¿Por qué?
Esta es la pregunta que prácticamente se hace todo el mundo ante los conflictos o situaciones estresantes. ¿Por qué me sucede esto?, ¿por qué razón?, ¿por qué a mí?
Es como si creyésemos que, por descubrir la causa la problemática desaparecería por sí sola. Estamos demasiado acostumbrados a funcionar con este sistema de causa-efecto y nos cuesta aceptar que esta pregunta, al menos en el ámbito emocional, es la de menor importancia.
El motivo que nos ha llevado a cierta situación o a comportarnos como lo hacemos es menos significativo para nuestro bienestar que el cómo, el qué, el dónde, el cuándo…
Es más importante trabajar sobre cómo me está afectando lo que hago, pienso o siento; es mejor profundizar en dónde me sucede tanto a nivel corporal como a nivel espacial (situaciones específicas) y en el cuándo se da temporalmente o ante qué personas concretas.
Podemos añadir… Continue reading