Milarepa, el santo budista.


Milarepa nació en el seno de una familia de campesinos que vivían de la tierra y su padre murió cuando él era muy pequeño.India

Su padre, antes de morir, le había pedido a su hermano: “Por favor, cuida de mi esposa y de los niños; asegúrate de que sus campos se cultivan y de que se recogen las cosechas y se cuida del ganado. Hasta que los niños crezcan por favor, cuida de ellos”.

El tío y la tía de Milarepa se aprovecharon de la situación, quedándose con todas las riquezas y las tierras. Aunque Miralepa, su madre y su hermana recogían las cosechas de los campos, sólo les entregaban una pequeña porción de tierra y una cantidad miserable de alimento y ropa, que no era suficiente para que pudieran vivir cómodamente.

Su madre se enfado mucho con esta situación y trató de convencer a los tíos de Milarepa de que les dejaran controlar sus propias tierras, pero estos se negaron a hacerlo.

La hermana de Milarepa era demasiado joven, así que su madre le pido a él que aprendiera magia negra. Por el bien de su madre aceptó abandonar la familia para ir a estudiarla. Una vez aprendió, regresó a casa.

Milarepa y su madre pensaban que sus tíos eran sus enemigos, unos ladrones, unas personas que les quitaron sus riquezas y su forma de vida. Utilizando la magia negra que había aprendido, Milarepa hizo que cayera granizo del cielo mientras su primo celebraba su boda. También hizo bajar del cielo un enorme cangrejo que se desplomó encima de la tienda donde se celebraba la ceremonia.

Como consecuencia de la magia negra, murieron dieciocho personas incluyendo a sus tíos y primo.

Milarepa al principio se sintió muy contento por su venganza. Tanto él como su familia habían conseguido recuperar sus tierras, su casa y toda su riqueza. Pero a medida que crecía, cada vez se sentía más atormentado por el arrepentimiento.

Acudió a muchos maestros buscando perdón, pero todos lo rechazaban acusándolo de demasiado pecaminoso y de criminal. Cada maestro le remitía a otro, hasta que llego al maestro Marpa.

Soporto juicios y tribulaciones, entrenamientos muy rigurosos y castigos. Al final entendió las enseñanzas de Marpa. Comprendió que él, no era el único que se había equivocado: su padre actuó movido por una confianza ciega, su tío y su tía actuaron movidos por la avaricia, su madre actuó movida por su apego y por su sed de venganza, y él, actuó movido por su obediencia ciega y por su lealtad a su madre.

Qué todos habían estado inmersos en una rueda de engaños y sufrimientos de las que no habían sabido salirse y que para perdonarse a si mismo debía también perdonar a todos los demás.

 

Siempre hay tiempo para el cambio, siempre hay solución.

Piensa en ello, si quieres.

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