Una de las principales características que distinguen a la terapia Gestalt de otras corrientes psicoterapéuticas es lo que se ha dado en llamar “vivenciar”.
En el diccionario de la Real Academia no existe este verbo como tal, pero su significado proviene de “vivencia”: Hecho de experimentar algo, y su contenido. Por tanto, sería experimentar holísticamente lo que sucede.
Como descendientes del psicoanálisis (no podemos olvidar los orígenes de la Gestalt), esta fuerza en la vivenciación y experimentación de lo que le sucede al cliente la interpreto como el resultado de la búsqueda por encontrar un nuevo camino más acorde para cubrir las deficiencias que veían en la corriente de la cual procedían.
Vivenciar es no separar lo que sentimos de lo que pensamos, de lo que hacemos.
La Terapia Gestalt es considerada una psicoterapia. He encontrado dos definiciones de este concepto que me resultan interesantes:
RAE: Psicol. Tratamiento de las enfermedades, especialmente de las nerviosas, por medio de la sugestión o persuasión o por otros procedimientos psíquicos
“Vocabulario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalis: En su sentido más amplio, psicoterapia es cualquier método de tratamiento de los desórdenes psíquicos o corporales que utilice medios psicológicos y, de una manera más precisa, la relación del terapeuta y del enfermo (…)
En la primera, interpreto esa separación entre lo mental y lo corporal (especialmente de las nerviosas), además de un componente directivo (por medio de la sugestión o persuasión o por otros procedimientos psíquicos). En la segunda, unifica ambos aspectos por el modo de tratarlos (cualquier método de tratamiento de los desórdenes psíquicos o corporales), aunque sigo interpretando en el texto esta visión dualista. Sin embargo, estoy en total acuerdo en la incidencia en la relación terapéutica como base del tratamiento, aunque discrepo en la utilización del vocablo “enfermo” para designar al cliente.
Uno de los postulados de la Gestalt es el enfoque holístico del mundo. El ser humano es considerado como un organismo unificado, donde no existe separación ni fragmentación, donde la división mente/cuerpo no tiene cabida. Por ello, según las definiciones académicas, enmarcarnos como Psicoterapia me chirría en cierto modo, prefiero enmarcarla como Terapia de crecimiento personal, donde la experimentación y vivenciación del cliente con y en su entorno, ya sea con el terapeuta o con el resto de individuos que le rodean, serán su método para aprender a gestionarse de manera más conveniente.
¿Qué significa a nivel práctico esta vivenciación?
Es la forma en cómo recogemos la información. Cuando vivenciamos un hecho, la información nos llega a través del cuerpo y de este pasa a la mente. Cuando pretendemos hacer lo mismo mediante la racionalización y las explicaciones, esta nos llega a través de la mente, pero el cuerpo queda al margen y ajeno a ella.
Y siendo como somos un “todo” integrado ¿no debería dar lo mismo por donde entra la información?
Esto sería lo mismo que decir: si la comida entra en el cuerpo, hará el mismo efecto si la introduzco por la oreja en lugar de por la boca. Es evidente que funcionar como un organismo unificado no quiere decir que cada órgano pueda hacer exactamente lo mismo que otro, sino más bien que el buen o mal funcionamiento de una parte u otra de nuestro cuerpo influye indiscutiblemente en el resto del organismo en su totalidad.
Esta separación tan drástica de la medicina alopática, donde los problemas psicológicos y físicos del cuerpo humano se han tratado como si fuesen fruto de organismos distintos, no está dando un buen resultado.
Conflictos como depresiones, angustias o ataques de pánico si sólo se tratan desde un lugar mental necesitan de la ayuda química para ser paliados. Si no existe paralelamente un proceso de experimentación, de vivenciar lo que a uno le sucede, es muy probable que el individuo sea incapaz de llegar a gestionarse sin ayuda farmacológica.
Parece que hemos buscado paliar nuestras deficiencias y conflictos por un camino diferente de por donde adquirimos nuestras vivencias cotidianas y habituales. La Gestalt no dice nada nuevo, simplemente pretende utilizar el mismo canal de entrada de información que usamos de manera innata.
Tal como dice Serge Ginger en su libro “La Gestalt: una terapia de contacto”:
“…la comprensión de un fenómeno o de un objeto no proviene generalmente ni del análisis de sus causas o de su estructura, ni de la búsqueda hipotética de sus causas, sino, al contrario, de la síntesis (generalmente intuitiva) en su conjunto así como de la concepción de su utilidad teleológica “*
Cuando nacemos, resulta imposible recibir informaciones a base de explicaciones y razonamientos. Cuando queremos cambiar algo ya establecido dentro de nuestro organismo, es bueno imaginarnos como naciendo nuevamente y vivirlo plenamente es iniciar este nuevo aprendizaje, es volver de nuevo a colocarnos en cuerpo y alma en ello, no sólo racionalmente.
*Teleológico: del griego telos (fin)= orientado hacia un fin, una finalidad.