Cuando me enamoro.
“Cuando me enamoro me pierdo a mí misma, dejo de ser esa mujer funcional que resuelve los avatares de la vida con más o menos acierto para convertirme en un ser apagado, sin iniciativa, que se amolda a los supuestos deseos de mi pareja.
Y digo ‘supuestos’ ya que muchas veces son simplemente invenciones o fantasías que he creado en mi mente y puede, incluso, que no coincidan para nada con las apetencias del otro.
Cuando me enamoro muere una parte de mí, que tan sólo renace cuando fallece el pretendido amor”.
El significado que encierran estos párrafos lo he escuchado con otras palabras y en bocas de personas de distintos sexos bastante a menudo.
¿Qué hace que el amor nos convierta en personas tan diferentes y alejadas de nuestra verdadera esencia? ¿Por qué el estar en pareja, en lugar de complementarnos, nos anula?
El motivo es simple, lo que llamamos amor es dependencia y, desde este lugar de carencia, una relación no puede funcionar.
Hay demasiadas personas que tienen la idea, más o menos consciente, de que sin pareja no son nada o que la vida sin compañía no tiene sentido ni merece ser vivida. Comparten el pensamiento de que la pareja es el eje central alrededor del cual gira su mundo y son capaces de hacer o “no hacer” cosas para mantenerla cuando la consiguen.
Con este “no hacer” me refiero a anularse como individuos, a perder la capacidad de reafirmarse en sus opiniones, deseos y prioridades. Por el afán de ser queridos, dejan de quererse a sí mismos.
“Se enamoró de mí cuando era una mujer alegre, divertida, que me valía por mí misma. Trabajaba, viajaba, me movía por la vida sin ayuda de nadie. Era capaz de resolver cualquier circunstancia sin necesidad de que nadie intercediese a mi favor. Cuando nos fuimos a vivir juntos no podía dar un paso sin su consentimiento o, al menos, sin consultar antes su opinión. Pendiente de sus deseos y necesidades, empecé a olvidarme de las mías y acabé convirtiéndome en su sombra. Él se fue alejando y mi alegría se convirtió en rencor”.
Para que una pareja funcione, ambos individuos han de seguir siendo personas independientes. Si, por conseguir compañía y amor, uno ha de sacrificar su trabajo, su criterio, su familia de origen, sus amigos, sus deseos, su capacidad de elección… Si por amor uno deja de ser quien es para pasar a ser parte del otro, eso deja de ser amor y se vuelve esclavitud.
La pareja es una faceta más de nuestra vida que no se debe priorizar por encima de ninguna otra. Si no eres capaz de vivir en compañía siendo tú mismo significa que no eres capaz de vivir contigo en soledad. Cuando aprendes a quererte y cuidarte dejas de necesitar a otro que lo haga por ti y es entonces, sólo entonces, cuando realmente puedes amar y compartir. Cuando dejes de buscar desesperadamente a “esa persona especial” que te complementará y te hará feliz, porque finalmente entiendas que nadie será capaz jamás de conseguirlo, es cuando estarás preparado para vivir en pareja. Nadie puede cubrir las carencias que arrastramos desde la infancia, ninguna pareja es capaz de tapar ese agujero.
La soledad hace que contactemos con esta carencia interna que nos aterra y que tan sólo nosotros somos capaces de llenar. Para amar hay que desapegarse y eso sólo se aprende perdiendo el miedo a la soledad.
Puedes aprender, nunca es tarde.
Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.
Cuánta razón tienes… pero cómo se desapega uno ya no de su esposa sinó de una experiencia tan dolorosa como la de que te haya engañado con otra persona y te hayas enterado después de 1 año y medio de estar sufriendo ella una depresión y pedirte la separación alegando haber cambiado bajo el tratamiento de un psicoterapeuta gestalt. Este terapeuta en ningún momento propuso incorporarme a su terapia con ella para ver si existía algún problema de pareja, o al menos mi mujer nunca me lo transmitió, aunque teninendo en cuenta que miente compulsivamente tal vez nunca me lo dijera si se lo propuso. En la actualidad vive con el que fue su amigo (recomendado relacionarse con su grupo de amigos por parte del propio terapeuta) y encima no da un paso para cerrar el capítulo del divorcio y todos los pasos los tengo que hacer yo, con el banco, con los abogados, con su familia. Ella sigue entrando y saliendo de casa mientras yo trabajo, y se lleva cosas sin hablarlo, huye de la comunicación conmigo, una sola vez intenté llamarla al móvil y no me descolgó el teléfono, al final la llamé al fijo y al oir mi voz colgó. Yo no he tocado nada del piso por respeto, excepto las fotos de ambos que las guardé en cajones por el dolor que me provocaba verlas cada día. El amigo con el que empezó la relación es ahora su pareja actual a pesar que ella sigue intentando hacer creer a la gente que vive en casa de sus padres y lo del amigo no es nada serio. Supe que inició la relación cuando aún ni siquiera me había pedido la separación. Han pasado 5 meses desde que lo averigué, aunque 3 meses antes ya lo sospechaba a pesar que ella me hizo un número poniéndose a llorar y diciendo que no pasaba nada que todos sus comportamientos raros que yo le comentaba eran por su enfermedad, y yo la creí y emocionado le dije que la amaba y que nunca dejaría de amarla a pesar de su enfermedad. He sufrido mucho por el proceso de no entender absolutamente nada de porqué ha pasado esto, mi cabeza me golpeaba muy duramente al principio autoculpándome por cosas que ahora no se si realmente son carencias mías más profundas o no. Practico meditación desde hace más de 1 año y si bien es cierto que mi dolor ha ido disminuyendo… todavía siento que no he recuperado mi autoestima a los niveles que la tenía mientras estaba felizmente casado. Hay algunos momentos en que me siento deprimido y me entran pensamientos negativos de miedo a no ser querido por alguien, a quedarme sólo emocionalmente hablando, nunca me había pasado esto antes.
Sólo doy gracias a que no cambié un sólo detalle de mi vida, seguí con la música, haciendo mucho deporte, conociendo gente nueva… el problema es que cuando empezaba a sentirme mejor me he enamorado de otra persona como no me enamoraba desde la adolescencia, y vuelvo a estar como un tobogán porque es una persona muy abierta con todo el mundo y me siento muy mal por la posibilidad de ser rechazado por ella. Ya no se si necesito ayuda o podré salir yo sólo de todo esto, pero lo único que quiero es recuperar la Serenidad mental.
Un abrazo.
Hola Sergi,
Una de las cosas que ayuda al desapego, es no tomarse al pie de la letra lo que el “otro” dice.
Lo que es cierto, es que el matrimonio que tú creías feliz, no lo era tanto.
Así, que intenta pasar pagina.
Si me permites un consejo, creo que te iría bien la ayuda de un profesional por dos razones básicas:
1- el duelo: seria saludable para ti, cerrar correctamente esta relación; es decir no dejar cabos sueltos. No quiero decir con ello que tengas que acabar bien con ella, pero si bien en tu interior y eso quiere decir, poner limites. Como ejemplo, me parece conveniente que te replantees cual es la razón, si ya no vivís juntos y se fue de la casa, que te hace consentir que entre y salga de ella a su antojo, cogiendo lo que le parece y sin devolverte las llamadas.
2- coger responsabilidad: trabajar como te relacionas y como has contribuido tu a este tipo de relación. Eso te ayudará a poder establecer una nueva relación sana con cualquier otra mujer que aparezca en tu vida.
el que una historia termine no es lo malo, lo nocivo es no aprovechar el tiempo “feliz” y querer alargar una historia que terminó hace tiempo.
La fantasía con la que hemos crecido del “amor para siempre”, es eso, un cuento. Que un amor puede durar toda la vida, SÍ y también durar sólo un periodo. Se puede vivir varios “buenos” amores y ser igual de maravilloso.
Recuerda: Nada es para siempre.
Ni lo bueno ni lo malo, lo conveniente es aprender a vivir lo que nos toca lo mejor posible y no dejar que el miedo nos impida seguir andando y experimentando.
Cuídate
Besos
Teresa
Gracias Teresa.