cuentos sufí

El momento oportuno

 

guijarros en estanque

 

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa 
bajo el sol:  un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancarlo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;  un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;  un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. 

ECLESIASTÉS

Piensa en ello, si quieres.

Vuelve la calma

 

El animal está ladrando. Por el volumen grave que emite puedes imaginar su tamaño, sus fauces, los largos colmillos. Está nervioso y te inquieta.

PerrosDe abajo llega un ladrido agudo y lastimero. Puedes imaginar su aparente debilidad, el miedo. Está inquieto y te pone nervioso.

Y tú ahí, sentado, deseas en lo más profundo de tu alma que cese el ruido, la pelea. Deseas que aparezca un arma, un rayo divino, que fulmine a las bestias.

Una ligera sonrisa estira tus labios cuando se presenta el pensamiento correcto: los perros no existen y el ruido, el arma, el deseo, son sólo una ilusión. En ese momento, la luz te parte en dos y tú mismo desapareces. Vuelve la calma.

(Autor: Javier Rodríguez-Rey)

Cuando una de nuestras polaridades quiere imponerse es cuando se desencadenan las peleas internas. Darles espacio a ambas nos proporciona equilibrio.

Piensa en ello, si quieres…

Pídeme lo que quieras.

Una vez Nasrudin le dijo a su hijo:

-Pídeme lo que quieras y te lo daré.

El niño muy emocionado, pues conocía la pobreza de su padre, le contestó:Reloj

-Padre, te lo agradezco de todo corazón. ¿Puedes darme tiempo hasta mañana? Tengo que pensar.

-Muy bien –dijo Nasrudin- Hasta mañana.

Al día siguiente, el chico fue a ver a su padre y le pido un burro.

-Ah no! –le contesto Nasrudin- no tendrás el burrito.

-¡Pero me habías prometido darme lo que quisiera!

-¿Y acaso no he mantenido mi palabra? Me pediste tiempo y te lo he dado.

 

Escucha cuando te hablen, date cuenta de lo que dices, asume lo que pides.

Piensa en ello, si quieres…

La tea


Varios hombres habían quedado encerrados, por error, en una oscura caverna, donde no podían ver casi nada.

Pasó algún tiempo… y uno de ellos logró encender una pequeña tea.

Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada.

Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendiera su propia tea, y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó.

 

El compartir nos enriquece, en lugar de hacernos más pobres.

Piensa en ello, si quieres…

 

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