La tea
Varios hombres habían quedado encerrados, por error, en una oscura caverna, donde no podían ver casi nada.
Pasó algún tiempo… y uno de ellos logró encender una pequeña tea.
Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada.
Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendiera su propia tea, y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó.
El compartir nos enriquece, en lugar de hacernos más pobres.
Piensa en ello, si quieres…