Yo solo no puedo.
Parece que con la movida sociopolítica que tenemos actualmente, este sería un tema candente, aunque no nuevo en sí mismo.
Este “yo solo no puedo” o su similar “¿qué fuerza tengo yo?” son compañeros inseparables de “la culpa y la responsabilidad es de ellos”; sean estos “ellos”, según el caso, políticos, banqueros, empresas, sindicatos… No importa quienes son sino lo que descargamos en ellos.
Parece que hemos dado una nueva vuelta de tuerca y estamos nuevamente en ese lugar conocido y gestante de muchos de nuestros conflictos: la aceptación de la responsabilidad ¿Sobre quién recae la autoría de los hechos y, por tanto, a quién corresponde su enmienda o resolución?
No es la primera vez que abordo este tema (ver “Lo que nos toca vivir”) y, aun así, siento nuevamente la necesidad de adentrarme en él.
Aunque, esta vez, quiero volver la vista atrás en el… Continue reading
Es lo que hay.
Aceptar es uno de los aspectos emocionales más difíciles con los que nos encontramos los seres humanos. Solemos confundirlo con la resignación y, a pesar de que la acción en ambos casos es la misma, el sentimiento desde el que parten es abismalmente opuesto.
Trabajaba estos días con una mujer adulta que se debatía inquieta entre dos emociones contradictorias. Tras muchos años de distanciamiento había retomado el contacto con su madre. Ambas mujeres son rencorosas, demandantes y de caracteres fuertes.
Por una parte, se sentía emocionada por tener la posibilidad de sanar esta antigua herida, por la perspectiva de cerrar por fin esta gestalt que lleva arrastrando desde hace más de veinte años y que ha influido notablemente en todas las relaciones importantes de su vida.
Por otro lado, se sentía defraudada y engañada, nuevamente, a causa de que la suavidad de su madre, hecho que ha posibilitado el… Continue reading
Trabajando con la sombra.
Frases como: “Quiero ser yo mismo”, “no sé porque lo hago, yo no soy así”, “quiero ser más… o menos…” las he dicho a menudo, sobre todo cuando iniciaba mi proceso de crecimiento personal y las oigo, frecuentemente, en consulta en boca de muchos de mis clientes. El hecho es que no aceptamos esa cara que mostramos al mundo, buscamos explicaciones que culpabilicen al entorno de esta imagen y queremos demostrar cualidades o aptitudes que creemos haber perdido, en algunos casos, o que deseamos adquirir, en otros tantos.
En otras ocasiones, el rostro que mostramos, es precisamente “ESE” que queremos que vean, haciendo esfuerzos por ocultar maneras, procederes o talantes que consideramos inadecuados y nos hacen sentir falsos y a menudo culpables.
Esta parte de nosotros que rechazamos recibe el nombre de “sombra”. Es decir, todas aquellas cualidades… Continue reading