historias

La historia de Angulima, el asesino de novecientas noventa y nueve personas. (Cuentos de Jataka)


Mientras se dirigía a matar a su madre, Angulima se encontró con Buda. Cuando le vio, decidió asesinarle a él en lugar de a su madre. Se acerco a Buda, que caminaba lentamente, en silencio y con paso firme; pero por mucho que corría Angulima, era incapaz de llegar a él.

Entonces le grito: “¡Detente, detente!”. Y Buda respondió: “No, detente tú”.Detente

Buda, dejando de caminar le dijo: “Me he detenido hace mucho tiempo. Tú eres el que no se ha parado un instante. He detenido hace mucho las causas de mi sufrimiento: la ira, la violencia y la aversión. Tú no lo has hecho. Estás sujetando un cuchillo en la mano, y llevas a modo de guirnalda los dedos de las personas a las que has rebanado el cuello. Tu aspecto es feroz, pero no pareces muy contento: ya has matado a novecientas noventa y… Continue reading

Lo más divertido de los seres humanos


Un día un discípulo le pregunto a Hejasi:Parking Meter

-“Quiero saber, ¿qué es lo más divertido de los seres humanos?”

-“Piensan siempre al contrario” – respondió Hejasi – “Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida.

Pierden la salud para tener dinero y luego pierden el dinero para obtener salud.

Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro.

Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido”.

 

Piensa en ello, si quieres…

Los tres deseos.

 

genioUn día, un pescador al recoger su red encontró en ella una ánfora. Al abrirla salió de ella un genio.

El genio recién liberado le dijo al pescador:

- Pide tres deseos y te los concederé.

- Me gustaría –dijo el pescador- que me hicieses lo bastante inteligente como para hacer una elección perfecta de los otros dos deseos.

- Hecho –dijo el genio- ahora dime, ¿cuáles son los otros dos?

- Gracias, no tengo más deseos.

 

Pedimos, pedimos, pedimos… cuándo quizás no nos hace falta.

Piensa en ello, si quieres…

El camello.

 

CamelloUna caravana que iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche.

Un muchacho, encargado de atar a los camellos, se dirigió al guía y le dijo:

- Señor, tenemos un problema. Hay que atar a veinte camellos y sólo tenemos diecinueve cuerdas. ¿Qué hago?

- Bueno -dijo el guía-, en realidad los camellos no son muy lúcidos. Ve donde está el camello y haz como que lo atas. Él se lo va a creer y se va a quedar quieto.

El muchacho así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando la caravana se puso en marcha, todos los camellos avanzaron en fila. Todos menos uno.

- Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.

- ¿Es el que no ataste ayer porque no tenías soga?

- Sí ¿cómo lo sabe?

- No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va… Continue reading

El vendedor de bocadillos.

Érase una vez un hombre que vivía muy cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días a primera hora de la mañana llegaba hasta allí donde instalaba un puesto en el cual vendía bocadillos que el mismo horneaba.

Como padecía sordera y su vista no era muy buena, no leía la prensa ni veía la televisión pero eso sí… vendía exquisitos bocadillos.Vendedor de bocadillos

Meses después alquilo un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente seguía pregonando su mercancía, gritando a todo pulmón: ¡Compre deliciosos bocadillos calientes! Y la gente compraba cada día más y más.

Aumento la compra de materia prima, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió llamar a su hijo, un importante empresario de una gran ciudad, para que lo ayudara a llevar el negocio.

A… Continue reading

Pídeme lo que quieras.

Una vez Nasrudin le dijo a su hijo:

-Pídeme lo que quieras y te lo daré.

El niño muy emocionado, pues conocía la pobreza de su padre, le contestó:Reloj

-Padre, te lo agradezco de todo corazón. ¿Puedes darme tiempo hasta mañana? Tengo que pensar.

-Muy bien –dijo Nasrudin- Hasta mañana.

Al día siguiente, el chico fue a ver a su padre y le pido un burro.

-Ah no! –le contesto Nasrudin- no tendrás el burrito.

-¡Pero me habías prometido darme lo que quisiera!

-¿Y acaso no he mantenido mi palabra? Me pediste tiempo y te lo he dado.

 

Escucha cuando te hablen, date cuenta de lo que dices, asume lo que pides.

Piensa en ello, si quieres…

El traje del emperador

Había una vez un gran rey. Una mañana se acerco a visitarle un misterioso extranjero y le dijo:

-Ahora que has conquistado toda la tierra, ya no te corresponde usar la ropa de un ser humano. Te traeré la ropa de los dioses.

La mente del rey se volvió ávida. Su intelecto le decía:

- ¿Cómo es posible que los dioses tengan ropa?

El intelecto duda incluso de la existencia de los dioses. Pero estaba ávido porque pensaba que quizás había dioses en alguna parte y, si le traían su ropa sería el primer hombre sobre la tierra, en la historia de la humanidad, que habría usado la ropa de un dios. ¿Y cómo iba a engañarle ese hombre?. Él era un gran emperador que tenia riquezas en abundancia. Aunque el hombre le pidiese una pequeña fortuna no pasaría nada. Le pregunto al hombre:

- Muy bien. ¿Cuánto me costará?… Continue reading

Akbar y los jóvenes de Rajput

Dos jóvenes hermanos de Rajput fueron a la corte del rey Akbar y le dijeron:

-Estamos buscando trabajo.

-¿Qué sabéis hacer?-contesto Akbar

-No sabemos hacer nada –respondieron-, pero somos valientes. Podrías necesitarnos.

-¿Tenéis un titulo de valentía? –les dijo- ¿Qué pruebas me podéis dar de que sois valientes?

Los dos se empezaron a reír y dijeron:

-¿Existe algún título de valentía? ¡Somos valientes!

Akbar respondió:

-Sin título no os puedo dar trabajo.

Ellos se volvieron a reír. Desenvainaron sus espadas y en un segundo se habían traspasado el pecho el uno al otro. Estaban tendidos en el suelo, había sangre por todas partes, ¡pero ellos se estaban riendo!

-Akbar –dijeron- ¿no sabes que el único título de valentía que puede haber es la muerte? No hay ningún otro título.

Y los dos murieron. A Akbar se le llenaron los ojos de lágrimas. Ni siquiera se había imaginado que pudiera suceder… Continue reading

El ladrillo de oro

Un viejo sabio iba por el bosque con uno de sus jóvenes monjes. Anochecía y empezaba a oscurecer. El viejo sabio le dijo al joven monje:

-  Hijo, ¿crees que hay algún peligro en este camino?. El camino atraviesa un bosque tupido y está anocheciendo. ¿Hay algo que temer?.

El joven monje estaba muy sorprendido porque un sannyasin (1) no debería tener miedo. Tanto si era una noche oscura o clara, tanto si era en el bosque o en la calle, era una sorpresa que un sannyasin tuviese miedo. Y este anciano nunca había tenido miedo. ¿Qué le ocurría hoy?. ¿Por qué tenía miedo?. Algo estaba pasando.

Siguieron un poco más y la noche se hizo más oscura. El anciano volvió a preguntar:

- ¿Hay algún problema?. ¿Llegaremos pronto al próximo pueblo?. ¿A qué distancia está?.

Después se pararon junto a un pozo para lavarse las manos y la cara.… Continue reading

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