Codependencia – Terapia Gestalt http://terapiasgestalt.es Teresa Beltran Olivé Thu, 06 Dec 2018 08:27:54 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Toxicómano consorte. http://terapiasgestalt.es/toxicomano-consorte/ http://terapiasgestalt.es/toxicomano-consorte/#respond Mon, 16 Apr 2018 11:43:29 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=866   La primera vez que oí este apelativo tenía yo veintipocos años y, a pesar de tener algunos conocimientos sobre el mundo de la drogadicción, no entendía qué diferencia había entre los dos miembros de esa pareja, en la que a uno se le denominaba con todo el peso toxicómano y al otro tan sólo …

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La primera vez que oí este apelativo tenía yo veintipocos años y, a pesar de tener algunos conocimientos sobre el mundo de la drogadicción, no entendía qué diferencia había entre los dos miembros de esa pareja, en la que a uno se le denominaba con todo el peso toxicómano y al otro tan sólo consorte. Era como una especie de grado menor en la escala de la adicción.

¿Cómo podía ser, si ambos estaban consumiendo, si ambos andaban perdidos por la misma senda, que uno fuese considerado “menos” adicto que el otro? Al fin y al cabo, esta distinción se aplicaba (al menos en  los ambientes en que yo me movía) al individuo de la pareja que era menos conflictivo o al menos se creía que estaba menos “enganchado” a la sustancia.

A través de los años y de la experiencia en propia piel llegué a comprender que la gran diferenciación entre uno y otro viene dada porque el toxicómano es un adicto, un enfermo enganchado a sustancias y su consorte es un adicto a su pareja.

El toxicómano consorte es otra variante del coadicto . Como ya he comentado en otros artículos, la coadicción es la enfermedad que rodea a las parejas y familias de los adictos a sustancias; estos familiares se convierten en personas disfuncionales, ya que su vida queda centrada exclusivamente alrededor de su familiar enfermo. Ellos consideran que es el adicto la fuente de todo problema y que sin su ayuda es incapaz de seguir adelante, sin darse cuenta de cuan nefasta es esta supuesta ayuda que le están prestando, ya que, muchas veces sin pretenderlo, favorecen la enfermedad que supuestamente están ayudando a vencer.

El toxicómano consorte es aquel familiar, normalmente la pareja (por eso claramente el apelativo de consorte), que se introduce en el mundo marginal de la drogadicción volviéndose aparentemente también un adicto a las mismas sustancias. Sin embargo, cuando su pareja empieza una recesión en el consumo del tóxico, es capaz por sí mismo de reducir la ingesta tanto como sea preciso, simplemente adaptándose al ritmo del otro.

Si fuese un adicto real a la sustancia, es decir, si su enfermedad consistiese en no poder sustraerse de esa atracción dañina que arrastra al toxicómano, por mucho que su pareja redujese la ingesta y se apartase de los círculos donde se mueve la sustancia, el toxicómano consorte no podría hacerlo tan fácilmente como lo hace.

Su verdadera adicción es la dependencia emocional y física que tiene de su pareja. Esto es lo que le hace sumergirse en el mundo marginal y, como cualquier toxicómano, llevar a cabo las acciones y vejaciones necesarias para obtener el tóxico, ya que una vez enganchado su dependencia es igual de agravante. De todos modos, suelen verse abocados a estas acciones más que para sí mismos muchas veces para paliar el síndrome de abstinencia de su pareja antes que el suyo propio.

Cuando ambos viven un síndrome de abstinencia grave, no es que el toxicómano consorte deje de consumir para dar su dosis a su pareja, eso no suele pasar porque su necesidad es tan real como la de cualquiera, pero sí tiene más capacidad de sobreponerse.

Al igual que el adicto a sustancias necesita un periodo de desintoxicación física y psicológica, en su caso, el trabajo psicológico abarca un proceso específico con especialistas en coadicción. Si no se hace así, se desenganchará de la sustancia, pero su problema concreto, que es la adicción a la persona enferma, seguirá y, aunque su pareja deje de ser drogadicta, los síntomas que seguirá arrastrando harán de su relación un fracaso, porque el que fue antes el enfermo consorte pasará a ser el enfermo principal y el otro puede recaer por las circunstancias insanas en las que se encuentre envuelto.

En las parejas toxicómanas, sea o no alguno de ellos consorte, es necesario un trabajo psicológico largo para ambos y una separación terapéutica durante bastante tiempo para conseguir que “los malos” hábitos den paso a una nueva forma de relacionarse mucho más sana. En algunos casos, puede que se llegue a la conclusión de que, para conseguir una vida sana y equilibrada, la pareja deba disolverse para siempre, ya que su mutua influencia es como un detonante para el consumo o la coadicción.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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Consíguete una vida! http://terapiasgestalt.es/consiguete-una-vida/ http://terapiasgestalt.es/consiguete-una-vida/#respond Wed, 14 Mar 2018 07:59:53 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=833 Vivir sin apego. Vivir tu vida significa cuidarte a ti mismo; tener la responsabilidad no sólo de vivir la vida, sino de conducirla. El cuidado de uno mismo es una actitud de respeto mutuo. Significa aprender a vivir nuestras vidas responsablemente. Significa permitir a los demás que vivan su vida como ellos elijan siempre y …

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Vivir sin apego.

Vivir tu vida significa cuidarte a ti mismo; tener la responsabilidad no sólo de vivir la vida, sino de conducirla.

El cuidado de uno mismo es una actitud de respeto mutuo. Significa aprender a vivir nuestras vidas responsablemente. Significa permitir a los demás que vivan su vida como ellos elijan siempre y cuando no interfieran con nuestras decisiones de vivir como hemos elegido hacerlo. Cuidar de nosotros mismos no es tan egoísta como muchas personas asumen que es, pero tampoco es tan “no egoísta” como muchos codependientes creen.

Tienes la responsabilidad de atender tu bienestar espiritual, emocional, físico y económico.

Eres responsable de tus necesidades y deseos. No mereces ni debes tolerar el abuso ni el maltrato constante. Tienes derechos, y es tu responsabilidad reclamar esos derechos. Las decisiones que tomes y la manera como te conduzcas reflejarán tu alta autoestima.

También tendrás en cuenta los derechos de los que te rodean, el derecho de vivir sus vidas como ellos quieran. No tienes por qué imponerte sobre el derecho de los demás a cuidar de ellos mismos, y ellos tampoco tienen el derecho de imponerse por encima de tus derechos.

Cuidar de nosotros mismos es un arte, y este arte implica una idea fundamental que es extraña para muchos: darnos lo que necesitamos.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

 

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Codependencia- artículo de Krishnananda http://terapiasgestalt.es/codependencia-articulo-krishnananda/ http://terapiasgestalt.es/codependencia-articulo-krishnananda/#respond Sat, 16 Sep 2017 10:29:47 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=669   Krishnananda, utiliza  el término codependencia como sinónimo de dependencia emocional y en este artículo nos habla de ello. Para quien no le conozca, os recomiendo su libro: “De la codependencia a la libertad” “Todos deseamos amar, pero generalmente no queremos experimentar el lado sombrío del amor. Lo que significa que no comprendemos lo que …

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Krishnananda, utiliza  el término codependencia como sinónimo de dependencia emocional y en este artículo nos habla de ello.

Para quien no le conozca, os recomiendo su libro: “De la codependencia a la libertad”

“Todos deseamos amar, pero generalmente no queremos experimentar el lado sombrío del amor. Lo que significa que no comprendemos lo que realmente significa amar. En los comienzos de una relación hay una cima, una excitación que suele decaer abruptamente cuando comienza la vida en común.

La mayoría de nosotros acarreamos profundas heridas de vergüenza, inseguridad y miedo. Vivimos en la desconfianza y al mismo tiempo tenemos una gran necesidad de amar y de ser amados. Volcamos estas heridas en nuestras relaciones, la mayor parte de las veces de forma inconsciente, y entonces actuamos desarrollando estrategias, demandando, evitando, creando conflictos, estando en desacuerdo e incluso traicionando o sintiéndonos traicionados.
Es como si camináramos por un campo lleno de minas, y nuestras heridas son como agujeros en los que podemos caer. Si transitamos este camino estando completamente ciegos, cuando nos encontramos con estas dificultades estas generalmente destruyen nuestro amor. Por ejemplo, más tarde o más temprano, caeremos en la herida de la traición. Algo puede suceder en nuestra relación que nos hace sentir que ya no podemos volver a confiar en la persona con la que estamos. Ella ha hecho algo que de repente nos hace dar cuenta que no es tan “confiable” como creíamos.

O tal vez, esa persona comienza a ser diferente a lo que habíamos imaginado, comenzamos a ver que no es tan fiable u honesta, le falta integridad, o no está con su mejor energía, o está cerrada, no disponible, o está demasiado aferrada o claramente demandante. Entonces nos sentimos traicionados.

No podemos cambiar el hecho de que en algún momento nos sentiremos traicionados. Pero lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud ante el sentimiento de traición. Podemos darnos cuenta de que esas experiencias, aunque dolorosas, son oportunidades increíbles de crecimiento y aprendizaje de lo que realmente significa amar.

El problema es que solemos entrar en una relación llenos de expectativas, nos demos cuenta de ello o no. Una vez alguien nos preguntó a Amana y a mí en un taller si no era natural tener expectativas sobre la otra persona en cierta medida. Le respondimos que cada uno puede esperar del otro todo lo que quiera, pero que la única expectativa que se mantiene a flote es la de que la otra persona sea quien realmente es en su totalidad. Cuando entramos en una relación, la mayoría de las veces, no vemos a la otra persona tal cual es.

Lo que hemos visto y probablemente seguimos viendo en el otro es lo que queremos ver, es decir, algo que encaje en nuestras fantasías y deseos. Luego entramos en desacuerdo y nos sentimos traicionados. Entonces caen duramente nuestras fantasías e ilusiones y se produce una pequeña muerte.

Uno de los agujeros más profundos en las relaciones sobreviene alrededor de la sexualidad. Al principio solemos tener una sexualidad apasionante y viva, pero cuando comenzamos a aproximarnos nos volvemos más vulnerables, y es entonces cuando las heridas enterradas profundamente comienzan a salir a la superficie y esto suele afectar nuestra sexualidad. Muy a menudo, perdemos la libertad inicial y desesperadamente tratamos de todas las maneras de volver atrás.

Pero la profundidad dentro de una relación hace que la vergüenza, los miedos y las disfunciones salgan a la superficie. Si no llegamos a comprender esto, y no creamos un espacio para compartirlo e incluirlo dentro del marco del amor, uno o ambos integrantes de la pareja se hundirán en sus propios sentimientos de vergüenza y traición.

También encontramos problemas cuando una persona quiere más atención, proximidad, comunicación y conexión mientras que la otra ansía mayor libertad. De lo que no solemos darnos cuenta es que estos deseos-necesidades en realidad están reflejando heridas de abandono de nuestra infancia. Cuando nos acercamos realmente a otra persona, estas heridas se disparan y entonces comenzamos a actuar con rabia, creando conflictos e hiriéndonos mutuamente.
Con más comprensión, sensibilidad, respeto y conciencia, podremos aprender a dar al otro lo que él o ella necesitan, mientras también estamos siendo sensibles a nuestras propias necesidades. Una relación profunda y comprometida nos provee del mejor espejo para vernos a nosotros mismos y nuestras heridas, nuestras disfunciones y actitudes negativas. Y también nos da la mejor oportunidad posible para cambiar, para crecer y para aprender qué es realmente el amor”.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

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¿Qué es desapegarse? http://terapiasgestalt.es/que-es-desapegarse/ http://terapiasgestalt.es/que-es-desapegarse/#respond Fri, 28 Jul 2017 07:16:52 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=633 En un artículo anterior hablaba sobre el apego, como rasgo característico de la enfermedad de codependencia o coadicción, aunque los dependientes o también llamados “adictos al amor” son asimismo personas aquejadas por este problema. En mayor o menor grado todo ser humano sufre de un cierto grado de apego hacia sus seres queridos, es necesario …

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En un artículo anterior hablaba sobre el apego, como rasgo característico de la enfermedad de codependencia o coadicción, aunque los dependientes o también llamados “adictos al amor” son asimismo personas aquejadas por este problema.

En mayor o menor grado todo ser humano sufre de un cierto grado de apego hacia sus seres queridos, es necesario estar alerta para que no se convierta en una seria dificultad. Es conveniente  aprender a desapegarse.

Desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.

El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no sirve de nada. Adoptamos la posición de no meternos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras.

Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar. Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no podemos. Hacemos lo que posible para resolver un problema, y luego dejamos de preocuparnos.

El desapego implica “vivir en el momento presente”, vivir en el aquí y ahora.

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos.

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Bloqueos. http://terapiasgestalt.es/bloqueos/ http://terapiasgestalt.es/bloqueos/#respond Thu, 29 Jun 2017 11:38:36 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=582   Los codependientes son personas que bloquean sus sentimientos y no suelen expresarlos. Existen dos motivos para ello: 1-Expresar lo que uno siente puede ocasionar que el delicado equilibrio familiar se desmorone, ya que el pensamiento que le acompaña (por haberse dado ya en otras ocasiones) es que la persona enferma (tanto sea adicto, como …

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Los codependientes son personas que bloquean sus sentimientos y no suelen expresarlos. Existen dos motivos para ello:

1-Expresar lo que uno siente puede ocasionar que el delicado equilibrio familiar se desmorone, ya que el pensamiento que le acompaña (por haberse dado ya en otras ocasiones) es que la persona enferma (tanto sea adicto, como dependiente física o psicológicamente) se altere de tal manera que la situación se tornará aun más conflictiva.

A nuestros sentimientos no se los escucha, por lo tanto nosotros tampoco los escuchamos.

2-Si reconocemos lo que verdaderamente sentimos, estamos “obligados” a hacer algo al respecto: tomar una decisión o efectuar un cambio. Es enfrentarse cara a cara con la realidad y, a veces, eso es demasiado duro.

Sentir da miedo.

Esto no sólo sucede con las personas codependientes: cualquier individuo, en momentos determinados de su vida o de manera más o menos habitual, bloquea sentimientos que inconscientemente se siente incapaz de afrontar.

Lo sentimientos no deben dictar o controlar nuestro comportamiento, pero tampoco podemos ignorarlos, ya que son muy importantes. Si hacemos que los sentimientos se vayan, si los alejamos, nos perdemos una parte importante de nosotros mismos y de nuestras vidas.

Los sentimientos son nuestra fuente de alegría, y también de tristeza, de miedo y de ira. La parte emocional de nosotros es la parte que ríe y la que llora. La parte emocional de nosotros es el centro para dar y recibir la cálida llama del amor. Esa parte de nosotros nos permite sentirnos más cerca de la gente. Esa parte de nosotros nos permite disfrutar del tacto.

Son los indicadores de lo que sucede, si nos sentimos felices, cómodos… sabemos que todo anda bien. Si estamos tristes, de malhumor… sabemos que existe un problema.

Es necesario aceptar toda la gama de sentimientos para vivir una vida plena. No es conveniente discriminar y sentir sólo ciertos sentimientos.

Nunca sentiremos alegría si somos incapaces de sentir dolor.

Los sentimientos son energía; si los reprimimos, nos quedamos sin ella.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto, puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

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Apego. http://terapiasgestalt.es/apego/ http://terapiasgestalt.es/apego/#respond Mon, 05 Jun 2017 07:36:31 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=513 Los codependientes somos personas apegadas, es un rasgo de la enfermedad Apegarse es involucrarse en exceso, a veces de una manera desesperadamente intrincada. El apego puede adoptar varias formas: – Podemos preocuparnos en exceso por una persona o un problema (en cuyo caso el apego es de nuestra energía mental). – O podemos acostumbrarnos y …

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Los codependientes somos personas apegadas, es un rasgo de la enfermedad

Apegarse es involucrarse en exceso, a veces de una manera desesperadamente intrincada.

El apego puede adoptar varias formas:

– Podemos preocuparnos en exceso por una persona o un problema (en cuyo caso el apego es de nuestra energía mental).

– O podemos acostumbrarnos y comenzar a obsesionarnos con la gente y los problemas que existen en nuestro ambiente y tratar de controlarlos (en cuyo caso nuestra energía mental, física y emocional está dirigida al objeto de nuestra obsesión).

– Podemos volvernos reactivos en vez de actuar auténticamente por voluntad propia (el apego es de nuestra energía mental, física y emocional).

– Podemos volvernos dependientes emocionalmente de las personas que nos rodean (entonces sí estamos verdaderamente apegados).

– Podemos volvernos niñeras (rescatadores, ayudadoras) de las personas a nuestro alrededor (apegándonos firmemente a la necesidad que tienen de nosotros).

Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto, puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

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Patrón de comportamiento de una persona codependiente. http://terapiasgestalt.es/patron-de-comportamiento-de-una-persona-codependiente/ http://terapiasgestalt.es/patron-de-comportamiento-de-una-persona-codependiente/#respond Wed, 17 May 2017 07:31:03 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=473   Los codependientes son cuidadores de los demás, rescatadores. Rescatan, luego persiguen, y terminan siendo víctimas. El triángulo del drama de Karpman, y sus papeles de rescatador, perseguidor y víctima son la obra y la observación de Stephen B. Karpman y con él se explica el comportamiento del codependiente. Rescatar y cuidar significan eso precisamente. …

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Los codependientes son cuidadores de los demás, rescatadores. Rescatan, luego persiguen, y terminan siendo víctimas.

El triángulo del drama de Karpman, y sus papeles de rescatador, perseguidor y víctima son la obra y la observación de Stephen B. Karpman y con él se explica el comportamiento del codependiente.

Rescatar y cuidar significan eso precisamente. Rescatamos a la gente de sus responsabilidades. Nos hacemos cargo, cuidamos de sus responsabilidades en vez de dejar que ellos lo hagan. Luego nos enojamos con ellos por lo que hemos hecho. Nos sentimos usados y nos da lástima de nosotros mismos. Ese es el patrón, el triangulo.

Rescatamos cada vez que tomamos las responsabilidades de otro ser humano, los pensamientos, sentimientos, decisiones, conductas, crecimiento, bienestar, problemas o destino de otra persona. Las acciones siguientes son una forma de rescatar:

  • Hacer algo que no queremos hacer.
  • Decir que sí cuando queremos decir que no.
  • Hacer algo por alguien aunque esa persona es capaz de hacerlo por ella misma y debería estar haciéndolo.
  • Satisfacer las necesidades de la gente sin que nos lo hayan pedido y antes de que hayamos consentido en hacerlo.
  • Hacer más de lo que en justicia nos toca hacer, una vez que se nos ha pedido ayuda.
  • Consistentemente dar más de lo que recibimos en una situación particular.
  • Arreglar los sentimientos de la gente.
  • Pensar por los demás.
  • Hablar en nombre de otra persona.
  • Sufrir las consecuencias de la conducta de los demás en vez de que sean ellos quienes las sufran.
  • Solucionarle a la gente sus problemas.
  • Poner más interés y mayor actividad en una labor conjunta que los que pone la otra persona.
  • No pedir lo que nosotros queremos, necesitamos o deseamos.

Después de que rescatamos, inevitablemente nos movemos a la siguiente esquina del triángulo: la persecución. Nos volvemos resentidos y nos enojamos con la persona a quien tan generosamente hemos “ayudado”. Hemos hecho algo que no queríamos hacer, algo fuera de nuestra responsabilidad, hemos ignorado nuestras propias necesidades y deseos, y nos enojamos por ello. Para complicar más el asunto, esta víctima, esta pobre persona que hemos rescatado, no siente gratitud por nuestra ayuda. No aprecia suficientemente el sacrificio que hemos hecho. La víctima no se porta como debiera. Algo no ha funcionado bien, de modo que sacamos el hacha.

Algunas veces la gente no se da cuenta o finge no darse cuenta de nuestro mal humor. A veces hacemos lo imposible por ocultarlo. A veces desatamos toda la fuerza de nuestra furia; esto lo hacernos especialmente con nuestros familiares. En la familia tendemos a que mostrarnos cómo somos en realidad.

La mayoría de las veces la gente que rescatamos inmediatamente percibe el cambio en nuestro estado de ánimo. Lo vieron venir. Era justo el pretexto que necesitaban para volverse contra nosotros. Y ahora les toca a ellos ser perseguidores.

Esto puede preceder, darse al mismo tiempo o seguir a nuestro sentimiento de enojo. A veces las victimas responden a nuestro enojo. Generalmente es la respuesta al hecho de que nosotros hayamos asumido la responsabilidad de esa persona, lo cual de manera directa o indirecta le dice qué tan incapaz creemos que es. La gente resiente que se le diga que es incompetente, no importa que lo sea o se muestre como tal en algunos momentos o situaciones. Y se resienten con nosotros por agregar el insulto de enojarnos con ellos después de haberles señalado su incompetencia.

Llegamos a la etapa final, nos convertimos en la víctima. Este es el predecible e inevitable resultado de un rescate. Abundan sentimientos de desamparo, de dolor, de pena, de vergüenza y de lástima por uno mismo. Hemos sido usados otra vez. No nos han apreciado otra vez. Hemos luchado tanto por ayudar a la gente, por ser buenos con ella. Nos lamentamos, “¿Por qué? “ “¿Por qué me pasa esto SIEMPRE a mí?” Otra persona nos ha pisoteado, nos ha golpeado. Y pensamos: “¿Siempre seremos víctimas?” Probablemente, si no dejamos de rescatar y de cuidar a los demás como si fuéramos su niñera.

Debes romper este triángulo, desapégate, sé responsable de ti mismo, de nadie más. Ayuda sólo cuando te lo pidan.

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La adicción es una enfermedad familiar: los roles de los niños codependientes. http://terapiasgestalt.es/la-adiccion-es-una-enfermedad-familiar-los-roles-de-los-ninos-codependientes/ http://terapiasgestalt.es/la-adiccion-es-una-enfermedad-familiar-los-roles-de-los-ninos-codependientes/#respond Wed, 03 May 2017 07:53:55 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=340   Los niños participan en la enfermedad familiar de adicción también. Ellos adoptan papeles diferentes para sobrevivir en una situación de caos. El héroe es generalmente el papel del hijo mayor de la familia. El héroe o heroína es el niño o la niña más responsable y actúa como el segundo papá o la segunda …

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Los niños participan en la enfermedad familiar de adicción también. Ellos adoptan papeles diferentes para sobrevivir en una situación de caos.

El héroe es generalmente el papel del hijo mayor de la familia. El héroe o heroína es el niño o la niña más responsable y actúa como el segundo papá o la segunda mamá de los otros niños. El héroe trata de lograr la aprobación de otros, especialmente la de los adultos. Pueden ser líderes en la escuela; son buenos estudiantes y buenos trabajadores.

La psicología inconsciente del héroe es: si soy bueno, mi familia no puede ser tan mala y posiblemente pueda mejorar. De esta manera el héroe es codependiente también porque piensa que su conducta puede cambiar la conducta del otro.

El segundo papel generalmente es el de la oveja negra o el escapista. Este niño ha aprendido que la atención negativa es más fácil de lograr que la atención positiva. La oveja negra está metida en problemas con la familia, la escuela y posiblemente con la ley. Este niño experimenta con el alcohol o las drogas muy temprano en su vida o puede tener un embarazo fuera del matrimonio muy joven. Su codependencia se manifiesta en la negación de sus sentimientos verdaderos con la conducta de rebelión. Esta conducta extrema distrae la atención de la familia del problema primordial y facilita la negación de toda la familia.

El tercer papel de los niños es el niño perdido. Este niño no causa ninguna molestia y evita muchos conflictos. El niño perdido vive aislado de la familia y pasa mucho tiempo solo, desarrollando una vida de fantasía. Por eso puede ser muy creativo. Este niño no confía en las personas fácilmente y se acerca más a las mascotas y a los muñecos. Su codependencia se manifiesta inconscientemente en la negación de su necesidad de otros. Su soledad e independencia tienen la característica de compulsión. Compulsivamente los niños perdidos evitan a la gente.

El cuarto papel es el del hijo menor, y se llama el payaso (en el buen sentido de la palabra). Usa su buen sentido del humor para llamar la atención hacia él y distraer la atención de las tensiones que hay en la familia. Es bromista, encantador y muchas veces es muy mono. La codependencia de este niño es que se siente responsable del dolor de la familia, y cree que debe aliviarlo con buen humor y bromas.

Estos papeles pueden desarrollarse en cualquier familia que tiene crisis. Cuando hay crisis física, como un familiar con cáncer, o una crisis económica fuerte, o hay otras compulsiones en la familia, los familiares adoptan estos papeles de codependencia inconscientemente para sobrevivir en un sistema de caos. 

La familia es un sistema, si tocamos una parte, las demás partes se mueven para equilibrarse. Este hecho implica esperanza para las familias en crisis. Si un familiar cambia su conducta de codependencia, el resto de los familiares tienen que equilibrar el sistema con cambios también. La recuperación personal es la respuesta para la familia alcohólica u otra familia en crisis.

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Ser hijo de adictos http://terapiasgestalt.es/ser-hijo-de-adictos/ http://terapiasgestalt.es/ser-hijo-de-adictos/#respond Mon, 10 Apr 2017 09:56:35 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=279   Los hijos de un adicto pueden también convertirse en coadictos (llamamos coadicción a la codependencia, en el caso concreto, de los familiares de adictos a tóxicos). Cuando el progenitor adicto abandona sus responsabilidades como tal, siendo el otro progenitor quien se hace cargo de las mismas, hace que sus hijos por mimetismo sigan su …

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Los hijos de un adicto pueden también convertirse en coadictos (llamamos coadicción a la codependencia, en el caso concreto, de los familiares de adictos a tóxicos).

Cuando el progenitor adicto abandona sus responsabilidades como tal, siendo el otro progenitor quien se hace cargo de las mismas, hace que sus hijos por mimetismo sigan su ejemplo. También suele ocurrir que alguno de los hijos se ve forzado a asumir el papel dejado por su padre o madre coadicta, con lo que en cualquiera de las dos opciones, está responsabilizándose de un rol que no le corresponde.

La pareja del adicto, sin darse cuenta, compromete a sus hijos en esta lucha: insiste en que sean modelos de buena conducta cuando el progenitor adicto está presente, o  no les permite actuar como niños alegando que pueden molestarle (sobreprotegen al adicto por encima de las necesidades de los menores), o si son un poco mayores les impiden hablar de la enfermedad, o que no intervengan… Esto hace que se responsabilicen de la enfermedad y aumente su sentimiento de culpabilidad. Llegan a creer que la enfermedad se origina por  no seguir ellos las consignas, que suelen ser directrices a veces ambiguas, a veces incongruentes y, que ocasionan en el hijo la sensación de no hacer nunca lo correcto, hagan lo que hagan.

El progenitor coadicto puede establecer alianzas con sus hijos, haciéndoles participes de confidencias, creando vínculos de complicidad y llenándoles de preocupaciones y responsabilidades que no les corresponden; ya que hacen ocupar al hijo o hijos un lugar jerárquico inadecuado dentro del sistema familiar. Las confidencias son propias entre esposos, teniendo estos una relación horizontal, mientras que en una relación sana con los hijos se establece una relación vertical que no incluye confidencias en esta dirección (de arriba abajo). Si se establecen, es de los hijos hacia los padres (de abajo a arriba) no a la inversa.

Este tipo de acciones, más los posibles malos tratos de los que pueden llegar a ser víctimas, crea en los hijos lo que se ha dado en llamar la indefensión aprendida (ver artículo). La autocompasión del progenitor coadicto se transmite creando en los hijos sentimientos de minusvalía, privándoles con ello, de la adquisición de coraje y valentía para enfrentarse a la realidad.

Es necesario que los hijos puedan reconocer, aceptar, y expresar sus sentimientos negativos. Cuando esto es posible y se busca una vía de desahogo que no haga daño a nadie (grupo de apoyo y terapia), las personas se sienten mucho más capacitadas para gestionar sus problemas. Aceptar actitudes sumisas por su parte, no validar su enfado y no dejarles mostrarlo, va en contra de su amor propio y daña su sentimiento de valía.

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La coadicción http://terapiasgestalt.es/la-coadiccion/ http://terapiasgestalt.es/la-coadiccion/#comments Tue, 14 Mar 2017 08:13:21 +0000 http://terapiasgestalt.es/?p=130 La coadicción (o también llamada codependencia) es una enfermedad tan cruel como la del mismo adicto, y aunque no conozco ningún estamento oficial que ofrezca asistencia a los afectados mediante un protocolo claro y preciso, empieza a ser reconocida como tal y se la cataloga como disfunción. En realidad, la codependencia no es exclusiva de …

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La coadicción (o también llamada codependencia) es una enfermedad tan cruel como la del mismo adicto, y aunque no conozco ningún estamento oficial que ofrezca asistencia a los afectados mediante un protocolo claro y preciso, empieza a ser reconocida como tal y se la cataloga como disfunción.

En realidad, la codependencia no es exclusiva de personas relacionadas con enfermos toxicómanos, puede “contraerla” toda aquella persona que esté en contacto por su trabajo o por la convivencia: con personas perturbadas, con problemas de conducta o trastornos compulsivos destructivos.

Hablaré aquí refiriéndome a los codependientes como coadictos, es decir los adictos a los adictos.

Es una enfermedad de la persona más allegada al adicto, que ocasiona una relación enfermiza entre ambos, ayudando con ella a convertir al adicto en un inválido psicológicamente. Es decir: minusvaliza su personalidad, fomentando su inmadurez, su incapacidad por valerse por sí mismo, para tomar según que decisiones y ejercer responsabilidades. El adicto, gracias a esta conducta sobreprotectora, se convierte en un parásito.

A veces, para conseguir la recuperación del adicto, primero hay que conseguir que sus allegados acepten la existencia de la enfermedad, ya que el codependiente se vuelve tolerante a la conducta cada vez más destructiva y anormal del adicto.

Estas conductas permisivas son las que impiden que el adicto asuma la responsabilidad de sus acciones, obstaculizando la recuperación.

La coadicción genera: obsesión, conductas inapropiadas de rescate, de compulsión y control, falta de límites: deseos de hacer cambiar a la persona adicta dejando de vivir la propia vida para vivir la del adicto, falta de autoestima, sensación de impotencia y fracaso…

En su obsesión constante hacia la conducta del adicto, se pierden los límites del propio yo, confundiéndolos con los del otro; y se siente, se piensa y se actúa en función del adicto, olvidándose de las propias necesidades y deseos.

Se entra en un estado de compulsión pretendiendo salvarlo, llegando a conductas inapropiadas de rescate que pueden ser, por ejemplo: acompañar o seguir al adicto en sus correrías con la intención de protegerlo para que no le pase nada, o llamar a todos los hospitales y centros de salud buscándolo, prestarle dinero, sacarlo de la cárcel, ceder a sus amenazas, madres que compran droga para el hijo,… Existen casos, que se han dado en llamar en algunos ámbitos “toxicómanos consortes”, que son aquellas parejas de adictos, que sin ser ellos propiamente enfermos, toman las mismas sustancias, simplemente por el hecho de acompañarles. Estas personas padecen una pérdida total de identidad.

También es importante señalar la función controladora común a todo coadicto, ya que toma bajo su cargo las responsabilidades tanto familiares como profesionales del adicto. Todo ello, por un convencimiento de que es lo adecuado, debido a su complejo de salvadores.

El adicto toma sustancias y el coadicto vive enganchado a la ilusión de que su comportamiento y cuidados salvaran al adicto de su enfermedad. A la persona coadicta le cuesta mucho aceptar que la recuperación está en manos del propio adicto, y no en las de ella, ya que al no existir limites internos claros, permite que la conducta de la otra persona la afecte.

Las personas coadictas forman el grupo más íntimo del enfermo. Suelen ser los padres y la pareja, aunque los hijos u otros familiares que convivan con él también pueden serlo, según la edad y las circunstancias que les envuelvan.

Son los adictos al adicto, que a pesar de haber perdido la confianza e incluso a veces temerle, siguen a su lado, incapaces de abandonarlo a su suerte.

Por un lado, no  pueden alejarse de él porque se sienten culpables de dejarles en ese estado. Por el otro, su sentimiento de autoconmiseración (vanagloriarse y enorgullecerse de su posición de víctima inocente  y sufrida) también se lo impide; ya que al carecer de autoestima y de intereses propios, solo este sentimiento les hace creer importantes.

A veces es la muerte del adicto la que rompe el lazo; ya que tanto algunos padres, parejas e incluso hijos son incapaces de abandonarlo a pesar de sus  negativas hacia un tratamiento de rehabilitación o las múltiples recaídas.

Para que la recuperación sea exitosa, es tan importante la recuperación del adicto como de todo su entorno. Si una de ambas partes sigue enferma, la recaída es más probable.

Sólo con terapia es posible superar la codependencia. La alteración emocional creada no se soluciona porque el adicto se recupere; las deficiencias, tanto psíquicas como emocionales, deberán ser tratadas para poder ser recuperadas y así desarrollarse como una persona equilibrada que puede hacer frente a las vicisitudes de la vida.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.

 

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