaturas pendientes es la respiración. Es cierto que todos respiramos, pero de manera tan superficial que simplemente mantiene en funcionamiento nuestro organismo, no nos permite tomar conciencia de lo que es la vida, de lo que comporta y de lo que nos aporta.

Respirar correctamente, con inspiraciones profundas y espiraciones lentas, nos obliga a ralentizar nuestro modo de actuar y eso nos ayuda a apreciar todo lo que sucede, tanto en nuestro interior como en el entorno.

La calma no es más que un estado corporal, una actitud que podemos elegir. Respirar amplia y tranquilamente, además de permitir una correcta oxigenación, relaja nuestra musculatura y evita contracturas. Ayuda a que nuestras digestiones sean menos difíciles. Nos hace conscientes de las sensaciones y los sentimientos que nos acompañan en cada momento. Nos permite apreciar el momento presente y disfrutar de él.

Vivir es no perderse nada de lo que sucede ahora mismo, sea más o menos agradable según el periodo vital en el que nos encontremos. Vivir no significa correr para hacer miles de cosas, vivir es ser consciente de cada cosa que hagas.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/calma/feed/ 0
Madres: trabajo y maternidad. http://terapiasgestalt.es/madres-trabajo-y-maternidad/ http://terapiasgestalt.es/madres-trabajo-y-maternidad/#comments Fri, 06 Jul 2012 11:51:22 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=871


No es tan difícil conciliar trabajo y maternidad.

Afortunadamente, se está empezando a reconocer  lo que se ha dado en llamar la “doble jornada” de trabajo de todas esas mujeres que, además de cuidar de su familia, continúan trabajando fuera del hogar. Sin embargo, hasta hace pocos años, se tenía la creencia de que la mujer era capaz de ocuparse de todo y esta existía gracias a una base sólida y comprobada: la mujer podía con todo.

Madres e hijosEl precio que pagaba por semejante esfuerzo es otra cosa;  pero la realidad es que la mujer hacía y hace acopio de valor y arremete con todo para salir adelante.

Si dejamos de lado todos los problemas que nuestro tipo de cultura arrastra, la mujer ha podido con todo. Si analizamos con un poco más de profundidad el tipo de vida que llevamos y los conflictos emocionales que arrastramos, no ha ido la cosa tan bien.

No quiero decir con esto que todos los problemas sean culpa de la mujer, ni mucho menos. Mi intención es señalar la poca credibilidad que tiene esta afirmación.

La mujer se ha hecho cargo de su vida laboral y familiar a costa de un alto precio, tanto para ella misma como para su descendencia. Del mismo modo que el hombre arrastra sus problemas (ya hablaremos en otro momento de ellos) y su influencia en su progenie.

La vida cotidiana de muchas mujeres demuestra una y otra vez que las cosas son bastante más complicadas pues, la mayor parte de las veces, las mujeres que trabajan y tienen hijos se ven a sí mismas con una carga de trabajo extenuante, exigente y muy difícil de sobrellevar.

La vida laboral se resiente y, lo que es más importante, la inteligencia emocional de los hijos mucho más. Sin embargo, quiero recordar aquí que, a pesar de la afirmación que acabo de realizar, la responsabilidad de ello no es exclusiva de la madre y, aun así, somos las mujeres las que nos sentimos mal cuando la conciliación de ambas facetas de nuestra vida resulta problemática.

Cuidar de los hijos consume mucho tiempo, ¿de dónde extrae este tiempo una mujer que trabaja fuera del hogar?:

- Horas de sueño: Las madres trabajadoras duermen menos que nadie. El promedio va de 4 a 6 horas por día.

- Tiempo libre: Una madre que trabaja generalmente no tiene tiempo para sus amigas y muchas veces ni para ella misma.

-Desarrollo personal y profesional: Muchas madres trabajadoras se ven obligadas a aceptar trabajos de media jornada que les permitan compaginar su trabajo con el cuidado de su familia, pero estos trabajos generalmente ofrecen bajos sueldos y pocas posibilidades de desarrollo profesional.

Aunque, desde niñas, a todas las mujeres se nos vende el producto de que todo este esfuerzo se hace por amor y será siempre compensado por el cariño de los hijos, la realidad no confirma la creencia.

La maternidad es vista en nuestra sociedad como “una relación de amor incondicional”, por lo que no resulta sencillo para las madres hacer mención de los costos personales que tiene el ejercicio de este deber femenino.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto, puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/madres-trabajo-y-maternidad/feed/ 0
Hijos dependientes/padres sacrificados. http://terapiasgestalt.es/hijos-dependientespadres-sacrificados/ http://terapiasgestalt.es/hijos-dependientespadres-sacrificados/#comments Sun, 03 Jun 2012 17:28:17 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=798


Cuando somos padres, intentamos mediante la educación dar a nuestros hijos las herramientas necesarias para vivir en la sociedad. Uno de los aspectos que más nos preocupa es que sean felices y autosuficientes, el problema radica en cómo propiciar esos resultados.

Está claro que conseguir felicidad, como estado total de placer, es una meta totalmente utópica.  Sí, por el contrario, les hacemos comprender que el estado de bienestar es aquel en el que aceptamos equilibradamente todo lo que nos sucede y rodea, ya habremos logrado mucho.happy family

Me gustaría incidir más aquí en la consecución de la independencia, que no estaría desligada en absoluto de este sentimiento de aceptación que propicia el bienestar.

Si una persona no es emocionalmente independiente, aunque se desenvuelva aparentemente como individuo autónomo dentro de la sociedad, sigue ligada a emociones y sentimientos que le inmovilizan (bloquean) dificultándole conseguir una vida satisfactoria.

En el mundo animal, está muy claro cómo conseguir la independencia de las crías. Llegado el momento determinado en que han conseguido un grado de movilidad suficiente y han aprendido las técnicas rudimentarias para proveerse de  alimento, suelen ser abandonadas a su suerte.

En nuestro caso, a pesar de que el instinto sigue siendo el mismo, es decir, el ser independientes, nos domina la necesidad neurótica de poseer y de vivir nuestra vida a través de los hijos y el propósito de educar a un niño para que sea independiente se confunde con la idea de educarlo para aferrarse a él.

La única manera de conseguir que nuestros hijos sean independientes es serlo nosotros mismos. El mejor modelo de enseñanza sigue siendo el ejemplo. Los niños aprenden por mimetismo y a base de práctica. Cuanto más impedimos que hagan cosas por sí mismos, más les estamos atando a nosotros.

Si, además, tú eres de los que se sacrifican, les presentas un modelo de comportamiento sacrificado. Cuanta más prioridad das a cualquiera antes que a ti mismo, más les impides la autonomía, ya que tu ejemplo les enseña que “antes los demás que yo”. El hacer cosas por los demás es algo admirable pero, cuando las haces a expensas de ti mismo, lo único que enseñas es a comportarse de una manera que sólo puede engendrar resentimientos.

Ya de pequeños, nuestros hijos muestran ese impulso hacia la autonomía con el famoso “yo solo, yo solo”. Además de favorecer este aspecto práctico, el hecho de que se acostumbren a respetar nuestros espacios y nuestras necesidades les ayudará de igual modo en este camino a la individualidad.

La llegada a la adolescencia es un momento crucial. Cuando nuestro hijo ante una situación X nos responde “no quiero hablar de ello” y se encierra en su habitación, suele costarnos no invadir su espacio intentando que se “abra” y nos explique lo que le sucede para, así, poder “ayudarle”.

No somos conscientes de que no estamos buscando satisfacer con “este tipo de ayuda” una necesidad suya sino, todo lo contrario, una nuestra. Dejarle espacio para que se sienta libre de hacer o decir lo que quiera, dejarle enfrentarse a los problemas por su cuenta (independencia emocional) nos desconcierta, pero es nuestra manera de dejarle crecer y facilitarle la madurez.

Si, llegado el momento, el abandono del nido se desarrolla en una atmosfera sana, no implicará crisis, ni disturbios, ni problemas, ya que es la consecuencia natural de una vida eficiente y positiva. Si, por el contrario, se crea una situación donde la culpa y el miedo a desilusionar a los padres marcan la pauta, estos sentimientos pueden seguir influyendo en las personas durante toda su vida, hasta tal punto que, a veces, la relación matrimonial se convierte en una relación filial, más que en una relación en la que dos individuos comparten una vida en condiciones iguales.

El no saber desligarse de los padres, el no haber madurado de cría a individuo autónomo, nos convierte en seres apegados y dependientes; estaremos buscando siempre terminar el proceso y proyectando en nuestras relaciones más íntimas este conflicto abierto.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/hijos-dependientespadres-sacrificados/feed/ 0
Los sentimientos http://terapiasgestalt.es/los-sentimientos/ http://terapiasgestalt.es/los-sentimientos/#comments Wed, 23 May 2012 06:48:22 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=751


¿Vivir con o sin ellos?

 

Furia, tristeza, alegría y miedo, estos son los cuatro grupos de sentimientos primarios, y todos los demás son matices y variaciones de ellos.

Por ejemplo, sentirse solo y sentirse “bajoneado” estarían dentro de la categoría de la tristeza; la ansiedad y el nerviosismo serían variaciones del miedo; ver todo color de rosa y estar contento se catalogarían dentro de la alegría.

sentimientosManejar nuestros sentimientos, es responder en forma adecuada a nuestras emociones.

Es bueno examinar los pensamientos que los acompañan, y aceptarlos sin represión ni censura. Observar el juicio moral al respecto de lo que sentimos, y valorar según él, si creemos o no conveniente dejarnos llevar y actuar, o por el contrario, quizás sea suficiente sentir la emoción y reconocer el pensamiento.

Si el sentimiento es fuerte, o si la acción que queremos realizar es radical, es mejor esperar un día o más, hasta estar tranquilo. Dicho de otro modo: desapegarse.

Debemos dejarnos percibir los sentimientos y las emociones, pero no deben controlarnos. Si no nos los dejamos sentir, no podemos manejarlos de forma responsable y es entonces cuando nos desbordan.

Sin embargo si somos conscientes de ellos, y los estamos manejando en forma responsable, los sometemos a nuestro intelecto, a nuestra razón, a nuestro código moral y a nuestro código ético de conducta.

Nuestros sentimientos son reacciones a las circunstancias de la vida y solo nosotros somos responsables de ellos. La gente puede ayudarnos a sentir pero no hace que sintamos.

Hay ocasiones en que podemos requerir de ayuda profesional para manejar nuestras emociones; por ejemplo, si estamos varados en cualquier sentimiento en particular.

También es conveniente buscar ayuda profesional si hemos estado reprimiendo nuestros sentimientos durante un largo periodo o si sospechamos que hemos estado reprimiendo algo intenso.

Despertar nuestra parte emocional sólo necesita un poquito de práctica.  Para entrar en contacto podemos ayudarnos con:

- Ejercicio físico. La movilización ayuda a desbloquear tensiones y estás a las emociones asociadas.

- Escribir cartas que no enviaremos. El hecho de saber que nadie podrá leerlas nos invita a expresarnos sin ningún tipo de recato, con lo cual evitamos reprimir cualquier sentimiento que podríamos considerar inadecuado mostrar.

- Darle voz a lo que estamos pensando y sintiendo, escuchando el tono en que lo hacemos. Sería una variante de la carta, con el añadido de que nos damos cuenta del grado de agresividad, ironía, desprecio…que el tono de voz indica y del que de otro modo no seríamos conscientes pudiendo dañar al “otro” si se lo dijésemos. Muchas veces no es lo que decimos, sino el cómo lo hacemos, lo que hiere.

-Poner atención a lo que hacemos y lo que sentimos al hacerlo. Cuándo uno no es del todo consciente de lo que siente hasta que la emoción lo supera, es conveniente poner toda la atención al estado corporal. La insatisfacción y la incomodidad son los primeros detonantes de que algo no funciona correctamente en nuestra relación con el entorno.

Para vivir una vida plena hemos de integrar las emociones a nuestra vida, cuidar de ellas, percibir nuestros sentimientos y confiar en nosotros mismos.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/los-sentimientos/feed/ 0
Cómo superar el miedo al fracaso. http://terapiasgestalt.es/como-superar-el-miedo-al-fracaso/ http://terapiasgestalt.es/como-superar-el-miedo-al-fracaso/#comments Thu, 17 May 2012 07:28:35 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=738


El miedo al fracaso tiene mucha presencia en nuestra sociedad, nos fue inculcado en la niñez y lo arrastramos por la vida. Aunque, realmente, el fracaso no existe, es simplemente la opinión de alguien que tiene una idea determinada de cómo deben ser y hacerse las cosas.

Estamos llenos de convencionalismos que nos dicen cómo debemos actuar y de qué manera hay que hacer las cosas, sin pararnos a pensar si realmente esa opción es para nosotros la más valida. Y aun cuando consideramos que ese es el resultado o que así queremos proceder, si no lo conseguimos, vivimos esa contrariedad no como un inconveniente, sino como un fracaso de nosotros mismos como individuos.

Miedo al fracasoEl no triunfar en algo que trato de hacer no implica mi fracaso como persona, se trata simplemente de que no he conseguido el éxito en esta tarea y en este momento presente.

Cuando un animal lleva a cabo una acción, no solemos cuestionar su éxito o fracaso, simplemente hace lo que puede como puede. Por ejemplo, si un gato quiere cazar un ratón y uno se le escapa, en lugar de lamentarse porque ha fracasado, sigue intentándolo hasta que consigue atrapar uno.

Es ahí donde el ser humano se complica, en lugar de seguir intentando lo que quiere conseguir, se dedica a lamentarse y opta por dejar de practicar aquello que desearía lograr.

Una de las frases que oímos todos desde pequeños es “hazlo lo mejor posible” y es la piedra de toque de la neurosis del éxito y el logro, ya que, realmente, lo que nos han querido decir, y así lo hemos interpretado, es “esfuérzate para ser el mejor”, “esfuérzate y hazlo bien”.

¿Qué pasa si simplemente hacemos las cosas?, ¿para pasear en bicicleta hemos de ser acaso los mejores ciclistas?, ¿para disfrutar bailando en una fiesta, hemos de ser bailarines profesionales?, ¿acaso no podemos ser mediocres y disfrutar sólo por el hecho de hacerlo?

La neurosis haz-lo-mejor-que-puedas puede impedirte probar actividades nuevas y disfrutar de las viejas.

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/como-superar-el-miedo-al-fracaso/feed/ 0
Cerrando ciclos http://terapiasgestalt.es/cerrando-ciclos/ http://terapiasgestalt.es/cerrando-ciclos/#comments Mon, 30 Apr 2012 12:35:53 +0000 Terapias Gestalt http://terapiasgestalt.es/?p=711

(Texto atribuido a Paolo Coelho)

ciclos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

 

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto, puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

]]>
http://terapiasgestalt.es/cerrando-ciclos/feed/ 0