Hoy es uno de esos días.
Sentada ante el ordenador me invade el desasosiego, nada ha sucedido (al menos aparentemente) que me haya inducido este estado de ánimo. Me siento vacía, cansada, sin ganas de nada y, al mismo tiempo, con un anhelo feroz de algo, aunque no consigo identificar qué es lo que quiero.
Junto a ella, otra ráfaga sacude mi interior diciéndome que ya está bien de tanto rollo, que de qué sirve tanto tiempo mirándome el ombligo, tantos talleres, tanta formación, tanto esfuerzo y, por si fuera poco, tanto dinero… De qué ha servido todo, si este “oscuro pasajero” sigue ahí.
Cuando de algún modo se alían estas corrientes y estas voces, me siento zozobrar como hoy en estas mis aguas más negras.
Y, paralelas a ellas, también habitan mi cuerpo, otras corrientes y otras voces que hoy quedan ahogadas y olvidadas; constituyen el grupo que sigue repitiéndome sin descanso:… Continue reading