Por mucho que grites no te haré más caso.
¡Qué cierto, pero qué desesperante seguir calmado cuando pasan de ti!
Recuerdo que mis peleas de niña eran batallas campales. De constitución menuda y con poca fuerza, ante la desesperación y frustración opté por gritar, gritar mucho más que el otro. Y, a pesar de que nunca me llevó al desenlace deseado, seguí manteniendo durante muchísimo tiempo la costumbre de gritar como una energúmena siempre que mi nivel de frustración rozaba el límite de lo insostenible.
También recuerdo las sentencias con que mi padre me regalaba cada vez que se daba una situación de este tipo: “la ignorancia es la mejor ofensa” o “el mejor desprecio es no hacer aprecio”.
Durante años, he entendido perfectamente el significado y la realidad de estos preceptos; los sufría constantemente en propia piel pero, aun así, era incapaz de aplicarlos a “los otros”. Ahora tengo claro que tanto uno como otro… Continue reading
De hombres y de mujeres.
A pesar de llevar largos años hablando y trabajando sobre el tema de la igualdad entre los sexos, aun los coletazos que el desequilibrio y las diferencias entre ambos nos crean, nos mandan de un plumazo a cada uno a su esquina del cuadrilátero. Quizás porque estamos enfocando la cuestión desde un lugar erróneo.
“Somos iguales”
Con esta afirmación aun hemos complicado más la situación.
No somos para nada iguales, como tampoco deberíamos generalizar diciendo que “todos los hombres” o “todas las mujeres” lo son. Los miembros de cada género tenemos similitudes entre nosotros, pero de ninguna manera, podemos clasificarnos como iguales; las diferencias de caracteres, las emociones, los sentimientos, cómo vivimos…, nos hacen ser a cada uno seres únicos e irrepetibles.
“Tenemos los mismos derechos”
Este para mí es el verdadero principio, la idea base que ha de movilizar nuestra sociedad. Adultos: hombres y mujeres, jóvenes, adolescentes, niños,… Continue reading